El canciller venezolano, Nicolás Maduro pasó rápidamente por nuestro país, para participar de la XVI reunión de consejo de ministros de Relaciones Exteriores, en la que se eligió a Carlos “Chacho” Álvarez como Secretario General de la ALADI.
Allí Maduro reflexionó sobre los desafíos que plantea la segunda década del siglo XXI: “Se viene hablando desde hace tiempo de la construcción de un mundo multipolar, para que exista ese mundo multipolar donde se nos respete a los latinoamericanos es vital que tengamos una base común fortalecida, que pasa por construir un mercado común, un proyecto de encadenamiento productivo integral de la región, pasa por construir una arquitectura financiera sólida”.
En su discurso, el canciller venezolano comparó la situación de la región con la de veinte años atrás: “América Latina estaba sometida a fórmulas extrañas, a intereses distintos a los de nuestro propio pueblo, y en el camino de las recetas económicas, sencillamente se nos sometía a shock con programas de ajuste, desindustrializando y destruyendo el aparato económico de nuestros países”.
Tras ese evento en ALADI, Maduro visitó al presidente José Mujica en la Torre Ejecutiva, para comunicarle personalmente sobre el estado de salud del presidente Hugo Chávez, y las líneas que el gobierno de Venezuela llevará a la reunión de ministros de Economía de la UNASUR, que se realiza este viernes en Buenos Aires, para tratar los efectos de las crisis económica mundial.
Montevideo Portal mantuvo una breve entrevista con el canciller venezolano en la habló sobre la salud del presidente Chávez y el sentido de los diferentes levantamientos juveniles en el mundo, marcados por su heterogeneidad en ideología y forma de acción.
¿Cómo está viviendo el presidente Chávez su enfermedad?
El presidente está desarrollando el plan de su tratamiento médico. En este momento está en la segunda fase de la quimioterapia, en muy buenas condiciones físicas y con un gran ánimo.
Desde el punto de vista médico ¿Cómo evoluciona?
Todos los resultados de los exámenes médicos dicen que avanza positivamente y que se viene cumpliendo la expectativa de la superación de esta enfermedad y de su recuperación plena.
Él está concentrado de manera disciplinada y estamos seguros que en las próximas semanas, meses, cuando ya culmine toda su fase de tratamiento vamos a tener un presidente plenamente recuperado.
Por las declaraciones que Chávez hizo, la enfermedad fue un fuerte impacto desde el punto de vista personal, ¿usted percibió eso cuando lo acompaño en sus primeros días de tratamiento en La Habana?
Sí, fue un impacto para su persona y también para todo el país. Realmente fue una gran conmoción para todo nuestro pueblo, completamente. La gente admira mucho la voluntad y el espíritu con el que el presidente Chávez ha asumido su proceso de tratamiento, la gente lo admira verdaderamente. Él afronta la situación día a día con energía y ha compartido con nuestro pueblo y con la comunidad internacional a través de los medios de comunicación toda la fase de su tratamiento. Ha sido un tratamiento hecho de manera transparente frente a nuestro pueblo y el mundo, explicando con transparencia y con la verdad cada fase que le ha tocado vivir. Ahora está viviendo el segundo tratamiento de quimioterapia, y lo ha venido asimilando con mucha entereza. Nosotros sabemos que con todos estos avances médicos, gracias a la medicina cubana, al equipo médico cubano y al plan científico que se elaboró para detener está enfermedad, él ha podido enfrentarla y va a poder superarla.
¿Cree que la enfermedad del presidente, puede ser una oportunidad para empezar a pensar el proyecto bolivariano sin Chávez?
El proyecto bolivariano existe porque existe Chávez, y estará vinculado al nombre del presidente Chávez toda la vida, de aquí en adelante. El liderazgo del comandante Chávez permitió que se sacara de sus cenizas y del olvido la fuerza del pensamiento del libertador, de su ejemplo histórico, de su proyecto de liberación del continente y así va a seguir siendo, con Chávez al frente por muchos años, muchas décadas y desde el punto de vista espiritual está marcado por el pensamiento político, la práctica política de Chávez como líder, quien es el que rescató el proyecto de Bolívar.
¿Qué opinión tiene sobre las diferentes movilizaciones juveniles en el mundo, teniendo en cuenta su heterogeneidad?
En 1989, nosotros tuvimos nuestro despertar. Se llamó el Caracazo pero no fue sólo en Caracas, fue en todo el país. Una explosión social frente al neoliberalismo, una reacción frente a los paquetes económicos impuestos en su época por el Fondo Monetario Internacional y frente al modelo neoliberal que pretende poner al servicio del capital financiero toda nuestra sociedad y toda nuestra economía. En el 89 empezó el proceso de revolución bolivariana con el despertar del pueblo. Después vino el alzamiento militar bolivariano encabezado por el Comandante Chávez en febrero del año 92 y más tarde todo el proceso que hemos vivido. Nosotros captamos y entendemos muy profundamente lo que está pasando en el mundo, hay un despertar general, en los cuatro costados del planeta tierra.
¿Qué cree que puede esperarse de esos movimientos que vienen emergiendo en estos últimos meses?
La gente está buscando una nueva humanidad, está buscando vivir, está buscando una nueva sociedad, cada quien con sus características, cada quien con su cultura y sus formas de ser. Ojalá que quienes manejan el poder del mundo entiendan que los pueblos están buscando cambios por la vía pacífica y por la vía democrática. En términos generales, creo que vienen grandes cambios en la economía, en la sociedad y en la política. Vamos a ser protagonistas en los próximos años de cambios más contundentes y significativos que los que hemos visto en la primera década del siglo XXI que han sido ya importantes.
Maduro nació en Caracas en 1962. En su juventud fue dirigente sindical del Transporte y militó en la Liga Socialista. Se unió a Chávez cuando creó el Movimiento Quinta República, en 1997, siendo electo diputado en las parlamentarias de 2000 y reelecto en ese cargo en 2005. Al año siguiente abandonó su banca para incorporarse al Ejecutivo del presidente Chávez como ministro de Relaciones Exteriores.