¿Cómo se encuentra luego de su salida de la cárcel de Cabildo?
Estoy muy contenta porque mi salida fue un verdadero gol, porque después que el gobierno movió todas sus influencias políticas para poder sacarme de Uruguay, yo estoy acá.
¿Por qué cree que la Justicia colombiana desistió del pedido de extradición?
Ellos me estaban persiguiendo por tres delitos: captación de dinero, enriquecimiento ilícito y narcotráfico. Fue una estrategia del gobierno para que Uruguay me extraditara rápido. Porque cuando escuchás narcotráfico dices “tengo que enviarla ya”.
Cuando el juez (Jorge Díaz) accedió a mi extradición, la aceptó sólo por lavado de activos del narcotráfico. Colombia mandó una comisión de tres o cuatro personas e hicieron todo el trámite ante el Juzgado e Interpol para hacer la entrega formal, hasta ya tenían mi cupo en el avión y cuando ven que me podían juzgar únicamente por lavado de activos del narcotráfico, desistieron de la extradición. Dijeron “no podemos extraditarla porque no hay pruebas”. Pidieron una prórroga y le dieron 30 días. Yo podía apelar, pero no lo hice.
Usted quería ir a Colombia a dar explicaciones
Sí, a dar la cara. Como estaba segura de que no existe una sola prueba, yo decía me voy para Colombia y que me digan a ver a quién le lavé dinero supuestamente.
¿Cómo es posible hacer una pirámide de consumo que sea sostenible como la que pretendían hacer con David Murcia?
DMG (la empresa de David Murcia Guzmán) no es una entidad financiera, no pagábamos intereses, ni era una pirámide como lo han hecho ver ante el mundo. Nosotros teníamos el negocio de comercialización de bienes, productos y servicios, por medio de una tarjeta prepago como las que compramos para el teléfono y nos dan ciertos beneficios, como más minutos, o mensajes. En DMG por medio de esa tarjeta prepago conseguías desde un cuaderno hasta una camioneta. La gente compraba la tarjeta y podía consumir con ella desde el mismo momento que la compraba. Nosotros no decíamos “puede usarla, pero en 6 meses” si hubiéramos hecho eso, estábamos haciendo lo que hacen los bancos.
El segundo sistema que nosotros empleamos fue el de la fidelización del cliente y posicionamiento de marca. Nosotros decíamos: en vez invertir dinero en campañas publicitarias en los medios masivos de televisión, mejor contratemos a nuestros propios clientes y paguémosles con puntos. Entonces contratábamos a nuestros clientes por medio de un contrato de publicidad personalizada, freelance. No tenían que cumplir ningún horario ni nada, simplemente se les entregaba un Kit publicitario con la marca, donde llevaba una remera, una gorra, una lapicera con el logo de la compañía. El cliente tenía que referir 26 personas y mensualmente se le acumulaban los puntos en la tarjeta y con esos puntos podía consumir. Estábamos haciendo dos cosas: posicionando la marca en el mercado y el cliente se fidelizaba porque le estábamos dando un beneficio adicional. En el momento que recibía los puntos, podía hacer compras o cambiarlo por efectivo si quería.
La compañía tuvo un crecimiento extraordinario, porque las personas con tal de ganarse un contrato de publicidad personalizada referían las 23 personas que tenía que referir. Nosotros fuimos creciendo y pasamos a tener 36 sedes a nivel nacional y 250 mil clientes. En cuatro o cinco años ya estábamos muy bien posicionados. En Colombia hay tres monopolios que manejan toda la economía y no quisieron aceptar un cuarto grupo. Nosotros venimos de orígenes humildes y es una idea nueva que dio un resultado exitoso. Estuvimos tres años recibiendo presiones y persecuciones de esos monopolios y todo el sistema financiero nos cerró las cuentas y les cerraron las cuentas a nuestros socios y a los empleados administrativos que trabajaban con nosotros.
Solamente por el hecho de trabajar en DMG. Nos mandaron una investigación y dio todo bien, hubo una entrevista al fiscal Mario Iguarán que dijo que no existen pruebas contundentes no hemos encontrado ni lavado, ni narcotráfico, ni captación. A los dos días el presidente Álvaro Uribe anunció que iba a intervenir a DMG, aunque sea por encima de las leyes. Después de eso lo hicieron. Nos intervinieron la compañía, sacaron a la gente y nuestros clientes empezaron a amotinarse en los lugares.
¿Todavía hay manifestaciones?
Sí, miles de personas en todo. Colombia que salen en protesta, reclamando que nos dejen trabajar. Eso es lo que nosotros pedimos. Como no pertenecemos al círculo social alto y a los tres monopolios de Colombia nos están haciendo la guerra. Nosotros realmente nos preocupamos por el pueblo, por mejorar la calidad de vida, por eso la gente nos apoya. No tenemos una sola demanda por estafa.
¿Cómo se enteraron de la orden de captura internacional?
Nos enteramos por la prensa, mi esposo estaba en Panamá preparando el lanzamiento de un nuevo proyecto y yo estaba aquí en Uruguay.
¿Su ingreso a nuestro país fue legal?
Sí, claro el ingreso fue legal. Yo pasé por migración y salí de Panamá totalmente legal. Me radiqué hace cinco meses por problemas de seguridad, porque teníamos esos tres monopolios encima. Corría riesgo mi vida, la de mis hijos y la de mi esposo. Este es un país que me gusta mucho porque es muy tranquilo y no es elitista, no se discrimina a la gente porque tenga más o menos, y eso me gustó.
Había una recompensa de 32 mil dólares por su captura ¿Cómo sintió eso?
Muy mal. En Colombia ha habido delincuentes de lo peor, los narcotraficantes más duros y a ellos no los han presionado como nos presionaron a nosotros. Mandaron a hacer 20 mil volantes con nuestras caras y las repartieron por toda Colombia, empapelaron Colombia ofreciendo recompensa. A mí me pusieron una orden de captura con alerta roja, que es cuando tú eres ya el delincuente más peligroso del mundo. Lo hicieron para agilizar mi captura a nivel internacional.
Cuando capturan a mi esposo, no le permitieron un juicio de extradición, no lo mandaron ni deportado, ni extraditado, simplemente lo trasladaron como quien va de un pueblo a otro. Ahora lleva cinco meses preso y no le pudieron comprobar ninguno de los delitos.
Hay versiones periodísticas que afirman que David Murcia donó 6 millones de dólares a uno de los partidos políticos panameños.
Yo desconozco el tipo de inversiones que realizaba la compañía, eso sólo lo manejó él. El hecho de ser su compañera no quiere decir que yo veía todos los movimientos, pero puedo afirmar de todas formas que él es inocente. Ojalá el dictador de Álvaro Uribe se conscientice un poco de lo que hizo, porque ni siquiera le importa la gente. David le ha dado soluciones al gobierno, para que le devuelvan la plata a la gente y no lo hacen porque quieren acabar con nosotros.
Cuando uno ve al fiscal general de Colombia diciendo que en tres años de investigación no encontraron nada y a los tres días salen diciendo que sí se da cuenta que el gobierno colombiano tiene influencias sobre la parte jurídica de Colombia. Uruguay es distinto, respeta sus leyes y las tiene para cumplirlas. Todo lo hicieron en el debido proceso.
¿En qué etapa está el pedido de asilo político?
Yo pedí el refugio territorial inmediatamente salí de la cárcel y tengo 90 días para que me den una respuesta. En esos 90 días tengo que demostrar por qué hay una persecución política. Colombia a mí no me quiso llevar cuando salió la extradición pero el fiscal general sale diciendo que están moviendo todas las influencias para que a mi se me expulse ¿En qué país pasa eso? ¿Eso no es una prueba de la persecución que sufro? Yo sé que llamaron al Ministerio de Relaciones Exteriores y a migración para que encuentren cualquier figura para que me saquen de este país.
¿Sabe algún detalle sobre esas llamadas?
No, lo sé porque lo dijeron los medios colombianos.
Usted dice que no vienen de la alta sociedad colombiana. ¿Cuáles son sus orígenes?
Nosotros no teníamos nada, simplemente ganas de trabajar. David es una persona muy inteligente y estratega y su pensamiento diferentes fue lo que le llevó al éxito. A nadie se le ocurrió hacer una mezcla de fidelización de clientes con posicionamiento de marca y sacó un sistema nuevo que le da una mejor calidad de vida a la gente.
¿Cómo comenzaron el negocio?
Fuimos a vivir a un pueblito alejado de Bogotá y David empezó a trabajar en la parte comercial. Primero hicimos una red solidaria, donde tomábamos casos de gente que tuviera problemas de salud o de dinero y en un programa radial, David buscaba donaciones. Como necesitábamos de qué vivir, en la misma red solidaria empezamos a vender productos naturales, rifas una cantidad de cosas, y así nació la idea de empezar a comercializar productos. La gente nos encargaba un electrodoméstico, nos lo prepagaba y nosotros se lo entregábamos a la semana. Teníamos una persona en Bogotá que nos lo enviaba. No comercializábamos con nuestro dinero porque no teníamos, pero hacíamos toda la logística para que el cliente tuviera lo que quisiera. La gente empezó a comprar y empezamos a crecer e hicimos al mismo tiempo asociaciones con otras compañías, llevamos el sistema a Panamá, Ecuador y Venezuela, teníamos contratados abogados que siempre nos dieron su respaldo jurídico del sistema de comercialización que estábamos haciendo. Empezaron a llegar amenazas telefónicas, y en una de esas dijeron que iban a secuestrar a uno de nuestros niños.
¿Cómo se defendía de las amenazas? ¿portaba armas?
Preferimos irnos a vivir a Panamá, en vez de estar con escoltas en Colombia. Vivimos dos años en Panamá y cuando se corrió la bola de que estábamos en Panamá empezaron nuevamente las amenazas. Estar rodeado de seguridad o cargando un arma, no es vida ni para los chicos, ni para nadie, entonces preferimos salir de Panamá y llegar acá.
¿Por qué Uruguay, qué contacto tenía acá?
Una persona de Colombia lo invitó acá y les presentó a algunos uruguayos, no sabría decir quienes pero personas comunes y corrientes y a David le encanta Uruguay, la gente. Nosotros somos personas humildes, pese a que pudimos haber tenido mucho poder.
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¿Cómo fue la experiencia de la cárcel de Cabildo?
Luego que me capturan me llevan a Interpol donde pasé la noche y al otro día me trasladan a la cárcel. Fui muy famosa cuando llegué, porque el caso ya había sido anunciado en todos los informativos. Llegué a la cárcel y pasé a registrarme en enfermería y una empieza a gritar “La que robó y estafó a tres millones de colombianos”, “Yo no he robado a nadie, le dije” y a ella le dio risa y entré y la enfrenté. Algunas se burlaban diciendo que todas las que entran a la cárcel se creen inocentes y yo les dije que me crean o no, era inocente. Afortunadamente di con gente bien. Pasé una experiencia dura pero bonita y aprendí a valorar la vida, a Dios y la libertad, que una no la valora hasta que la pierde. Las reclusas no me discriminaron porque fuera colombiana, llegué y una me dio sábanas para que pusiera mi colchoneta, otra algo para que guardara mis cosas y otra me invitó a que fuera a comer con ellas. Nunca me pasó nada, cuando alguien quiso atacarme siempre otra me respaldó. Salgo con la convicción de que si me lo permite el gobierno uruguayo quiero crear una fundación para ayudar a las cárceles porque me di cuenta que hace falta mucha atención en ese sentido. De pronto me gustaría promover más para que haya una rehabilitación. Por el solo hecho de estar ahí, ya necesitas ayuda. En la parte sicológica es fundamental. Me gustaría incentivar a las compañías para llevar trabajo a las cárceles”, Quisiera hacerlo para ayudar y en cierto modo agradecer a Uruguay por todo lo que me ha ayudado, desde mi abogado hasta las compañeras en la cárcel.