El fiscal argentino Carlos Ortigoza presentó la acusación fiscal en contra de dos jóvenes, Alejandro Bevilacqua y Eduardo Mordini, quienes son señalados por la muerte de Sofía Delgado, de 20 años. 

De acuerdo con los mensajes que se extrajeron de los celulares, la principal hipótesis de la Fiscalía es que se trató de “un pacto de sangre” que implicó el asesinato de Delgado. “Vamos a hacer mierda a Sofía”, indica uno de los textos enviados por WhatsApp. 

Ortigoza indicó que los dos jóvenes “iban a sellar la amistad” con el homicidio de Delgado y, en una de las conversaciones, Bevilacqua aseguró que buscaba cometer el crimen para “descargar la ira”. 

Además de los dos hombres mencionados, hay un tercero, Brian Bauman, que participó en el asesinato y también fue imputado y enviado a prisión preventiva por seis meses, mientras siguen las actuaciones. 

Por su parte, Natalia Palavecino y Miranda Laguizamón fueron imputadas por encubrir el femicidio. En sus casos, no fueron enviadas a prisión preventiva, pero sí deberán cumplir algunas medidas limitativas. 

De los celulares analizados, también surge que los hombres imputados buscaron mujeres que fueron asesinadas de forma similar a Delgado, y Bevilacqua agregó: “Nadie la va a reclamar porque no tiene padre ni madre”. 

Bevilacqua, quien había tenido una relación sentimental con la víctima, pasó a buscarla en la mañana del pasado 30 de octubre. El joven trasladó el auto hasta un galpón que es propiedad de Mordini y allí ambos le dieron “muerte por asfixia mecánica”, según consignó Clarín

Bauman, por su parte, aparece en la acusación fiscal justo luego de que los dos hombres anteriormente mencionados mataran a Delgado. Según el fiscal argentino, este último individuo “ató de pies y manos a la víctima, la introdujo en una bolsa negra recubriéndola con un aislante térmico y colocó el cuerpo en una bolsa de arpillera de construcción”. 

Con respecto al rol de las dos mujeres, Leguizamón y Palavecino, el fiscal Ortigoza dijo que la primera es pareja de Bevilacqua y fue quien lo alojó en su casa luego de haber cometido el crimen. 

En esa casa, la Policía encontró ropa con manchas de sangre y otros elementos que sirvieron como prueba de la investigación.