“Me parece un verdadero disparate”, dijo la jueza Graciela Gatti en referencia al proyecto de ley de Cabildo Abierto que procura penar el prevaricato en funcionarios de la Justicia, esto es, perseguir penalmente a una persona inocente, a sabiendas de que no es culpable.
“Es un disparate, primero, porque los jueces y fiscales ya estamos sujetos a responsabilidad tanto administrativa como penal o civil. Por lo tanto, no se necesitan más normas para sancionarnos si algún fiscal o juez se desvía en su función. Estas normas sirven como una amenaza, y fueron pensadas con la única intención de presionar al Poder Judicial, porque, tal como están pensadas, bastaba con que alguien sospechara de un fin espurio para que se pudiera estar investigando —mientras corre la investigación— a ese juez o fiscal. Es algo que podría servir para atarle las manos a quienes tienen que investigar. Espero que no tenga ningún andamiento. Sería muy preocupante”, agregó, entrevistada en Radio Universal.
Desde el 1.° de julio, Gatti está radicada en La Haya desempeñándose como presidenta del Mecanismo Residual para Tribunales Criminales de Naciones Unidas. La jueza uruguaya integraba desde 2012 ese tribunal, compuesto por 25 jueces de todo el mundo y, propuesta por la Suprema Corte de Justicia, fue nombrada presidenta por el Consejo de Seguridad de la ONU. El tribunal juzga crímenes internacionales como los de la ex-Yugoslavia de la década del 90, o el genocidio en Ruanda de 1994.
Ahora está por comenzar el juicio a Felicien Kabuga, acusado de financiar y liderar el genocidio en Ruanda. Kabuga estuvo fugado durante más de dos décadas, fue detenido en Francia en 2020 y recién ahora será juzgado por este tribunal internacional.
“Países como Serbia no han colaborado con este tribunal”, se lamentó Gatti. Buscan investigar a dos criminales, que ostentan cargos políticos en Serbia, y ese país no los detiene, ni los juzga en su país, ni los envía al tribunal. Poco puede hacer el Mecanismo Residual, más que notificar al Consejo de Seguridad de la ONU, para que tome medidas al respecto.
Gatti, hasta junio presidenta de la Asociación de Magistrados en Uruguay, también opinó sobre la propuesta de legisladores, como la del diputado colorado Gustavo Zubía, para que la Fiscalía de Corte sea liderada por un triunvirato de fiscales en vez de por un fiscal de Corte.
“A la Fiscalía no le haría bien, le quitaría efectividad en la ejecución de una política, desde el punto de vista práctico. Y trastocaría toda la Justicia. Me da miedo cuando se empieza a pensar en los colegiados. Porque ¿cuál es el siguiente paso? ¿Cómo se designan esos colegiados?: dos para la mayoría, uno para la minoría, y ahí se mezcla lo político. Eso es lo peligroso. En cambio, un solo fiscal con amplio apoyo político es mucho mejor. Y, si se equivoca, sus decisiones son recurribles”, apuntó.