El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este jueves su candidatura a los comicios presidenciales de abril, entre temores de sus rivales de que la ofensiva rusa en Ucrania eclipse la campaña y allane el camino a su reelección.
"Soy candidato para crear con ustedes, una respuesta francesa y europea única frente a los desafíos del siglo", escribió Macron en una "Carta a los franceses", publicada por varios medios a 38 días de la primera vuelta.
La tradición dicta que los presidentes en ejercicio esperan hasta el último momento para anunciar si optan a la reelección, pero la guerra en Ucrania obligó al actual inquilino del Elíseo a aplazar sus planes hasta la víspera del plazo límite.
Macron había vinculado el esperado anuncio a una mejora de la situación sanitaria y a su mediación para desescalar la crisis entre Moscú y Kiev. El primer objetivo lo consiguió. En el segundo caso, Rusia lanzó una ofensiva contra Ucrania.
Pese al fracaso diplomático, el dirigente centrista sigue liderando los sondeos, seguido de los ultraderechistas Marine Le Pen y Éric Zemmour, la candidata de la derecha tradicional Valérie Pécresse y el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Las últimas encuestas dan al presidente entre el 25% y el 28% de intención de voto en la primera vuelta prevista el 10 de abril, por delante de Le Pen (16% a 17%), Zemmour (14%), Pécresse (12% a 13%) y Mélenchon (10,5% a 12,5%).
En 2017, Macron se convirtió con 39 años en el presidente electo más joven de Francia y, ahora, podría ser el primero en renovar mandato desde el conservador Jacques Chirac (1995-2007) en el balotaje del 24 de abril.
La campaña electoral es, sin embargo, atípica. Protagonizada inicialmente por la política migratoria y, a continuación, por los temores de pérdida de poder adquistivo, la guerra en Ucrania la monopoliza ahora.
Esto hace temer a sus rivales que el presidente evite debatir sobre el fondo. Macron "le debe un balance [sobre su mandato] a los franceses", subrayó antes del anuncio la ultraderechista Le Pen.
El presidente del Senado, el derechista Gérard Larcher, ya advirtió del riesgo de una "crisis de legitimidad" de un eventual nuevo mandato de Macron, sin un debate sobre su balance y proyecto.
"Por supuesto, no podré hacer campaña como me hubiera gustado debido al contexto", escribió Macron en la carta, quien se comprometió no obstante a "explicar" su proyecto "con claridad".
"Trabajar más"
Las advertencias no son baladíes. Macron era casi un novato en política cuando fue escogido en 2017, meses después de ejercer como ministro de Economía de su predecesor socialista François Hollande, y su ímpetu reformista chocó con una serie de protestas sociales.
La crisis de los "chalecos amarillos" a mitad de mandato fue la más importante. Esta protesta de las clases populares le obligó a dar marcha atrás a una subida del precio del combustible y, desde entonces, vela por limitar el alza de la energía.
Durante una entrevista en diciembr, el líder liberal, que tuvo que dejar atrás algunos de sus postulados para sacar al país de la recesión económica provocada por el coronavirus en 2020, reconoció que un único mandato no era suficiente.
Su apuesta para el próximo lustro pasa por lograr la "independencia" de Francia con inversiones masivas en el sector industrial y en el energético, especialmente el nuclear, potenciando a su vez la transición ecológica y digital.
Sin embargo, el Tribunal de Cuentas ya advirtió al gobierno que deberá realizar reformas estructurales y recortes para sanear las cuentas públicas, máxime cuando el ejecutivo prevé una deuda del 113% del PIB y un déficit del 5% a finales de año.
Macron ya avanzó que entre sus planes se encuentra retomar la controvertida reforma de las pensiones, que la pandemia del coronavirus le obligó a paralizar y que podría provocar de nuevo manifestaciones masivas.
"No hay independencia sin fuerza económica. Por lo tanto, debemos trabajar más y seguir bajando los impuestos que pesan sobre el trabajo y la producción", reiteró en su carta, en la que evoca las grandes líneas de su proyecto.