Por Martín Otheguy
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Andy Worthington es un periodista británico de investigación (además de escritor, documentalista y fotógrafo) que ha dedicado buena parte de su trabajo a la cárcel de Guantánamo.
Fue cofundador de la influyente campaña "Cierren Guantánamo" (http://www.closeguantanamo.org/), codirigió el documental Outside the Law: Stories from Guantánamo y es autor del libro The Guantánamo Files: The Stories of the 774 Detainees in America's Illegal Prison (que incluye referencias a los seis refugiados que hoy están en Uruguay).
A través de su sitio web www.andyworthington.co.uk ha seguido de cerca la adaptación de los seis prisioneros de Guantánamo liberados en nuestro país, además de seguir reclamando en forma activa la liberación de otros reclusos retenidos en esa prisión sin cargo alguno.
En el medio de la controversia por la adaptación de los refugiados en Uruguay, aún sin trabajo y con polémica sobre su manutención, Worthington charló con Montevideo Portal sobre los antecedentes de los ex reclusos, sus problemas de adaptación y un par de cosas que la sociedad uruguaya tiende a olvidar.
En Uruguay alguna gente está asustada por el pasado de estos refugiados, más allá de que Estados Unidos los haya declarado libres. ¿Qué se sabe de ellos realmente?
Es gente que viajó a Afganistán o Pakistán desde sus países, pero en condición de refugiados económicos más que otra cosa. En Afganistán había un gran régimen islámico y creyeron que podrían encontrar allí una nueva vida.
Hubo un número muy significativo de gente del norte de África o el Golfo que viajó a Europa para tratar de encontrar trabajo y establecerse ahí, y les resultó muy difícil, por lo que terminaron yendo a Afganistán, donde podían vivir en forma muy barata. Esa era la situación cuando fueron apresados. Yo entiendo que la gente se preocupe porque son ex prisioneros, pero en el caso de ellos no hay ningún alegato genuino de su involucramiento en actividades militares y ciertamente en ningún tipo de terrorismo.
¿Pero se los puede considerar fundamentalistas religiosos, aunque no hayan estado involucrados en actividades terroristas?
No lo creo. Mi impresión de ellos es que no son fundamentalistas, no hay indicios de eso. Son sirios, tunecinos y palestinos que no se comportan como fundamentalistas. Es gente feliz con su vida de civil y que no ha insistido en la devoción por figuras religiosas.
El ex presidente José Mujica dijo que no eran gente acostumbrada a trabajar duro. ¿Creés que fue injusto?
He visto diferentes interpretaciones de lo que dijo. Para mí lo más apropiado que dijo es que estaban muy dañados por su experiencia en Guantánamo, y debo decir que efectivamente estas son personas que no solamente fueron torturadas y abusadas durante 13 años, sin cargos o juicio; el propio proceso de recluirlos de esa forma es un estado de debilitación, de impotencia. Eso es lo que hace la prisión a menudo, volver a la gente incapaz de actuar en forma independiente. Y especialmente en Guantánamo hubo un proceso que hizo Estados Unidos para tratar de deshumanizar a los prisioneros, para quebrarlos y volverlos completamente dependientes de las autoridades. Está muy claro para mí que estos hombres tienen un desorden de estrés postraumático. Tienen problemas psicológicos que deben ser atendidos para que puedan volver a motivarse. Sé que uno de ellos ha mencionado lo difícil que es tener que tomar ahora sus propias decisiones, porque como prisioneros eran completamente impotentes.
¿Esa terapia psicológica es la que puede lograr que se preparen para trabajar y tener una vida normal aquí?
Creo que sería conveniente para ellos tener ayuda psicológica. Pienso que, mientras tanto, el apoyo financiero para mantenerlos debería venir de Estados Unidos, que no sé en realidad cómo ha colaborado, porque por lo que sé tienen asistencia del sindicato laboral uruguayo. Es la obligación moral de Estados Unidos mantener a estos hombres hasta que estén en una posición de seguir adelante con sus vidas. Otra cosa que es muy importante es que necesitan reunirse con sus familias. Pasaron 13 años en una horrible, horrible prisión en la que fueron muy maltratados y se los separó de sus familias; a nadie se les permitía verlos, incluso aunque pudieran llegar a la base naval, a diferencia de cualquier otro prisionero que haya sido enjuiciado por el más terrible de los crímenes. Están muy aislados, creo.
En las entrevistas han presentado algunas quejas sobre el plan de reasentamiento de Uruguay. ¿Creés que no estuvo bien planeado?
No lo sé. Creo que el hecho de que el ex presidente Mujica haya sido tan receptivo a la necesidad de ayudar a reclusos de Guantánamo es más positivo que lo hecho por casi todos los países. Otras naciones han recogido a estos prisioneros y no han sido tan comprensivas como lo fue Mujica. Me parece que el problema que todos tienen es que esta es una situación completamente única. Estos son hombres que fueron torturados, abusados e incorrectamente apresados por los Estados Unidos, y los Estados Unidos se han negado a hacer algo al respecto. No ofrecen nuevas casas a estos hombres en su país, sino que encuentran otros países dispuestos a ayudarlos, países que reciben a personas muy dañadas y que son colocadas en un entorno extraño. Espero que si deciden quedarse en Uruguay puedan acostumbrarse a la hospitalidad latinoamericana, pero son musulmanes de Medio Oriente, no están familiarizados con el lenguaje, la cultura; es un lugar extraño para ellos.
Espero que todo salga bien, pero debo decir que lo más importante para mí es que la gente entienda cuán poco confiables son los rumores y alegatos sobre los presos de Guantánamo. Cuán cuidadosa la gente debe ser, porque hay documentos sobre Guantánamo que si la gente los ve puede decir "Tal persona es tal cosa o la otra", pero la mayoría de esa información es completamente infundada. No vale la pena que la gente se preocupe por esos documentos.
Hablabas de adaptación. ¿Es posible que a la larga se adapten al país pese a que no hay prácticamente musulmanes aquí o ni siquiera hay una mezquita para rezar?
Diría que sí. Estas son personas que entienden que no tienen ningún otro lugar al que ir. Si uno tiene que abandonar su país por otro en forma forzada querrá siempre adaptarse. El único problema es saber cuán dañados están por lo que les pasó en ese tiempo, cuáles fueron sus experiencias, pero diría que siempre y cuando estén en un ambiente comprensivo no veo por qué no podrían adaptarse.
¿Creés que la sociedad uruguaya y sus políticos tienen que ser más pacientes, que los refugiados necesitan más tiempo antes de trabajar?
Sí, claramente necesitan superar el estrés postraumático. Hay países que tienen organizaciones dedicadas a tratar con víctimas de torturas. Creo que en Uruguay debería tratarlos un equipo de psicólogos que pueda ayudar a estos hombres a sobrellevar lo que les ha pasado. Tenemos que recordar que nadie, además de la gente de Guantánamo, ha pasado por algo igual. Si vos o yo vamos a prisión será porque fuimos acusados de un crimen, enjuiciados y sentenciados; estos hombres fueron capturados por los Estados Unidos, que le dijo al mundo que eran lo peor de lo peor, y los retuvo sin derechos ni les dio oportunidad de desafiar estos alegatos. Están en una posición única y horrible, en la que nadie puede entender realmente por lo que pasaron excepto otros prisioneros de Guantánamo.
Por Martín Otheguy
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