El sector del intendente de Montevideo, Christian Di Candia, que integra el Frente Amplio y se llama El Abrazo, respondió a los comentarios del senador Guido Manini Ríos en el Parlamento.
El pasado martes, Manini tomó la palabra en el Parlamento y utilizó sus minutos para defender a militares retirados que cometieron crímenes de lesa humanidad durante la dictadura.
Manini habló sobre el caso de Lawrie Rodríguez, procesado recientemente con prisión por el asesinato de Iván Morales en 1974. Dijo que Rodríguez fue intervenido recientemente del intestino y que tiene 75 años, lo que lo coloca en el grupo de los vulnerables ante la pandemia del Covid-19, por lo que dice que no debió haber sido enviado a la cárcel. "Se parece más a venganza que a Justicia", acotó.
El Abrazo, una alianza electoral conformada por los sectores Ir, Magnolia y Frente en Movimiento y que reúne a dirigentes jóvenes como el intendente de Montevideo, expresó mediante un comunicado su rechazo a este tipo de comentarios como los realizados por Manini.
"¿Hasta cuándo? Hasta que la verdad sea costumbre", se titula la declaración, en la que se señala que "el compromiso con una sociedad democrática lleva consigo la búsqueda de la verdad y la justicia".
"La resolución 60/147 de las Naciones Unidas es el instrumento internacional más avanzado y más exhaustivo en cuanto a la definición de los derechos que tienen las personas que han sufrido graves violaciones a los mismos. Al mismo tiempo, es el documento que detalla de manera pormenorizada las obligaciones de los Estados para superar con justicia y dignidad situaciones como las vividas en Uruguay durante el período de la dictadura cívico-militar. Dicha resolución establece cinco elementos básicos para superar este tipo de situaciones traumáticas: restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición", señala el escrito.
"Es por ello por lo que verdad, justicia, memoria y reparación son aspectos sustanciales que resumen la labor que deben llevar adelante" los Estados en la búsqueda de "pacificar y reconciliar a las sociedades, dignificar a las víctimas y actuar para evitar que los hechos vuelvan a repetirse".
En este sentido, la declaración concluye con la afirmación de que "los derechos humanos no prescriben", por lo que lo manifestado por Manini no es más que un "cinismo cómplice" de las graves violaciones ocurridas en manos del Estado.