Mariella Demarco nació en Durazno y posteriormente se mudó a Montevideo para estudiar abogacía. Apenas concluyó la Facultad se fue a vivir a Rivera, donde desarrolló su profesión para mantener a sus tres hijas. Desde fines de 2004 decidió regresar a la capital y actualmente trabaja de abogada en un estudio jurídico en el barrio Palermo, que comparte con su hija mayor.
En el ámbito político, en 1982 comenzó a militar en el Batllismo Unido pero en 1986 se alejó del Partido Colorado por discrepar con la visión de Julio María Sanguinetti acerca de la Ley de Caducidad. Más tarde se acercó al sector de Hugo Batalla, formó parte del Segundo Nuevo Espacio y se retiró cuando esa fuerza se unió al Frente Amplio.
En 2003 fundó el Partido Independiente con Pablo Mieres e Iván Posada y fue diputada suplente por esa fuerza, cargo que conserva en esta legislatura. A nivel parlamentario presentó varios proyectos de ley vinculados a temas de género y violencia doméstica. Esta es la primera vez que se presenta como candidata a la Intendencia Municipal de Montevideo, idea que "nunca antes había pensado".
-¿No corre con desventaja una candidata que vivió pocos años en Montevideo?
-No. Tengo una mirada mucho menos acostumbrada a algunos problemas graves que tiene la ciudad, como la mala señalización. En Montevideo podés caminar muchas cuadras por una calle sin saber cómo se llama porque no hay ningún cartel y eso es un déficit.
Pero yo no parto de cero. Tenemos el programa de Francisco Gross, que presentamos a las elecciones municipales de 2005, que aún está vigente. En parte eso es lamentable porque significa que se perdieron cinco años.
-¿Qué balance hace de la gestión del Frente Amplio en la IMM?
-El balance es malo o muy malo. El Frente Amplio alcanzó el gobierno prometiendo que iba a hacerlo todo y 20 años después no sólo no mejoró nada, sino que empeoró muchas cosas de la ciudad. En los últimos 20 años los tributos aumentaron un 400% y la mayor parte de esa suba se destinó a incrementar salarios, siendo que el número de funcionarios disminuyó. Eso da cuenta de una gestión que miró mucho a sí misma: el aumento de tributos se lo tragó el aparato burocrático y la ciudad no recibió nada.
Creo que muchos de los fracasos de la gestión frenteamplista se explican por el corporativismo, la debilidad que tiene esa fuerza política ante grupos organizados como Adeom. Esta fragilidad fue notoria cuando en 2001 el ex intendente Mariano Arana firmó un convenio salarial con el gremio que en su momento no se pudo cumplir.
Pero además Montevideo tiene un atraso monumental en el transporte público, en los temas ambientales y en la planificación urbana. Por eso es importante soñar la ciudad que uno quiere de acá a 20 años y empezar a trabajar por ella hoy. El reproche más grande que puedo efectuarle al Frente Amplio es que no haya hecho eso hace 20 años. Si lo hubiera hecho la oposición no tendría discurso.
-¿Qué opinión le merece la ley de descentralización?
-Este proyecto viola la Constitución y lesiona las autonomías departamentales. La legislación (que se hizo para crear las alcaldías) resultó tan mala que hubo que aprobar tres leyes para regular este nuevo modelo. También me parece una mala decisión la de prohibir el voto cruzado porque los concejales deberían ser las personas que los vecinos ven como más representativas.
Por otro lado, cuando escuchamos a la candidata Ana Olivera decir que los alcaldes van a tener que cumplir con el programa del intendente, a mí me hace pensar que para el Frente Amplio la descentralización es algo que se hace en el papel, pero que en la realidad concentra el poder.
-¿Cuáles son las políticas que el Partido Independiente aplicaría en el primer año de gobierno al frente de la IMM?
-El primer desafío es repensar el transporte público hacia una reestructura profunda en línea con el modelo Curitiba. Buscamos que sea más rápido moverse en ómnibus que en auto. La idea es tener grandes líneas que vayan de Este a Oeste, de Norte a Sur, que circulen por carriles exclusivos, con paradas más espaciadas, y que tengan acceso a nivel del cordón, de modo que no se pierda tiempo subiendo escalones, y que el conductor no sea quien cobre. Por otra parte habría líneas más pequeñas para llevar a la gente desde esos ejes hasta su barrio con un boleto único.
Todo eso hace que el transporte sea más rápido, que el carril exclusivo funcione y no como en este momento que se ve cómo se embotellan los ómnibus en esa senda.
Otro de los temas es la presión tributaria. Hay que destinar más parte del presupuesto a inversión, a lo que urge, que es el alumbrado público, el pavimento y la señalización. ¿Cómo se hace? Tiene que haber un nuevo pacto entre la IMM y los vecinos, donde el gobierno diga que su prioridad son los vecinos. De esa forma el intendente va a tener un apoyo tan grande que Adeom no va a poder seguir con medidas de fuerza. Y para ampliar las inversiones se puede no subir los sueldos, reducir las vacantes, no contratar nuevas personas, reducir plantilla de funcionarios y aplicar las medidas de ahorro.
En tercer lugar aplicaríamos el Plan de Erradicación de la Recolección de Basura que incluye la reinserción social de los clasificadores y su familia. El negocio de la clasificación de basura reporta 10.000 millones de dólares al año en Montevideo y actualmente está apoyado en la clasificación informal. Es un gran negocio, y no hay necesidad ninguna de que esos trabajadores sigan haciéndolo en esas condiciones. Hay que clasificar en el hogar, multiplicar los contenedores, y que los clasificadores trabajen las plantas.
-El Partido Independiente tiene escasas probabilidades de ganar en estas elecciones municipales. ¿Cuál es el objetivo de presentarse?
-Lograr un edil. Creemos que es muy importante tener presencia en la Junta Departamental porque es quien investiga los temas de la Intendencia. Además, estamos dispuestos a compartir las ideas. Lo estamos haciendo con el gobierno nacional, en las comisiones interpartidarias, donde fuimos a aportar nuestro punto de vista.
Creo que se pueden buscar acuerdos entre todos los partidos. En el tema presupuestal hay un gran acuerdo en la oposición: la única fuerza política que defiende este orden de cosas es el Frente Amplio.
Patricia Sabelin / Montevideo Portal