Empresario argentino quiere comprar Águila del Graf Spee para “volarla en mil pedazos”

Daniel Sielecky, con residencia en Punta del Este, quiere destruir por completo el mascarón de proa del buque de guerra nazi.

El águila de bronce con la esvástica que sirviera de mascaron de proa al acorazado Graf Spee fue rescatada de las aguas montevideanas en el año 2006. Mide 2 metros de alto por 2,80 de ancho. Pesa unos 300 kilos y en la parte inferior tiene una esvástica nazi en perfectas condiciones.

Había permanecido sumergida desde diciembre de 1939, cuando el buque de guerra fuera echado a pique por su propia tripulación, a modo de colofón del episodio bélico conocido como Batalla del Rio de la Plata.

Tras más de una década de marchas y contramarchas judiciales, la Justica resolvió días atrás a favor de los permisarios que exploraron el pecio y extrajeron la pieza. Así las cosas, el estado uruguayo se vería en la obligación de subastar la pieza y entregar una parte del dinero obtenido a los mencionados permisarios.

la suerte del mascarón de proa del buque ha sido objeto de debates, especialmente por su valor simbólico y por el hecho de portar la esvástica, insignia de triste memoria en todo el planeta luego de la Segunda Guerra Mundial.

En el año 2006, el gobierno alemán manifestó su interés en hacerse con la pieza para su exhibición en un museo.

Distinto es el destino que pretende darle al objeto el empresario argentino Daniel Sielecky., quien estaría dispuesto a adquirir el águila, peor no precisamente para exhibirla.

“Una vez que la tenga en mi poder, de inmediato, la haré volar en mil pedazos (. . . ) Cada trozo que resulte de la explosión será pulverizado” (. . . ) “No quedará nada”, dijo en declaraciones a Correo de Punta del Este.

Para el empresario, el peligro de que el objeto se convierta en pieza de culto para simpatizantes del nazismo, debe ser conjurado de manera definitiva.

Navegante por afición y propietario de veleros, Sielecky es una figura conocida en el balneario esteño, especialmente en el ambiente del mar. Ocupa el cargo de vicecomodoro del Yacht Club Punta del Este.

Luego de que la intención del argentino se hiciera pública, el conocido relacionista y empresario Alfredo Etcheagary, uno d ellos permisarios, dijo al citado medio que podría existir una “salida alternativa”, que no implicara explosivos y martillos: convertir el ave de bronce en un homenaje a las víctimas del Holocausto.

Con esa intención, tiempo atrás Etchegaray ya se había contactado con el museo temático Yad Vashem, institución que rechazó incluir la pieza en su acervo.