El Gabinete Productivo discutirá medidas especiales para los sectores industriales en dificultados. ¿Cuál es la situación actual y qué medidas se pueden aplicar?

Partimos de la base de que la industria ha venido creciendo en los últimos 10 años. Ese aumento aún se mantuvo el año pasado. Lo que pasa es que lógicamente cada vez es más difícil porque ya la base es mayor. Creció un 60% la industria en los últimos 10 años. Lo que se percibe claramente es que el año pasado, si bien aumentó 5,8%, si se quita la refinería, el crecimiento es de 1,6%. Está claro que hay un hecho positivo de crecimiento. Está claro que hay un enlentecimiento comparado con el año anterior. Y está claro también que cuando uno tiene un valor más bajo es que hay muchos sectores que han seguido creciendo y otros sectores, que son más que antes, que no.
Nosotros teníamos un paquete de ayuda, un soporte a la competitividad para algunos sectores, compuesto por prefinanciación especial, devolución de impuestos de 4% en vez del 2% y, en algunos casos, fondos específicos, como el de la vestimenta, el industrial.
Estamos haciendo un trabajo en conjunto con la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU), que va a aportar sus datos para hacer la determinación justamente de cuál es la situación de cada uno de los veinte sectores, fuera de los seis que venimos apoyando.
Estamos pensando en medidas generales para toda la industria y algunas medidas específicas más sectoriales. El foco se pone en el mayor valor agregado y el mayor consumo energético. Las industrias que tienen esas características son las que quisiéramos focalizar, porque sabemos que son dos elementos de competitividad que, por el precio del dólar, están influyendo.

La CIU reclama poner el foco en el tipo de cambio. ¿Va a haber alguna modificación en ese sentido?

El gobierno está trabajando en el tipo de cambio porque realmente hay una intervención fuerte para no dejarlo caer. Hay un esfuerzo por mantenerlo en valores razonables. Lo que está claro es que, a no ser por situaciones muy especiales, no va a subir. No hay una perspectiva de que vaya a subir más de lo que se pueda estimar por parte del MEF, que estimó que llega a unos $ 20 a fin de año.
No se prevén cambios sobre el tipo de cambio. Se prevén, en cambio, los apoyos específicos a la industria.
Más que en problemas, estas industrias están empezando a tener una perspectiva negativa. Pero muchas de ellas están positivas todavía.

¿A qué se debe esa situación?

En algún caso son temas de costos. En otros, es por la caída de demanda en Europa. Yo creo que Argentina y Brasil en general van a tener proyecciones positivas. El año pasado Brasil casi no creció, tuvo menos del 1%. Y Argentina estuvo en condiciones bastante similares. Somos nosotros los únicos que hemos crecido.
Creo que en el panorama con Argentina y Brasil va a haber una recuperación. El problema está en que la región está cara y, dentro de la región, Uruguay está caro. Entonces, hay que poner otro tipo de medidas complementarias para ayudar a la competitividad.
En donde tenemos problemas es en Europa, donde se va a perder el sistema general de preferencias. Y Estados Unidos está empezando a recuperarse.

¿Se planea un reordenamiento de los incentivos fiscales?

El gobierno está mirando que a su vez tiene las otras variables que seguir controlando, que son la inflación y el déficit fiscal. Se está viendo que el paquete sea compensatorio, con un costo fiscal bajo. Pero eso se va a discutir en el Gabinete Productivo.

 

"Más que en problemas, estas industrias están empezando a tener una perspectiva negativa"

 

¿Qué previsión de crecimiento hay para este año?

Hay factores que han sido muy positivos. Ha continuado muy fuerte la inversión industrial. Hemos inaugurado varias fábricas. Estamos previendo que va a estar en el orden del 2%. Hay algunos factores de cierta incertidumbre. En Montes del Plata hay un valor importante, pero no sabemos cuándo va a terminar exactamente. Por eso hay que sumar a las nuevas industrias que se están agregando durante el año. Montes del Plata arranca en julio, pero lo más posible es que lo haga lentamente. Si no, hubiéramos hecho una estimación de crecimiento mayor.

Este gobierno, y en particular el presidente José Mujica, han alentado la conformación de empresas autogestionadas por trabajadores. Algunas experiencias han tenido buenos resultados y otras no. ¿Funciona ese modelo?


Es un modelo que recién lo estamos empezando a probar. El tema viene de mucho antes, pero el apoyo está dado por todo un análisis primero de viabilidad. El apoyo ahora es sistemático. Antes no era un sistema, era un caso específico, un apoyo aquí o allá, ayudar a cerrar negocios, como se hizo con Venezuela en algún caso. Lo que es nuevo es que los emprendimientos que se apoyan vienen precedidos por un plan y una viabilidad atrás examinada a fondo. Lógicamente, eso no alcanza. Cuando hay algo autogestionado, hay un componente que es el que se critica habitualmente -crítica incorrecta porque hay cooperativas que funcionan bárbaro, así como hay empresas que se funden- que es que no tienen capacidad de gestión.
El Fondo de Desarrollo (Fondes) no hace un préstamo sin haber hecho antes toda la evaluación. Incluso tiene varias líneas de crédito para asesoría, financiamiento, tecnología. Es una experiencia nueva. Hay unas cuantas empresas autogestionadas que han funcionado bien.

Pero todas dependen del soporte estatal.

Sin ninguna duda, necesitan de un soporte. Siempre hay tres problemas: acceso a mercados, financiamiento y capacidad de gestión. El financiamiento lo está solucionando el Fondes. En capacidad de gestión, el Fondes y nosotros apoyamos en capacitación, desarrollo. En las cooperativas no solo está el tema de la gestión de negocios sino la gestión de la cooperativa, que es un tema principal por la idea solidaria que tiene atrás. El tema más difícil para algunos es el acceso a los mercados. Porque la exportación se hace difícil para una cooperativa que no tenga filiales. Es muy profesional la manera en que se está procediendo. Los emprendimientos pueden fallar, pero no más que otros.

El Partido Socialista entiende que hace falta profundizar el estímulo a las pequeñas y medianas empresas. ¿Qué se hace y qué está faltando?

Este es un país que quiere insertarse en el mundo, que quiere crecer con una sociedad más justa por encima de la ventaja de los recursos naturales, que tienen un tope tanto para el egreso como para la distribución. Hay empresas dedicadas al servicio del mercado interno, que son los bienes no transables. Hay muchas pymes que tienen la posibilidad de desarrollarse e internacionalizarse y que va desde empresas de informática, a empresas de tecnología y pymes que asisten al agro. La variedad de posibilidades de crecer en calidad de trabajo es importante.
Se han hecho sistemas de garantías, fondos de financiamiento para la compra de tecnología, apoyos a la capacitación, convenios de descentralización, llamados apoyando pymes de características como el género, el interior. Hay una cierta cantidad de trabajos importantes. Pero si queremos realmente que el crecimiento económico se empiece a dar por desarrollo local de conocimiento, tenemos que dotar de más fondos y ser más sistemáticos. La pyme suele tener un ambiente de costos contraproducentes. Todo lo que tiene un costo determinado, para la gran empresa, dividido por unidades, es bajo con respecto a la pyme. El certificado de origen, por ejemplo, que tiene un costo determinado, para una pyme es un costo altísimo.
Tenemos que hacer dos cosas: En una línea, reforzar el financiamiento, el acceso a mercados y la capacidad de gestión. Y en la otra línea, tratar de abaratar los costos de las pymes en los trámites.

 

"Yo soy ministro de Industria, Energía y Minería y no otra cosa. Y como ministro, respondo a las directivas del presidente y a los trabajos en conjunto con el resto del gabinete"

 

Usted es visto como parte del ala mujiquista. Un reforzamiento de esa visión es que se manejó su nombre como eventual sustituto de Lorenzo. ¿Cómo se ubica usted?

Yo soy ministro de Industria, Energía y Minería y no otra cosa. Y como ministro, respondo a las directivas del presidente y a los trabajos en conjunto con el resto del gabinete. Creo mucho en el trabajo en equipo. El presidente lo definía como funcionamiento colectivo y libertad para plantear ideas. Hay etiquetas que se ponen, pero los ministros no son más que un equipo de trabajo junto al presidente.

¿Usted tiene algún tipo de discrepancia con la conducción económica?

Nosotros siempre hemos acordado con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en los diferentes aspectos. Pero tenemos un énfasis muy fuerte en la transformación de la estructura productiva, de la matriz productiva. Creo que en eso hemos concordado muchas veces con el MEF, pero también con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), con el Ministerio de Trabajo y otros. Tenemos un énfasis en buscar una mayor diversificación, reforzando las cadenas tradicionales y su competitividad. Y en que los insumos de las cadenas y los pasos de las cadenas sean lo más largos posible. La estructura productiva es fundamental porque es a largo plazo lo que condiciona la política económica y a su vez la política económica es fundamental porque en el corto plazo tiene impactos importantes en la estructura productiva.
Este es un tema de trabajo conjunto. Creo que hay una buena coordinación con un énfasis en la transformación productiva, tener más sectores con más capacidad, más conocimientos. Cuando hablo de la transformación productiva me refiero también a la industrialización.

¿Ha tenido diferencias sobre las inversiones de los entes?

No, hemos acordado en ese sentido. Hemos impulsado mucho las inversiones de los entes porque pensamos que hubo muchos años sin inversión, porque las empresas públicas son estratégicas y porque el desarrollo productivo está muy afincado en el desarrollo energético y de telecomunicaciones.
Hemos ido acordando porque, a la larga, se ha visto la necesidad de que las inversiones son crecimiento por sí mismas para hoy y son fundamentales desde el punto de vista industrial y productivo para consolidad una matriz nacional más fuerte, así como para que vengan a radicarse otras industrias. Hoy en telecomunicaciones estamos en el 1º lugar de América Latina. En energía, Uruguay se ubica 2º en toda América Latina en robustez del sistema.
Las inversiones las acordamos en 2010. Sí hubo discusiones, pero llegamos a un acuerdo.

El vicepresidente Danilo Astori exigió "lealtad" en la interna del gobierno y protestó por las "operaciones encubiertas". ¿Cómo ve usted esos reclamos?

En eso ya no opino. Creo que estamos todos por fortalecer el funcionamiento colectivo. Como hemos hecho muchas cosas -en el año 2012 se lograron muchas concreciones-, acá el punto central es seguir avanzando en concretar temas que son realmente trascendentes para el país. Nosotros tenemos el énfasis puesto en el resultado. Creo que no corresponde opinar. De fondo está el listado largo de concreciones de 2012, pero tenemos por delante el 2013 y el 2014.

 

"Aratirí tiene una perspectiva positiva importante, pero no está definida. Falta cerrar la ley de minería de gran porte"

 

¿Qué falta para definir la inversión de Aratirí?

La empresa no está definida. Tiene una perspectiva positiva importante, pero no está definida. Falta cerrar la ley de minería de gran porte, que es el marco legal en que el gobierno puede avanzar en un proyecto de esa complejidad. En segundo lugar, es el marco que los partidos le han querido dar para obtener una renta para el Estado y conservarla para futuras generaciones, y unas seguridades ambientales y sociales que se expresan en esa ley. Con ese marco legal, hay que negociar los aspectos que la propia ley prevé. Lo otro que falta es terminar de analizar y otorgar si corresponde los estudios ambientales y mineros.
Otro aspecto que tiene el tema es acordar con la empresa el uso del puerto. El puerto está definido que es multipropósito de aguas profundas y hay que acordar con la empresa las condiciones que tendrían para una terminal de minería dentro de ese puerto multipropósito.

¿La asociación con el Estado es viable?

Hay una preocupación a futuro que es que el Estado vaya adquiriendo más capacidades, industrialización, conocimiento, desarrollar insumos nacionales para la minería. El Estado tiene que hacer una construcción completa de la cadena de valor. Pero hoy el tema está centrado en que para concretar este emprendimiento hagamos la ley y negociemos con ellos el contrato. No es lo central la asociación. Lo importante es que se haga.

¿Las oposiciones son por falta de información, por lo dudoso del proyecto o por intereses sectoriales?

Las oposiciones son válidas, aunque está claro que son sectores específicos y por diferentes motivos. Escuchar a los diferentes sectores es positivo para el largo plazo de cualquier actividad. La minería es una actividad extractiva, lo cual significa que se saca algo que mañana no va a estar. Pero se saca a lo largo de muchos años. Lo importante es que deje un activo para el futuro, sea a través de una cadena de valor, sea a través de proyectos productivos, sea a través de un fondo para las futuras generaciones, como se prevé.
Creo que se mezclan un conjunto de factores. Sin duda que la forma de transmitir la información es un punto clave que no siempre estuvo bien manejado.
Estamos hablando de la introducción de una actividad nueva en un territorio ya poblado. Lógicamente hay un montón de involucramientos que son razonables. Se pueden ver en cada aspecto de la ley cómo han influido algunas críticas que venían de diferentes sectores. Hoy tenemos las críticas de las cámaras mineras, que entienden que el porcentaje de recaudación es muy alto o que algunas exigencias no son comunes. Pero creo que el hecho de lograr una ley completa le asegura a la industria minera una estabilidad de futuro que promueve al sector.
Venimos de un canon bajo, se cambió la base de cálculo y ahora le agregamos un impuesto para totalizar un 50% de las ganancias. Las críticas se entienden por qué las hacen. Pero creo que también da un horizonte de realidad de tendencias mundiales en los sectores extractivas y una tranquilidad de que el país está obteniendo rentas interesantes.

 

De aquí al 2015, estimamos una baja del 20 al 30% del costo de generación de energía en condiciones actuales

 

En materia energética, ¿qué previsiones hay de que se abaraten los costos a partir de la incorporación de fuentes renovables?

El efecto de tener generación de energía por más fuentes es que va a bajar la variabilidad. En Uruguay, si el año es lluvioso, se genera a bajo costo. Y si el año es seco, el costo es altísimo porque se genera con petróleo o se compra afuera. Tenemos varios generadores de precio medio que hace que disminuya la variabilidad del costo. De aquí al 2015, una vez que esté funcionando lo que hoy se está inaugurando, estimamos una baja del 20 al 30% del costo de generación de energía en condiciones actuales. La generación va a tener un precio estable, que no hemos trasladado muchas veces al consumidor.

¿Qué estimaciones se hacen sobre la evolución del precio de los combustibles?

El esfuerzo del Estado ha sido, en un primer orden de magnitud, un trabajo que no se ha hecho por décadas que es la búsqueda de recursos autóctonos que nos puedan dar el combustible de base y una riqueza adicional. Si eso va a cambiar el precio del combustible, con la exploración no vamos a ver resultados antes de 5 ó 6 años.
Además, buscamos llegar al 10% de mezcla de etanol en nafta y biodiesel en gasoil. Con los biocombustibles tenemos una fuente de trabajo muy importante, una canalización muy importante de granos como el sorgo, pero no un cambio sustancial de los precios.