-¿Qué balance se puede hacer de la situación de Uruguay, tomando en cuenta las ventajas y desventajas que hubo en este período?

-Tengo que hacer un balance en relación a lo que prometimos (NdR: y a modo de ejemplo se refirió a dos de los principales lineamientos de este Ministerio de Ganadería: terminar con el endeudamiento de los productores y lograr que la entidad esté cerca de la gente).
Cuando llegamos al gobierno había una situación de endeudamiento generalizado en el país que también era del sector agropecuario. Nos comprometimos a mejorar el clima productivo porque la gente estaba desanimada. Ese fue un tema bien concreto sobre el que trabajamos con mucha fuerza y hoy, el endeudamiento no existe más como problema. Esto se logró con el trabajo de todo el gobierno y no sólo del Ministerio de Ganadería.
Para podernos dedicar al aparato productivo había que suturar heridas muy grandes que afectaban al ánimo de la gente además de su patrimonio. Eso se hizo con el sacrificio de todos, de los productores, del Estado, cambiando los plazos; la filosofía fue caso a caso.
Otro compromiso fue lograr una institucionalidad cerca de la gente, porque en este Ministerio por cada funcionario que trabajaba junto a los agricultores, había dos funcionarios en las oficinas, y dijimos que eso lo teníamos que revertir. Nosotros precisamos un Ministerio que fije los lineamientos y que los construya en los pagos junto con la gente.
Hoy tenemos una ley de descentralización que hace que el ministro no tenga que estar en todos lados porque en cada departamento hay un ministro que se encarga de ver los temas locales y así podemos conjugarlos. Hay una agenda en cada departamento y para eso apostamos a los funcionarios y no pusimos cargos de confianza. Además coordinamos los servicios en cada departamento revirtiendo la lógica de antes que funcionaba con técnicos de los distintos institutos cada uno por su lado.

-¿Cómo está posicionado Uruguay en este momento con respecto a su capacidad de producción?

-En este período de gobierno Uruguay ha mejorado la producción y la productividad. Con respecto a la primera lo que aumentó fundamentalmente es la producción de carne, de arroz, trigo, cebada, cítricos y leche. El conjunto de la producción creció porque somos un país con pocos habitantes, muchos recursos naturales, y porque producimos mucho más de lo que consumimos. Pero en nuestro gobierno además de aumentar la producción aumentó la productividad (NdR: se refiere por ejemplo a la producción por há ocupada de tierra o a los kilos de carne que produce cada animal), y eso es desarrollo productivo, no sólo crecimiento.
Además como hay mejor calidad de algunos productos como la carne tenemos muchos mejores precios. Hoy vendemos carne a más de 100 países y podemos elegir a los que vendemos, pero este avance no es producto solamente de esta cartera sino que el Ministerio de Relaciones Exteriores trabajó mucho en el relacionamiento político con los mercados.

-¿En qué sectores la productividad fue mayor a la esperada?

-Tenemos el rendimiento más alto del mundo de arroz, 8 mil kilos por há. Pero como somos un país chico nadie se animaba a decir algo así porque era como sacar pecho, como gorrión de basurero. Lo cierto es que este paisito tiene el rendimiento más alto del mundo, ¿y cómo hicimos? Se aplican bien las técnicas, se fertiliza, hay buena calidad de riego, estamos en una zona del mundo donde hay buenas temperaturas y buenas horas luz. Pero además hay un factor importante, el de las inversiones, que lo logró el Ministerio de Economía manejando la ley de inversiones y mejorando el decreto reglamentario lo que condujo a que hayan más inversiones y eso llevó a que mejorara también la productividad. Hay cosas que las hacen los productores uruguayos porque tienen mejores condiciones, pero también hay cosas que las hace un gobierno.

-Esto es el estado actual, ¿qué queda por hacer?

-Si con los recursos que tenemos de agua, suelo y conocimiento, tuviéramos la organización de la agricultura francesa, produciríamos 100 veces más. Hubo resultados positivos pero nos falta una gran tarea de desarrollo y esto no es una carencia, es una posibilidad.

-¿Cómo es ese modelo de organización agrícola?

-Hablo de Francia como de cualquier lugar donde el desarrollo de las fuerzas productivas sea más alto que acá; donde cada vaca está identificada, seguida cotidianamente, medida, informada sobre cuánto produce. Cuando tengamos todas esas cosas vamos a tener una producción mucho más grande de la que tenemos.
Esto es una potencialidad y requiere de una cosa esencial: inteligencia. Del productor nuestro debemos pasar a un actor conectado, informado, que decida, que busque los caminos para mejorar, y eso es desarrollo humano, porque hoy los productores que tenemos son veteranos, con enseñanza primaria, son pocos los que tienen estudios terciarios. Lo que queda es desarrollo, lo que tuvimos es crecimiento.

-¿Se puede decir que con el paso del tiempo el modelo productivo actual quedaría obsoleto?, ¿sería bueno impulsar una reforma agraria y que se determine desde el Estado qué tipo de cultivos, cómo cultivar y que se indique hasta una límite de la cantidad de tierra ociosa que pueda haber?

-A la reforma agraria ya la estamos haciendo. Hay varios puntos del país donde se impulsan modelos productivos y de organización diferentes. Una cosa es dividir la tierra en pedacitos y otra cosa es hacer una reforma agraria, que es un proceso por el cual se define qué producimos, para qué consumidores, con qué calidad, con qué protocolo productivo, en qué mercados, utilizando cómo los recursos naturales, aplicando qué tecnología, con qué capacitación de las personas y con qué bienestar alcanzado. Cambiar todo ese estado a otro, eso es reforma agraria. Eso lo empezamos a hacer, vamos hacia eso, pero no es un acto mecánico, es bastante más complicado.

-Usted señaló que el cambio climático generó 20.000 millones de pérdidas para el mundo, ¿lo peor de la sequía ya pasó?

-Dejó huellas agroclimáticas porque todavía no se han rellenado los reservorios subterráneos de agua que sufrieron las consecuencias. Por su lado los animales siguen sufriendo las consecuencias de un período en el que no tuvieron alimento; hay un porcentaje de parición más bajo, por lo que la porción de terneros que nacerán será menor a la que se podría haber esperado. El daño que nos ocasionó la sequía se va disipando en un proceso, para la agricultura es como si ya hoy no hubiera seguía.

-¿Cuáles son las claves a las que Uruguay tiene que apostar a futuro, teniendo en cuenta las barreras proteccionistas que están impulsando algunos países y el contexto de crisis mundial?

-Hay algunas claves que no manejamos, como el precio internacional de los alimentos, pero sí podemos manejar la formación de la gente y organización de la economía nacional de modo que priorice ciertas líneas estratégicas a futuro, cosa que hasta ahora no ha pasado. Hasta ahora el desarrollo internacional lo ha resuelto el mercado.



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Patricia Sabelin / Montevideo Portal