Parece superfluo presentarlos, al menos en Uruguay. ¿Quién no conoce a los escritores Mauricio Rosencof y Carlos Maggi? A sus 91 y 80 años respectivamente, son mentes jóvenes y constantemente activas, cuyos estilos singulares son conocidos con especial deleite por los oyentes de la tertulia de los viernes en En Perspectiva de radio El Espectador, que seguramente siempre tendrán algo que comentar sobre sus ideas pero también sobre su estilo, la altura y humor con que -a veces- discrepan.
Carlos Maggi falleció este 15 de mayo de madrugada. Meses atrás había concedido a Ana Jerozolimski esta emotiva entrevista en dupla con Mauricio Rosencof.
Rosencof, tupamaro que estuvo preso 13 años y fue uno de los rehenes de la dictadura militar. Maggi, su amigo preocupado que con el tiempo lo entendió pero lo sigue, sólo en parte, criticando.
Recientemente me dieron el privilegio de tenerlos juntos, de ser testigo directo de esa singular relación que los une desde hace muchas décadas. Nos sentamos, grabador y café de por medio, a conversar con "el pibe", como llama Rosencof a Maggi y su amigo, "el ruso", como tantos lo conocen, aunque Carlos lo llama simplemente Mauricio.
He aquí un resumen de la charla, publicada íntegramente en el Semanario Hebreo.
Me emociona estar ante dos mentes brillantes, ante dos amigos que, como tú me decías, Mauricio, hace varios días, comparten "hasta las discrepancias".
ROSENCOF: Hay un poema de Rabindranath Tagore que dice con una sinceridad y simpleza simplemente: tus alabanzas llenan de gozo mi corazón.
¿Cómo empezó esta amistad entre dos pibes tan jóvenes? ¿Estoy en lo cierto si agrego "tan diferentes"?
MAGGI: Empezó concretamente con un pedido de la gente del Galpón para que le hiciera los versos a un joven genial que había aparecido con una obra que se llamaba El Gran Tuleque y tenía que poner una murga en escena y no había hecho nunca versos de murga. Era un intelectual superior; en cambio, yo me ganaba la vida haciendo versos de murga, y allí fui e hice los primeros versos para el primer Tuleque de Mauricio. Nos conocimos en el año 62.
ROSENCOF: En el 59, en el festival de teatro de Atlántida.
MAGGI: Ahí lo conocí de esa manera y de ahí para adelante siempre tuvimos una discordancia tan bien concordada como no te podés hacer una idea.
ROSENCOF: Estábamos conversando en el camino de las cosas que tuvimos juntos y que además teníamos un espíritu de catalización, de entendimiento en las diferencias cuando se coloca un objetivo noble por encima de las diferencias siempre zanjables.
Te quiero aclarar lo siguiente: mirá que él integró el comité en la fundación del Frente Amplio, él estaba a la cabeza junto a Carlos Martínez Moreno. Es decir que tenemos los dos raíces batllistas...
Proyectos compartidos
Esto se manifiesta también en emprendimientos conjuntos, no sólo literarios.
ROSENCOF: Claro. Hicimos cosas juntos. Por ejemplo, una iniciativa para lograr que los niños tuvieran en las escuelas más desposeídas el mejor de los menú entregados en bandeja. Logramos formar un equipo, una conducción, donde estaba -fijate vos lo que provocó- un enorme revuelo: Maggi, el general Medina...
El proyecto del INPAN... Medina como ministro de Defensa de Sanguinetti, ya recuperada la democracia, y contigo, tupamaro ya liberado de prisión... muy fuerte la combinación...
ROSENCOF: Muy. Recordemos, INPAN era "Infancia, Patrimonio, Nación". Colocaba el alimento de los niños por encima de todo y todos. Y todos se involucraron en algo que ejemplificaba una política de Estado: desde Danilo a Piñeyrua, desde Monseñor del Castillo hasta la Asociación de Empleados Bancarios (AEBU). Desde Medina hasta Rosencof... Juntarnos con Medina fue un acto político y humano. Tendimos puentes.
MAGGI: Galimberti también. De ahí a posteriori salió una cosa que creo que no te contamos nunca, que hicimos un grupo que se reunía en...
ROSENCOF: ... el Castillo Pittamiglio. En la Asociación de Arquitectos.
MAGGI: Ahí hicimos un grupo integrado por nosotros dos, Astori, De Posadas, Aguirre, Enrique Baliños. Hicimos un grupo que en un año de elecciones habló de los temas importantes que tenía el país sin ponerse de acuerdo, sin saber lo que iba a decir ninguno de los otros seis. Éramos siete, si no me equivoco.
Ninguno sabía lo que iban a decir los demás. Sabíamos que íbamos a hablar de la industria y cada uno hablaba y nunca chocamos en lo absoluto, nunca nadie dijo "eso no es cierto". Hicimos toda la campaña electoral con un grupo con todas las orientaciones diferentes al mismo tiempo. Hacíamos propuestas económicas.
¿Debates públicos?
MAGGI: Hablábamos todos sin debatir; cada uno exponía lo suyo, sin preparación, sin coordinación. Nunca pasó nada desagradable.
Diferencias y mutuo respeto
ROSENCOF: Transmitieron por radio todo. De alguna manera goteamos algo que es una tradición única y excelsa en este país y estamos viviendo en días en medio de la campaña electoral donde Bordaberry puede ir a saludar a Tabaré al estrado y la gente lo saluda y no hay incidentes, y se juntan los representantes de todos los partidos para ponerse de acuerdo que si surge algo intempestivo en medio de una elección se llaman y echan aceite sobre las aguas. Este es un país donde los opositores y los gobernantes se encuentran, se saludan, se preguntan por la vieja y se toman un café.
Eso es precioso, ese republicanismo uruguayo y el mutuo respeto. También ahí, de hecho, entra la amistad entre ustedes, en parte discrepantes políticos pero que saben a pesar de eso ser amigos.
MAGGI: En mi caso yo lo puedo decir completo y lo observo en Mauricio también. Tantas diferencias con Mauricio tengo como tengo conmigo mismo, que nunca estoy seguro en materia política como no se puede estar seguro de todo y hay campos enteros en los que tenemos opiniones diferentes. Pero yo estoy permanentemente tendido a encontrar soluciones comunes y eso me pasa con muchísima gente de izquierda, gente del Frente, donde no tienen ninguna diferencia y me puedo entender muy bien con ellos sobre una base que posiblemente sea la que en Uruguay sea el camino para la unión de los diferentes ¿no?
La unión de los contrarios.
Enrique Fierro tiene un verso muy lindo que dice: "Montevideo era una fiesta, era la unión de los contrarios". Y eso viene de muy atrás porque no te olvides que Artigas hizo la revolución contando con los indios. Fue el único lugar de América donde eso sucedió y eso se ha hecho una tradición. Y la gente se ha unido muchísimas veces en momentos inesperados. Yo creo que es un gran índice de cultura, de tolerancia recíproca.
El tupamaro preso, el amigo afuera
ROSENCOF: Cuando caigo en cana, la primera carta que recibo era un papelito chiquito que dejaron pasar, que eran cuatro líneas del Pibe y Pocha, la mujer del pibe, que decía: "los amigos en todas, con la razón o sin ella".
MAGGI: Yo llevé simplemente un papel. Nunca llegué a saber dónde estaba Mauricio. Lo llevé con una esperanza mínima que llegara.. .Pero no me enteré nunca si había llegado...
ROSENCOF: Hasta que salí. Trece años después le confirmé el recibo de la correspondencia.
¿Y cuánto ayuda en una situación así, aunque no te veías venir todavía lo que iban a ser esos trece años, recibir esa carta y lo que decía?
ROSENCOF: Y... son todos puntales que van llegando para sostenerse... la memoria, los recuerdos, los hechos, las cartas, los amigos, los compañeros, la familia. Inclusive cuando no están visibilizados.
Carlos ¿cómo se vive el dolor por un amigo, especialmente cuando uno no sabe cómo termina todo?
MAGGI: Fue una cosa terrible. Y además fue de las cosas más admirables de Mauricio. Él desapareció de la vida de todos nosotros mucho antes de tener un tropezón... policial digamos. Cuando fue detenido hacía mucho tiempo que yo le había perdido la pista de lo que estaba haciendo. Desapareció absolutamente del mapa.
Para no involucrarlos...
MAGGI: Claro... Fue una de las cosas delicadas y profundas, llevar la amistad al grado de suprimirla para preservar al otro.
Fue algo pensado...
ROSENCOF: ¿Y qué te voy a decir? Yo te cuento... Una vuelta, mi hija era niña, en una visita con una situación que ya te imaginás, con una doble reja, sin poder tocarnos, con un oficial. Lo único que le pude decir , marcando las palabras , para que tuviera un respaldo -era una chiquilina que estaba en el aire- fue: Andá a hablar con Maggi. Eso le quedó, lo buscó, lo hizo, y el resto te lo cuenta el pibe.
MAGGI: Sí, es un hecho extraordinario. Yo estaba trabajando en una empresa de construcción porque me habían echado del banco. Me dijo el muchacho que estaba en la oficina adelante: hay una chica que dice que es hija de Mauricio, y que vino a hablar con usted.
¿Qué edad tenía en ese momento?
ROSENCOF: Tendría 13, 14 años.
MAGGI: Yo me dije ¿qué pasará que Mauricio, que se ha borrado en todo, me manda a esta chiquilina?
A esa altura, ya sabías que estaba preso...
MAGGI: Claro, habían pasado años, ya era famoso.
ROSENCOF: En realidad yo caí en cana para publicitarme.
MAGGI: No hablé con ella en la oficina. Fuimos a un café y le pregunté qué tengo que hacer, qué me pide Mauricio. Ella me contestó "no, no me dijo que le pidiera nada, me dijo que hablara con usted". Pero qué más, pregunté. No, nada más, agregó, que hablara con usted. Y yo me di cuenta que era una manera de encargármela. Y yo le dije: bueno, vos, cualquier cosa que te pase, cualquier cosa que necesites, me llamás que yo te ayudo. Ahora ¿qué necesitás? Nada, me dijo. No necesito nada. Bueno, vos sabés que cualquier cosa me llamás. Quedamos en eso, pero jamás me llamó.
Aunque seguramente imaginabas que sí necesitaba cosas.
MAGGI: Estaba pensando que si necesita respaldo, sabe dónde lo encuentra.
ROSENCOF: Una chiquilina que va caminando sabiendo que levanta el teléfono y cuenta con el respaldo, de pronto no tiene necesidad de llamar pero tiene integrada la tranquilidad de que cualquier cosa, sé adónde llamar.
¿Cómo ayuda, en una situación así, tener esa certeza que hay un amigo que en cualquier situación te va a tratar de ayudar?
ROSENCOF: Son esas cosas que te sostienen. La resistencia tienen esas raíces que la nutren. Uno resiste por la familia, por los amigos, por los hijos, por los compañeros.
Carlos ¿tú sabías en qué estaba metido Mauricio?
MAGGI: No, para nada. No tenía la menor noción.
Y cuando te enteraste ¿cómo lo viviste?
MAGGI: Desesperado, ¿cómo voy a vivirlo? Como te cae encima una desgracia de familia. Exactamente lo mismo. Para mí fue exactamente eso. No tenía la menor noción de que Mauricio estuviera en eso.
Revoluciones y levantamientos.
ROSENCOF: Caí el 19 de mayo de 1972. Te quería decir una cosa que es muy importante. Él es batllista desde la pubertad. Yo estoy tocado por el batllismo, pero además el batllismo también estuvo tocado, como en mi padre, por la guerra civil española. Somos hijos de la guerra civil española. Es decir que ninguno le hace asco a la definición republicana, a la definición democrática y al alzamiento y la resistencia armada, aunque él ni ahí tiene la capacidad de comprender cómo es, que se puede. Muchos amigos de la generación de él se embarcaron para España, para pelear en las Brigadas internacionales en la guerra civil española...
Que para vos, ya lo sé de entrevistas anteriores, es un gran símbolo.
ROSENCOF: Es que este país está tocado por la guerra civil española. La masa de gente que vino acá, los que ya estaban acá y tenían los hijos, el institucionalismo batllista que hizo que los mejores hijos se plantearan ir a combatir allá. Forma parte de nuestra historia y forma parte de la historia de la humanidad. Mirá cómo son las cosas... mi mujer es hija de un capitán de la guerra civil española, uruguayo, coronel del ejército en aquella época... compañero de generación del pibe...
MAGGI: Las diferencias entre intervenir por violencia o no intervenir por violencia en la política, es una cosa muy delicada. Los pacifistas que piensan que una revolución es una cosa delicada, no piensan que vienen de un país que se hizo por una revolución. Son todos artiguistas... No piensan que esto empezó con una pelea. Es decir, la vida sana en la evolución social, histórica, de un país, está siempre quebrada por actos de violencia, que son en el fondo saludables, purgas necesarias, como curas de enfermedades. Nunca una revolución se hace sobre la base de que todo estaba bien. Se hace porque hay muchas cosas, demasiadas cosas, que están mal.
La revolución de los tupamaros siempre me pareció una locura porque no tenían seguridad de triunfo, pero no un alzamiento injusto. Era un alzamiento justo. El país estaba totalmente paralizado donde uno, dos, tres períodos de gobierno.
Y entonces ¿por qué hablaste del "tropezón" de Mauricio?
MAGGI: Cuando yo digo "tropezón" es porque empezó una lucha en la cual perdió. Una lucha de esa clase sólo se justifica cuando vas a ganar. Tuvieron un error de iniciación pero no un error por levantarse.
Es muy fuerte esta idea... O sea que ahí la discrepancia no es un juicio de valor sobre su actitud...
MAGGI: No. Simplemente pienso que se equivocaron grandemente porque perdieron. Eso solamente lo podés hacer cuando estás seguro que vas a ganar, porque te estás jugando la vida y jugando la vida de los demás. Es un error grave, pero no es un delito.
Cuando te enteraste que Mauricio estaba preso y en qué estaba metido ¿te sorprendiste? O sea, me refiero no sólo al hecho mismo que estaba en la cárcel sino a pensar que había hecho lo que le atribuían, aunque imagino que al principio no sabrías qué era cierto y qué no.
MAGGI: Para mí fue una noticia de duelo. Sabía que no le iba a pasar nada bueno a él, que iba a sufrir horriblemente porque todos estábamos enterados de cómo era la cosa, de cómo estaba actuando el gobierno, con mano de hierro. Así que sabía que mi amigo la iba a pasar muy mal. Para mí fue horrible.
Más afinidad que discrepancia
Cómo resumirían, aparte del afecto y del cariño como amigos, lo que los une más allá del sentimiento y lo que los separa?
ROSENCOF: A esta altura no nos separa nadie. Es un mutuo enriquecimiento. Cuando Sanguinetti lo designa a él director del Sodre después de la dictadura y hablamos por teléfono le digo: "Pibe, no durás tres meses porque no permitís que nadie te modifique el pensamiento cuando estimás que es justo"... Y no llegaste a los tres meses ¿ no?
MAGGI: No, no... 40 días.
ROSENCOF: En política, por ejemplo, tenemos la particularidad de que podemos hablar de los temas de cada uno de los candidatos dejando de lado la camiseta que tenemos puesta. Es decir, no hay fanatismo justificado, ni apuntalamiento del que nosotros eventualmente podríamos tener preferencia. Miramos fundamentalmente lo del país y nos interesa fundamentalmente la política de Estado. Estamos de acuerdo en que tiene que votarse un presidente y uno para la oposición, que puedan entenderse y desarrollar una política de Estado.
Pero ahí es clave el hecho de que ustedes se quieren tanto, no es sólo esa característica uruguaya de la que ya hablamos.
MAGGI: No, el fondo del entendimiento es que la diferencia que nos separa es mucho menor en el fondo que la coincidencias que nos unen. Es que un batllista es un izquierdista mucho más izquierdista que los izquierdistas aparentes. Pensó cierta cosa de izquierda y además la hizo. La izquierda actualmente está peleando para ver si la puede hacer.
Mauricio ¿estás de acuerdo con esa lectura?
ROSENCOF: No, claro que no.
¿Podrías entrar en detalles?
ROSENCOF: Bueno, en realidad estoy de acuerdo en que el Frente Amplio se viene nutriendo desde su fundación de lo mejor del Batllismo. Fijate que el pibe es fundador...