La coalición Nuevo Frente Popular (NFP) ganaría las elecciones legislativas en Francia sin mayoría absoluta, tras un ajustado balotaje con la alianza del presidente Emmanuel Macron y el partido de Marine Le Pen disputándose el segundo puesto, según las primeras proyecciones.
El NFP obtendría entre 172 y 215 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional (cámara baja), seguido de la alianza oficialista entre 150 y 180 y el partido Agrupación Nacional (RN) y sus aliados con entre 115 y 155, según cuatro proyecciones diferentes.
Los resultados suponen un revés para Le Pen, que fracasa en su intento de lograr la mayoría absoluta, que las proyecciones consideraban posible hace una semana, e incluso de ganar, como parecía posible hace dos días.
Los pactos implícitos entre el oficialismo y la coalición de izquierdas, consistentes en concentrar el voto en el candidato con más posibilidades de derrotar a RN en cada circunscripción, frustraron esas proyecciones.
Ante eventuales “desórdenes”, las autoridades anunciaron el despliegue el domingo por la noche de 30.000 policías y gendarmes, 5.000 en París.
Pero los resultados suponen también un golpe para el presidente de 46 años, que pierde la mayoría simple que gozaba desde 2022 y deberá compartir el poder con un gobierno que no controlará. Su segundo mandato termina en 2027.
Escenarios
Muestra de que los comicios eran cruciales, la cifra de participación (59,71% a las 17H00) fue la más alta desde 1981, e incluso el expresidente socialista François Hollande volvió a la política como candidato a diputado.
Macron había adelantado las legislativas previstas en 2027 para pedir una “aclaración” política a los franceses, a raíz de la victoria de RN en los comicios europeos del 9 de junio, en una decisión “arriesgada”, según los analistas.
La respuesta de los electores fue reconducir los tres bloques surgidos de las elecciones de 2022, con una nueva relación de fuerzas y sin mayorías absolutas.
A menos de tres semanas del inicio de los Juegos Olímpicos de París, la incertidumbre planea sobre la composición del próximo gobierno. El primer ministro, Gabriel Attal, ya avanzó durante la campaña que seguirá el “tiempo que sea necesario”.
Varias hipótesis emergen: una difícil coalición entre parte de la izquierda y el oficialismo, o incluso un gobierno tecnócrata con apoyo parlamentario en la segunda economía de la UE.
Sin embargo, una eventual coalición parece difícil por las críticas cruzadas entre La Francia Insumisa (LFI), importante socio del NFP, y el oficialismo. Macron calificó incluso a este partido de “antiparlamentario” y “antisemita”.
Una alternativa a LFI sería integrar en esta coalición a los diputados de derecha de Los Republicanos (LR), que no pactaron con RN. Sus eventuales escaños, entre 57 y 67, podrían ser cruciales para una alianza parlamentaria sin la izquierda radical.
El presidente francés se reunió con el primer ministro y con sus aliados en la tarde, antes de conocerse los primeros resultados, indicaron fuentes de su alianza. Su entorno descarta por el momento un discurso suyo.
Los primeros pactos podrían llegar a partir del 18 de julio, cuando los nuevos diputados tengan que elegir la presidencia de la Asamblea Nacional y los principales cargos de la cámara baja.
Tanto aliados y rivales de Francia en la escena internacional siguieron de cerca estos comicios, máxime cuando París, potencia nuclear, es uno de los motores de la UE y uno de los principales apoyos de Ucrania contra Rusia.
De visita en la ciudad italiana de Trieste, el papa Francisco advirtió el domingo contra las “tentaciones ideológicas y populistas”, sin mencionar a ningún país en particular
AFP / Toni Cerdà