La empresa uruguaya de cannabis medicinal Pucmed, que en noviembre del año pasado obtuvo la autorización de las autoridades de Brasil para exportar sus productos a ese país, todavía no pudo enviar mercadería debido a que distintas empresas de fletes rechazaron llevar las flores que cosecha.
La compañía asegura que tiene en regla todos los permisos para exportar desde Uruguay pero no puede acceder a una compañía de fletes que haga los traslados del producto, debido a que las firmas de ese sector rechazan llevar flores de cáñamo por procesos internos de compliance, dijo en diálogo con Montevideo Portal el director general de Pucmed, Alfonso Cardozo.
“Tenemos las ventas hechas pero los couriers no nos hacen el envío porque son flores. Nos permiten enviar productos terminados, como aceites, pero no flores porque es material vegetal”, dijo Cardozo.
El empresario dijo que intentaron el traslado mediante distintas empresas del mercado y que su firma está “en busca de alternativas”. Una posibilidad que evalúan es establecer un traslado propio de su compañía.
“Hay mucha voluntad de la gente que está involucrada. El Ministerio de Ganadería tiene una voluntad muy grande de que esto salga. Pero hay otros actores en el camino por los que quedamos un poco frenados. Nos frenan los couriers, que la mayoría no son empresas uruguayas, son empresas extranjeras que tienen un compliance que lo tienen que cumplir”, explicó.
La empresa tiene permisos para exportar flores de cannabis o de cáñamo. En particular, la habilitación con la que cuentan es para ingresar a Brasil flores de cáñamo, una variante de la planta de cannabis que tiene bajo contenido de THC.
La propuesta de Pucmed consiste en vender el producto a pacientes, que luego deciden el destino que le dan, como puede ser vaporizar, utilizarlo para un té, o alimentos. Eso puede cambiar en función de la indicación del médico al paciente, explicó Cardozo.
La habilitación en Brasil
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil autorizó en noviembre de 2022 a Pucmed a la importación de productos derivados del cannabis producidos en Uruguay para uso medicinal y particular. La autorización tiene una validez de dos años y, durante este período, los pacientes o sus representantes legales pueden importar el producto autorizado.
“Somos la primera empresa 100% uruguaya habilitada por Anvisa a llevar flores de cannabis para Brasil”, había anunciado la empresa en ese momento. Cardozo dijo por entonces a medios brasileños que la expectativa era que el sector pudiera ganar más de 600.000 al año a través del negocio.
La estimación es que en Brasil solo 50.000 personas tienen acceso a estos productos, debido a que los compradores deben contar con una receta profesional específica.
Un sector con dificultades: entre los bancos y la normativa
Las empresas uruguayas dedicadas al cannabis medicinal avizoraban un gran auge de la industria luego de regulación del mercado de la marihuana en Uruguay, pero poco a poco la expectativa se fue apagando.
Las compañías han señalado más de una vez distintas dificultades para desarrollar el negocio, desde asuntos normativos hasta problemas con los bancos.
Es que las empresas del sector están impedidas de operar con entidades bancarias locales que de algún modo tienen vinculación con Estados Unidos, lo que llevó incluso al cierre de cuentas de compañías relacionadas con la industria. La raíz del asunto es que, a nivel federal, la marihuana es una sustancia prohibida.
En noviembre del año pasado, el presidente del Banco Central del Uruguay, Diego Labat, dijo ante el Parlamento que hubo 12 proyectos para encontrar una vía alternativa de pago, pero todas fracasaron.
“Se plantearon alternativas para operar con otro tipo de empresas que no fueran bancos, en algún caso con activos virtuales, y hubo algún planteo de las empresas cannábicas para instalar ellos mismos una institución financiera. Los planteos han venido y los hemos recibido a todos; hemos tratado de buscarles la vuelta hasta donde lo permitía el marco vigente”, afirmó Labat en ese momento.
En tanto, el gobierno promovió en 2021 un conjunto de modificaciones regulatorias que buscaron dar facilidades para la exportación de cannabis medicinal. Este decreto cambió las condiciones del primero al respecto promulgado en 2015 y que había mostrado dificultades. En la práctica, lo más relevante fue el permiso para la exportación de distintos tipos de materias primas como flores secas, cuando antes se limitaba a productos terminados.
La primera exportación de cannabis fue lograda en 2019, cuando se destacaron las flores con fines medicinales. En 2020 se exportaron US$ 7,5 millones y en 2021 en en entorno de US$5,2 millones, según datos de Uruguay XXI.
El mercado interno
La industria también ha reclamado por la reglamentación de la ley de acceso a cannabis medicinal, votada en 2019 para viabilizar un abordaje legal para los uruguayos de los tratamientos con base en THC.
Una de las voceras de la Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal, Andrea Krell, dijo a Montevideo Portal que la habilitación práctica de la norma que permita el abastecimiento de la población local es un punto en el que los empresarios han reclamado al gobierno en reiteradas oportunidades en los últimos años.
“Las empresas que estamos en esto hace tiempo y venimos invirtiendo mucha plata precisamos algo de oxígeno. Algo que venimos diciendo en los últimos tres años es que se legalizó el acceso a pacientes uruguayos a cannabis medicinal y aún no hemos visto la reglamentación de esa ley. Eso daría gran oxígeno a las empresas que están operando en esta industria y que precisan vender”, afirmó Krell, que es directora de YVY Life Sciences.
“Desafortunadamente hoy el Ministerio de Salud Pública no reconoce a las flores como un producto medicinal. Eso es bastante insólito”, reclamó.
Krell además proyectó y montó junto al empresario Facundo Garretón un centro de bienestar cannábico en la chacra La Tertulia, que pertenecía a la conductora argentina Susana Giménez y está ubicada en la zona de Garzón. La empresaria apuntó a que, si el gobierno permitiera desarrollar el turismo cannábico, eso también sería una oportunidad para que las empresas pudieran hacer caja. Hasta ahora, en la majestuosidad de las sierras, no han podido ofrecer actividades vinculadas al cannabis, más allá de charlas, por no ser una actividad regulada.