Este martes 13 de abril a las 20 horas, en la Facultad de Comunicación y Diseño de la ORT (ubicada en Uruguay 1185), Iscar Blanco brindará una conferencia titulada "El periodismo ante los avances de Internet".
Blanco es el supervisor gerente de la sección Internet de La Voz de América (www.voanoticias.com), un servicio internacional de noticias multimedia que se transmite desde 1942 a decenas de países del mundo con la financiación del gobierno estadounidense.
La Voz de América, para aquellos que desconozcan su influencia a nivel internacional, tiene una audiencia mundial de más de 134 millones de personas a través de más de 1.250 horas de noticias e información semanal.
Antes de trabajar en La Voz de América, Iscar fue productor y presentador de noticias tanto en la CNN como en la BBC. Es autor de varios artículos sobre nuevas tendencias en el periodismo y ha realizado conferencias en Estados Unidos y Latinoamérica sobre periodismo y medios electrónicos.
Iscar, un tipo de sonrisa y opiniones francas, facilidad para la anécdota y mucho respeto por las viejas tradiciones periodísticas, recibió a Montevideo Portal para dialogar sobre algunos temas de interés común en torno al periodismo e Internet. Con él charlamos y discutimos sobre el futuro del periodismo, la ética en la profesión, el reinado del ciudadano comentarista y otros temas que tocan de cerca a los que leen y los que escriben.
¿Cómo conjuga la información un portal cuya empresa tiene a su vez un servicio de radio y televisión?
Por años la radio ha sido el pilar de la Voz de América. No podemos pretender crear movimiento con Internet y olvidarnos de un elemento vital como es la radio, que es inmediatez, aún más que la red. Tenemos todo un equipo que mantiene esa estructura noticiosa a distintas horas del día. Nosotros nos nutrimos de todo eso y tenemos una serie de alertas sobre lo que sucede y lo que se va generando a nivel informativo. Nosotros nos vemos como un equipo. Todos estamos juntos: no tenemos formalismo de que algunos sean solamente de Internet, otros de radio... Hay veces que lamentablemente cubrimos los dos el mismo evento, pero tenemos reuniones editoriales en las que definimos lo que se hace el día a día. Desde Internet le damos un toque menos noticioso y más de historia, pero nos complementamos.
Hace poco, The Times anunció que comenzará a cobrar por sus contenidos online en junio. ¿Le parece viable esa alternativa en el periodismo digital, teniendo en cuenta la tendencia actual?
Mi óptica personal es que hacia allí vamos. Yo creo que la gente se está malacostumbrando a tener un servicio gratuito de información, porque entonces, ¿quién va a suplir, quién va a costear a los reporteros, los periodistas? No quiero usar la palabra caos, pero estamos en un ordenamiento de todo lo que tiene que ver con Internet. Estamos violando muchos derechos de autor, como por ejemplo en las fotografías. Los que empiezan en el mundo de Internet piensan que van a Google y sacan una foto y la colocan en cualquier parte. Estamos en un ordenamiento en el que cada cual dice lo que debería pasar y los abogados dicen lo que no debería ser... Internet es muy abierta, pero creo que vamos a llegar en algún momento a la regulación.
Vamos a llegar a un nivel en el que de la misma manera en que si no tienes cable no puedes ver las noticias o si no tienes pay per view no puedes acceder a cierta información, habrá que pagar. De pronto me equivoco. De pronto el correr del tiempo no me da la razón, porque estamos en un mundo muy cambiante, pero creo que hacia allí vamos.
La gente está acostumbrada a no pagar por contenidos online. Si hay alternativas gratuitas, ¿la gente irá a los contenidos online, pagará?
¿Pero es información o es periodismo lo que estamos haciendo? Si entras a una página cualquiera, ¿es eso periodismo, información, comunicación? Estamos en ese ordenamiento de definición de conceptos. Yo creo que una página como la de El País o El Observador, que tienen una tradición en el rubro, intentan mantener ese peso de tradición periodística a través de información noticiosa, de eventos que se cubren, en los que va un reportero, que toma la foto, que llega y monta su nota. Si nos ponemos a pensar en un montón de páginas a través del mundo (como El Tiempo en Colombia, o Clarín en Argentina) todas están cumpliendo esa normativa de lo que es hacer periodismo. Después viene una serie de páginas o bloggeros que dicen que lo están haciendo, pero entonces este señor que supuestamente hace periodismo decide irse der vacaciones en Semana Santa y te quedas sin información durante el tiempo que se va. ¿Es eso periodismo? Intento reflexionar si es eso lo que estamos haciendo. A mí me causa gracia cuando alguien dice "Lo leí en Twitter" o en Facebook ¿Es eso periodismo, eso es una fuente confiable?
Antes de tocar este tema, y volviendo a lo anterior, siempre está la posibilidad de que un medio digital pueda sustentarse económicamente por lo que fuera, sea publicidad u otra cosa, no cobre por sus contenidos y tenga periodistas trabajando...
A ver, yo puedo venir a Montevideo y bajarme en el mejor hotel, y luego ir a una posada y tener un servicio mucho mejor que ese hotel. A dónde vamos es una cuestión de servicio. No critico al bloggero o al que tiene su página en Twitter o a las páginas de periodismo. A medida que vayamos ofreciendo ciertos servicios, la gente va a preferir pagar por un diario como El País de España, con tal de tener buena información, y no dudar si lo que recibe a través de esta otra página que es completamente gratuita va a ser buena.
No digo que esto vaya a suceder de la noche a la mañana. Yo creo que alguien va a empezar a decir "voy a ponerle un precio a mi matrícula, al acceso a la página", y quizá resulte que dentro de seis meses no obtiene ningún beneficio. De hecho, ya hay diarios que lo hacen, que dejan ver cierta información y cobran por otra. Estamos en ese ordenamiento tecnológico en el que mucha gente no sabe a dónde va, o qué pasará si cobra o no por un servicio. Todos estamos experimentando.
Ética y cinética
Hablando de ese ordenamiento y de ajustar cosas en un medio nuevo, ¿hace falta una deontología del periodismo digital, teniendo en cuenta que el periodismo tradicional se ejerce ya desde hace muchísimos años?
De eso quiero hablar. Me da la impresión de que las nuevas generaciones de comunicadores tienen este concepto de que tener una página ya es un comienzo. Es un buen ejercicio, pero creo que las normas y la ética que requiere el periodismo es lo que diferencia entre una página de información y una de periodismo. No puedo pretender poner una información cualquiera de un lugar que visité y me encantó, por ejemplo, y querer hacer de eso periodismo. Eso es información de un lugar que vi, visité y me gustó. No tiene valor periodístico, aunque sí mucho informativo.
Para mí, Twitter no tiene ningún valor periodístico más que como fuente de información. Si yo estoy conectado a tu página de Twitter y tú me dices a mí que Ricly Martin se declaró gay, es una fuente. Hay gente que toma ese punto y ya tiene la noticia. Y sí, en algunos casos se da la noticia como noticia, porque la filtraron a través de Twitter. Pero funciona como un canal en el que pones algo y se dispersa a través de todo el mundo.
Pero si una fuente de Twitter demuestra ser confiable en varias oportunidades, ¿no se le puede dar el mismo crédito que a una fuente tradicional? En ese caso, también está basada en la confianza y puede fallar de igual forma.
¿Qué pasa si llamas a la oficina de un senador y te atiende el que limpia y dice que acaba de firmar un proyecto de ley? Hay riesgos.
Claro, pero uno debe confirmarlo de igual forma...
Ahí entra lo que hablábamos. ¿Hasta dónde estamos enseñando valores éticos a la nueva generación de periodistas? Porque si bien tengo la fuente de Twitter, tengo que ir a buscar una segunda o tercera o una cuarta. En el periodismo solemos caer en esto de las dos fuentes: le pregunto a éste, le pregunto al otro y con eso basta. No, eso no significa que tengamos la realidad. Lamentablemente, no tenemos el tiempo de dedicarnos a un estudio cuatro o cinco meses, como un sociólogo, y tenemos que salir con la información al otro día. Pero hay gente que agarra Twitter, luego va a otra página y después escucha una radio en la que la presentadora acaba de decir "tenemos información de que Ricky Martin se declaró gay" y listo. El que escribe la nota dice: tengo Twitter, tengo la radio... sí, pero esta chica quizá está leyendo Twitter, quizá es la misma fuente. Si sentáramos dos generaciones periodísticas y nosotros nos colocáramos en la mitad nos daríamos cuenta de que por un lado hay mucha experiencia y poca tecnología, y viceversa. La cuestión es cómo combinar toda esta generación ética con la tecnológica. Ese es el punto que tenemos que tratar para ver cómo hacemos para sumar esos conocimientos.
Puede que si entras a Twitter a la página de Juanes, haya algo de información... ¿pero quién me asegura a mí que es la página de Juanes o la de Ricky Martin? Hay páginas hasta de Hugo Chávez.
Pero allí el valor de Twitter es el de disparador de la noticia, ¿o no? Permite una inmediatez, como el de la persona que está allí justo cuando sucede algo importante, y uno no publica pero sí tiene a partir de allí cómo confirmar la información o ampliarla.
Sí, claro. Una anécdota a modo de ejemplo: estando en Miami, una vez comenzaron a desembarcar frente a nuestro apartamento varios haitianos en una lancha, y quién me avisó a mí de ello fue mi suegra, que estaba en Uruguay. Y yo no lo sabía. Fue una fuente.
Quiero decir, los policías tienen fuentes, lo hemos visto en las películas, pero no significa que sean reales. Twittrer o Facebook siguen siendo para mí fuentes poco confiables.
La caída
En los últimos años se ha producido una crisis de medios tradicionales, con caída de venta de ejemplares de los diarios y caída de ingresos por publicidad. ¿Cómo se explica ese abandono progresivo del lector de los medios de papel, teniendo en cuenta esa preservación ética que subsiste en los diarios, como mencionabas?
Bueno, yo no creo que se haga mejor periodismo en papel o en computadora. El tema es dónde vamos. Si miras a una persona adulta que escribe en Blackberry, tiene problemas y "odia" escribir en estos aparatos. Pero si hablas con un sobrino o un hijo, hasta te lo desarma, y te lee noticias en cualquier aparato electrónico porque es allí donde ellos van ahora. Nosotros debemos pensar que estamos trabajando para la generación que viene, no la que está. Para esa están los diarios.
Es decir, ¿tu explicación para la caída de ventas es puramente tecnológica?
La caída no tiene nada que ver con la tecnología, es económica. Si analizamos lo que ha pasado en los últimos cinco años a raíz de la crisis económica mundial, vemos que lo primero que se recorta son las inversiones en publicidad. Eso es en todos lados. Si buscas auspiciante para tu página, es probable que te digan "ahora no puedo, porque estamos atravesando esta crisis". Es sabido que la crisis económica afectó a los diarios, a todos los medios de comunicación. Y otros optan por meterse a Internet, donde la publicidad se cobra más barato pero los costos son menores. Vuelvo a hablar de esa reorganización social, ética y económica que está atravesando el periodismo.
Sucede hasta en la redacción. Antes uno tenía que escribir largo, y ahora hay que escribir corto. ¿Escribimos corto para la generación de nuestros abuelos o para los que vienen? ¿Los estamos malacostumbrando, como me dijo alguien una vez, o tienen una percepción visual y de aceptación de información diferente a la nuestra? Yo no creo que un libro de 500 páginas sea mejor que uno de 50 páginas. ¿Estamos escribiendo para una generación que viene?
Pero la redacción más corta en Internet, ¿no se da porque es aún cansador leer demasiado texto en pantallas, sean computadoras u otros dispositivos?
Claro, por supuesto. Ya están haciendo libros electrónicos, con pantallas más grandes y de lectura más fácil. Por mucho que trato de leer en el iPhone las noticias me canso. Ahora, yo voy a hacerte la pregunta que quizá tú me quieras hacer. ¿Van a desaparecer los medios de papel? Yo no creo. No creo que el libro desaparezca en los próximos años.
Entiendo que no desaparezcan, ¿pero acaso el papel va a ser el mismo, en el sentido del rol?
¿Los diarios seguirán haciendo periodismo como ahora o tendrán que cambiar el enfoque?
Pero ya sería más ciencia ficción eso. Si hablamos de muchas décadas para adelante ya no creo que exista el papel por varios motivos, por ejemplo ecológicos. La tecnología avanza muchísimo. Y yo veo que por mucho que tratemos de avanzar en tecnología, todavía tenemos generaciones lentas en el manejo de las mismas. Aquí tienen una ventaja grande al respecto que es el Plan Ceibal. No sé si la gente se dio cuenta pero imagínate un niño de 6 o 7 años que usa las computadoras del plan Ceibal qué dominio tendrá cuando tenga 16 años. Su visión va a ser totalmente diferente a la nuestra.
Nuestros participantes de hoy son...
Volviendo al tema de la crisis en los diarios de papel. Tú dabas una explicación económica por la coyuntura mundial, pero ¿no hay una razón periodística para que los lectores estén prefiriendo decantarse a otros medios, quizá porque la tecnología les permite incidir o participar en forma inmediata en las noticias?
Es que la participación ciudadana no ha dejado de existir. Antes estaban las cartas al director o las llamadas a la radio pidiendo una canción...
Claro, pero ahora las posibilidades son mucho más amplias e inmediatas.
Entonces tienes que tener un grupo generacional dispuesto a responder en forma inmediata. ¿Porque cuál es el peligro que tú tienes cuando abres una página con comentarios? Una simple: que alguien diga una vulgaridad sobre otra persona. Y tratar de competir con una o dos personas que quieren hacer daño o que quieren jugar a hacer daño es difícil... Lo que nunca vamos a tener -porque así nació la web- es el control completo. Es un medio libre. El concepto romántico de la web es "yo hago lo que me dé la gana", Ahora, atención, yo elijo qué quiero leer.
¿Cuál es la política de La Voz de América con los comentarios en las noticias?
Nosotros tenemos todas las notas abiertas a comentarios. El único espacio donde no publicamos automáticamente es entre las 9 de la noche y las 7 de la mañana, y en la mañana alguien entra y los va publicando.
¿Y el resto del día? ¿Publican y luego filtran?
Los leemos antes. La razón es que al principio teníamos una política de libre expresión, pero luego te das cuenta que la libre expresión se convierte en un desorden que la gente utiliza para ofender a alguien o para ofender la labor de un presidente u otra religión. Para nosotros debe haber un respeto ético, racial, de orientaciones sexuales. Si no lo canalizamos ese respeto tendremos gente como nos sucedió en el caso de Ricky Martin, donde se dijeron barbaridades que ni siquiera debían leerse. Yo he encontrado buenos comentarios con una sola palabra obscena y lo único que hago es quitar la palabra, dejar el resto como está y publicar. Siempre y cuando no incite a la violencia, yo creo que debe haber libre expresión.
Es que el lector de Internet no es muy leal, pero cuando lo es, es demasiado leal. Te exige, te regaña. Es como digo siempre: ya no hay más gerencia. Es la gente la que decide qué va.
A diferencia de los medios tradicionales, uno en Internet puede comprobar exactamente la cantidad de lecturas que tiene cada noticia. ¿Cómo se manejan con la dictadura del éxito?
Para mí, no hay una metodología a fin de mes o semestre o año. Para mí es el cierre final del día. Trato de no volver un adicto de los números porque lo fui alguna vez, eso de "esta nota tuvo tantos hits y ésta otros tantos". Sí los reviso y veo hacia dónde nos estamos moviendo. Lo que me gusta es descubrir cuándo se generan debates entre los comentarios: ése es el camino para decidir qué le gusta a la gente. A manera gerencial las cifras sí dan mucho.
¿Pero influyen en el criterio periodístico?
No. Si fuese así, la página nuestra sería enteramente de los Jonas Brothers (risas)
De frente y de perfil
¿Cómo debe ser el perfil de un periodista digital?
No voy a hablar de edades, pero creo que tiene que ser una persona abierta. El perfil es el de una persona multimedia, que pueda salir con una cámara o un grabador, que pueda editar fotos, por ejemplo. Primero, que sea polifacético. Es decir, uno no es periodista digital. Es periodista. Si sales de internet y te dan un trabajo en radio, eres periodista. Más allá de perfil, yo hablo de la necesidad de crear una generación de productores, gente que pueda hacer un programa de radio o televisión pero con una mentalidad más multimedia. Gente que si está haciendo un video, pueda colocarlo en Internet pero redactar la noticia para la web, más breve. La parte más difícil es esa: sacar una generación que domine todos esos elementos y después decirle "ahora tienes que aprender todo lo que este viejo que está acá al lado ya sabe", que es toda la parte ética.
No cualquier cosa es periodismo. La gente entra a Youtube y ve, por ejemplo, el tiroteo del helicóptero que dispara en Irak (donde murieron dos empleados de la agencia Reuters, video publicado por Wikileaks en la red). Ayer teníamos una discusión al respecto y yo decía: ¿alguien vio todo el video? No le doy la razón a las fuerzas estadunidenses ni soy pro yankee, ¿pero alguien vio todo el video? ¿Alguien discutió con el general? ¿Alguien hizo las preguntas que hay que hacer? No, entonces ojo, que lo único que tenemos allí es un pedazo de la información. Es como el famoso accidente que sucede en una esquina. Viene el periodista y consulta al conductor de un auto, al conductor del otro, se va y hace la noticia. ¿Es eso periodismo? Él debió subir y preguntarle a la señora que está en el balcón y que vio desde arriba, o preguntarle al policía. La gente tiene ese concepto de dos fuentes, y en el caso de este video es una sola fuente.
Otro tema delicado es el de los derechos de autor. La gente tiene la impresión de que todo lo que está en la web se puede usar, porque alguien dijo un día que la web es libre. Todo está creciendo. Hay muchas cosas por discutir, muchas cosas por hablar y nadir quiere sentarse a hacerlo. Es como la abuela que se está muriendo y nadie quiere mencionarlo en la familia: todos llegan a la mesa, todos sonríen, hasta que la abuela se levanta un día y dice: "oigan, que me estoy muriendo".
Martín Otheguy/ Montevideo Portal