Entrevista a María Julia Muñoz

La decisión del gobierno de decretar la esencialidad en la educación para lidiar con los recurrentes paros en la enseñanza cosechó alabanzas y críticas. De fondo, hay una lucha entre derechos. La ministra de Educación y Cultura, Dra. María Julia Muñoz, explica por qué primó que los alumnos uruguayos reciban educación, pero sin minimizar la importancia de las reivindicaciones de los docentes.

Entrevista realizada para Semanario Hebreo por Ana Jerozolimski, reproducida aquí por cortesía de la autora.

Ministra, le agradezco que haya aceptado esta entrevista, aunque son estos días no sólo difíciles sino muy ocupados sin duda para usted. Cuando conversamos hace unos meses, poco antes de la asunción del nuevo gobierno, usted me dijo que los años de gobierno siempre son años de lucha. ¿Pensaba que relativamente tan pronto estaría en medio de un conflicto como el actual?

No. Realmente nunca pensé que hubiera tanta turbulencia en el marco de un presupuesto que ha sido muy dialogado y que respeta los anhelos de todos, en la medida de lo posible.

Siempre el año de primer mensaje presupuestal conlleva reclamos y movilizaciones, más de los sectores estudiantiles. Eso es lógico; cada uno quiere lo mejor para su centro de estudios.

En esta oportunidad hemos perdido muchos días en la enseñanza primaria y media, pese a que existió un diálogo muy fecundo por parte del Ejecutivo.

Habrá que seguir explicando para que se mejore la comprensión por parte de todos los sectores de la enseñanza, y también se vea que el paro o la huelga es una medida legítima de lucha, pero debe balancearse el derecho de los educandos y sus familias.

Cuando se dirigió a la prensa este lunes finalizado el Consejo de Ministros en la Torre Ejecutiva para anunciar la decisión de decretar la esencialidad de la educación, dijo "no es una noticia grata". ¿No es grata porque simboliza que lo que usted llamó "el derecho humano" de los alumnos de asistir a clase, choca con otro derecho básico, el de los docentes de proclamar huelga?

Sí, sin duda. Es muy ingrato tener que adoptar estas medidas, pues implica el fracaso del diálogo que venía siendo muy fecundo y se habían llegado a acuerdos.

Es un derecho humano la educación y la seguridad ciudadana de no alterar permanentemente sus condiciones de vida. No sólo quedan niños sin clases y sin alimentación, sino que se trastorna todo el entorno familiar.

De todos modos, me imagino que si esta decisión fue tomada, es porque se llegó a la clara conclusión de que lo principal es garantizar que haya clase, que los alumnos puedan estudiar... y que todo lo demás, es aparte ¿verdad?

Sin duda. Son decisiones que no son fáciles, ni tomadas a la ligera y que esperamos reflexionemos juntos en que el diálogo es la mejor herramienta de lucha y el respeto mutuo la mejor manera de construir un país.

Cuando se habló los últimos años sobre la crisis en la educación, y cuando lo conversamos meses atrás, usted hacía referencia a los problemas de repetición, a las dificultades de conocimiento en matemáticas y lecto-escritura... Claro que esos eran sólo unos ejemplos... pero el tema de las reivindicaciones de los docentes mismos, no aparecía. ¿Le sorprendieron los paros?

Los salarios docentes son bajos, nadie puede negarlo. Pero ahora son el sector que recibe mayores aumentos llegando a un piso de $ 25.000 por 20 h semanales.

Es el sector de públicos que recibe mayor aumento y que ha sido debidamente priorizado.
Por lo cual sí me sorprendieron los paros.

¿Concibe la posibilidad de que el decreto no se acate y los docentes no vuelvan a clase?

Creo que como nunca se cerró el diálogo, esto debe servir para ver cuán importante es el docente en la vida de una sociedad y asumir las responsabilidades consecuentes.

¿Cree que sería correcto ver esto como una mera crisis, un incidente que luego será olvidado, o el haber tenido que recurrir a un decreto de este tipo dejará indefectiblemente una mancha difícil de borrar, en las relaciones entre el gobierno y los docentes?

Creo que de los desencuentros siempre se logran acuerdos, encuentros y buen relacionamiento.

Usted misma aclaró que la propuesta salarial presentada a los profesionales de la educación fue mayor que la de otros funcionarios públicos... ¿No es riesgoso? ¿No puede desencadenar otros conflictos?

Creo que lo merecen y las autoridades del PIT-CNT lo han aceptado.

Los docentes enseñan a los niños y jóvenes, alumnos en todo el país. ¿Le preocupa pensar qué lecciones ellos aprenden cuando ven a sus maestros protestando para ganar mejor? Y por otro lado... ¿le preocupa que los alumnos entiendan que el gobierno tiene que obligar a sus docentes a volver al trabajo? La sensación es que se mire por donde se lo mire, toda esta situación deja heridas nada sencillas... ¿no?

Muchas veces de los conflictos todos salen ganando. Cuando se prolongan pierde efectividad la medida. Es deseable que los docentes trabajen por su vocación y amor por la docencia. No se defiende la enseñanza pública si nunca se sabe cuándo habrá clases.
Espero seamos todos más conscientes del lugar que ocupamos en la sociedad.

Me imagino que al cumplirse 190 años de vida independiente, usted habría pensado en otro ambiente para festejar la fecha patria. Por eso le preguntaría, combinando su responsabilidad como ministra, con su condición simplemente de ciudadana, de uruguaya... ¿cómo está viviendo estos días? No quisiera sonar dramática de más, pero pensaba preguntarle si está amargada, dolorida, desilusionada...

No, no estoy pesimista, creo que saldremos bien de este conflicto y como tantos otros, será con el tiempo una anécdota.

Ministra Muñoz, para terminar... usted siempre dijo que le entusiasman los desafíos. ¿Cree que saldrá airosa de este?

No me juego nada personal, creo que la enseñanza pública uruguaya debe salir fortalecida, valorada y respetada por todos los docentes, estudiantes y autoridades del Ejecutivo.