Salsamendi sostiene que el primer dilema que enfrenta la institución es que "debería coordinar todo lo que se refiere a la infancia y la adolescencia, incluyendo temas de salud o educación, pero la realidad es que sigue siendo un organismo destinado a la atención de los más pobres y los más vulnerables". Con respecto a la problemática más conocida, la vinculada a los adolescentes infractores, admite que "no se ha logrado dar en la tecla con una metodología determinada" y señala que "se fue de un lado a otro en la definición de políticas, y no se pudo disolver la tensión entre los aspectos de seguridad y los socioeducativos". Éste es uno de los "grandes desafíos".
-¿Cómo se soluciona la tensión entre los problemas de seguridad y la educación de los jóvenes?
-En el imaginario colectivo los adolescentes pobres siguen siendo una amenaza a la seguridad pública. Eso es parte de lo que tenemos que resolver. No cambiar la imagen por el sólo hecho de cambiarla, sino operar objetivamente sobre una realidad. Hay que continuar aplicando las políticas sociales que trascienden la órbita del INAU, porque el instituto tiene que trabajar sobre aquellos puntos en los que fracasaron las demás políticas, sean de vivienda, salud o educación, y recoge a todas esas personas.
-A pesar que el organismo reúne a un grupo de personas que vienen de un contexto crítico, no se logró una gestión exitosa. ¿Qué es lo que falló dentro del INAU?
-En mi opinión, las sucesivas administraciones, no sólo las del Frente Amplio, donde la de Víctor Giorgi y la de Nora Castro han tenido un avance formidable. Genéricamente el Uruguay no ha encontrado una solución a los temas de infracción, porque trabajar esto tiene que ver con los derechos vulnerados y también con buscar la forma de reinsertar al joven en la comunidad. Uno de los grandes desafíos es encontrar la manera adecuada de capacitar a los funcionarios para realizar un trabajo que no es sencillo, que es sumamente desgastante y estresante.
-Dentro de los cambios que usted piensa implementar está la idea de separar al SEMEJI, que concentra a los menores infractores, del INAU. ¿En qué beneficiaría esta modificación?
-Es una idea de la Comisión Multipartidaria de Seguridad que plantea separar las cárceles del Ministerio del Interior y crear un instituto nacional de rehabilitación que tenga dos subdirecciones, donde una se encargue de los delitos de adultos y la otra de los cometidos por adolescentes. Hay otro planteo que es generar un servicio descentralizado, similar al INAU, y que el SEMEJI pase a esa órbita.
En lo personal creo que hay que ir hacia mayores niveles de autonomía para el SEMEJI, que permitan especializar a los funcionarios. Todavía no tengo claro cómo se procesa esa especialización, pero es necesario capacitar a los funcionarios y a la dirección en los temas vinculados a la privación de libertad y a las medidas alternativas.
-Una de las medidas que se pretende impulsar en el corto plazo es la creación de 200 nuevas plazas.
-Existe la necesidad de crear en lo inmediato entre 150 y 200 plazas nuevas para manejar mejor la situación, tanto desde el punto de vista de la seguridad como desde el aspecto socioeducativo. Por eso le planteamos al ministro del Interior esta posibilidad y él se comprometió a dar una respuesta. Esto nos permitiría descongestionar el ingreso, trasladar a los adolescentes más conflictivos a estos nuevos lugares y pensar en la Colonia Berro como un centro enfocado a la educación ya a la reinserción de los adolescentes, sin perder condiciones de seguridad.
-En el año 2009 se registraron 1000 fugas desde diferentes hogares, ¿estas 200 nuevas plazas permitirían un mayor control?
-Ese es un dato de una investigación que hizo Daniel Sayagués y no conozco la metodología que utilizó.
Las 200 plazas colaborarían a minimizar el problema de las fugas, pero además, en un plazo no mayor a dos meses se culminaría con algunas obras que permitirían tener unas 50 plazas más. Ese mayor control va de la mano de la custodia perimetral, que es del Ministerio del Interior, donde hay una responsabilidad importante en el tema de las fugas. Por lo tanto estamos coordinando cuál es el número adecuado para la custodia perimetral.
-Uno de los policías que trabajó en la Colonia Berro dijo que los funcionarios del INAU ingresan cortes y hasta les permiten escapar a los menores pues se ven saturados por su conducta. ¿Se prevé hacer algún control sobre lo que ingresan los funcionarios?
-Sí, sin duda. En cuanto a si existe gente que permite a los chiquilines fugarse deliberadamente, en los casos en que se ha detectado, se está en sumario al respecto, y hay varios casos en que se han destituido funcionarios.
-¿Es partidario de rotar los cuadros como planteaba el Padre Mateo?
-La ventaja de eso es evitar la permanencia excesiva en el tiempo que genera situaciones de mucho estrés, de acostumbramiento y en algún caso podría generar situaciones de corrupción. La ventaja de permanecer es la experiencia que se adquiere, que es difícil lograrla cuando se rota permanentemente el personal. Creo que hay que ir logrando -y este es un aspecto esencialmente presupuestal- una cantidad suficiente de educadores, funcionarios, técnicos, mandos medios y directores, que permita una rotación dentro del propio sistema. No sacar a alguien de primera infancia y llevarlo a trabajar con infractores, sino permitir rotaciones entre los establecimientos donde trabajan. Al mismo tiempo, esto haría posible un sistema de oxigenación de la cabeza. Hay que terminar con eso de que conozcan tu familia y donde vivís (NdR: se refiere a las amenazas que sufren los funcionarios), y esto es de ida y vuelta.
-Entonces, ¿el aumento de funcionarios y la mayor capacitación podrían mejorar sustancialmente la tarea?
-Trabajar en estas condiciones es muy estresante, por eso nos preocupa mucho lograr una capacitación mayor que permita que los funcionarios puedan manejar esas situaciones de otro modo. Creo que los trabajadores del INAU tienen cierta mala fama, que en algunos casos puede corresponder con la realidad, pero la ciudadanía no asume lo delicado de la tarea que desarrollan. Por eso la necesidad de la capacitación, tenemos que lograr que el propio trabajador entienda que va en su favor, que le va a permitir trabajar mejor, con menos estrés, con menos temores.
-¿Se piensa contratar a alguien del exterior para eso?
-No lo descartamos, estamos trabajando en generar convenios con otros países donde la gestión ha sido exitosa. En Barcelona y Cataluña lograron un buen trabajo en la ejecución de medidas, pero esencialmente en reducir la tasa de incidencia mediante un trabajo eficaz en el egreso. Nosotros creemos que ahí se juega mucho.
-¿Es partidario de bajar la edad de imputabilidad?
-No. Las modificaciones legales no son el problema, el problema es que el sistema de responsabilidad juvenil funcione bien, en todos sus aspectos: en el segmento policial, judicial y en la ejecución de medidas.
-¿Se prevén aumentos para los funcionarios como reclama el sindicato?
-Si, no tengo ninguna duda. Casi todos los organismos pagan más que nosotros, entonces las personas ingresan al INAU y después que adquieren una buena experiencia se presentan a concurso en otros organismos y se van. Todavía no hemos resuelto la forma en que hay que elevar los sueldos, si en base a porcentajes fijos o más selectivamente. Eso es parte de los elementos que pretendemos dialogar con los trabajadores y sería incluido en este pedido de presupuesto.
Patricia Sabelin / Montevideo Portal