Carolina llora y pide explicaciones. No sabe qué pasó. De lo único que es consciente es de que su hermano, Guillermo, está internado con daño cerebral y los informes médicos no son para nada auspiciosos, por lo que se debate entre la vida y la muerte.
El pasado domingo 29 de enero el hombre fue ingresado en el Casmu, luego de que llegara al centro asistencial con hundimiento de maxilar y presencia de alcohol en sangre. Producto de los dos factores anteriores, Guillermo sufrió un paro cardíaco que lo mantuvo sin vida durante 20 minutos, lo que a su vez provocó que el daño cerebral fuera inminente.
Carolina se enteró de esta situación dos días después. Antes de eso, no había tenido noticias de su hermano. En un principio su razonamiento fue lineal: le robaron, se resistió y resultó brutalmente agredido.
Es más: en ese escenario hipotético, Carolina se imaginaba que le habían hurtado los documentos y por eso ningún familiar estaba al tanto de la situación. Sin embargo, la historia parece ser otra.
De acuerdo con los elementos que se han podido recabar, ese domingo Guillermo fue detenido por un patrullero policial y denunciado —por parte de un efectivo de la fuerza— por haber cometido atentado violento al pudor. La defensa de la familia estima que el presunto delito cometido fue producto de que había consumido alcohol.
El parte policial explica que el hombre fue detenido por el móvil policial en Belloni y Capitán Tula. Más adelante el documento indica que fue “liberado” tras ser internado en el Casmu. La familia del agredido no se explica por qué Guillermo fue liberado, sobre todo porque se lo había detenido con una denuncia previa.
Cuando Carolina fue a hacer la denuncia, en dos comisarías se negaron a tomar el reclamo, según su relato. “¿Qué vas a denunciar? Si es tu hermano el que cometió el delito”, contó a Montevideo Portal que le dijeron en una de las dependencias policiales. Finalmente lo pudo hacer, y pidió que se investigue “presunto abuso de autoridad y lesiones gravísimas” contra su hermano.
Entre lágrimas, la hermana de la víctima relató que los médicos que lo han tratado les han dicho que “es todo muy raro”. Una de las primeras cosas que hizo Carolina cuando llegó a ver su hermano fue “revisarlo de arriba para abajo” y así saber si presentaba hematomas o signos de haber peleado. “No tiene ni siquiera un golpe en la cabeza. Lo único que tiene es la lesión que le provocaron”, agregó.
De acuerdo con su versión, el hombre nunca había tenido ningún problema con la ley, por lo que en ningún momento se les pasó por la cabeza que hubiera un trasfondo tan entreverado.
Marcos Pacheco, defensor de la familia, presentó una denuncia a Asuntos Internos del Ministerio del Interior y otra a la Fiscalía. Un investigador de la Policía fue hasta donde está internado Guillermo y le hizo un par de preguntas a la familia, pero hasta el momento ha sido “muy protocolar todo” , resumió Carolina.
El pedido de ayuda
La pareja de Carolina y cuñado de Guillermo es funcionario municipal. Por esto está al tanto de que en un comunal de la zona hay cámaras de la Intendencia de Montevideo. Cuando las fue a pedir, le dijeron que las grabaciones se borraron pasados los cinco días, por lo que no había forma de recuperarlas.
También están buscando algún testigo que pueda aportar una versión un poco más cercana a la realidad para entender qué fue lo que sucedió. Aún no ha aparecido alguien que diga haber estado allí ese domingo.
Las casas de la zona tienen cámaras de seguridad, pero todas “apuntan hacia adentro”. La falta de elementos es una preocupación que tiene la familia y también Pacheco, porque más allá de buscar responsables, “lo único” que necesitan saber es qué sucedió.
Por último, Carolina pidió a los vecinos de la zona y a las autoridades que, en caso de que hayan visto algo o tengan algún indicio, digan la verdad. “Mi hermano se está muriendo y no sabemos nada”, cerró.