El presidente Luis Lacalle Pou fue entrevistado este mediodía por el periodista Luis Majul en radio El Observador de Argentina, donde fue consultado sobre la reforma de la seguridad social y de la llegada de uruguayos a su país para realizar turismo de compras, entre otros temas, que abordó en modo entrevista y bajo el clásico formato de ping pong.
“Sabemos que para Argentina está carísimo Uruguay, y para los uruguayos está baratísimo Argentina. De hecho, el fin de semana pasado, presidente, recibimos… no le voy a decir una invasión. Yo soy una persona a la que le importa mucho el equilibrio económico. Recibimos muchos turistas uruguayos que gastaron mucha plata uruguaya en Argentina, y eso para nosotros en algún sentido está bien”, le dijo Majul al mandatario, quien respondió: “Con respecto al precio peso uruguayo-dólar, nosotros tenemos algún problema al respecto, en lo que hace a competitividad y a algún otro elemento; depende del economista o el analista que hable, cada uno le dirá a qué precio debería estar el dólar. Simplemente es cierto que tenemos un desajuste en ese sentido”.
Lacalle reconoció “algún problema en la frontera”, puesto que “los precios de los bienes básicos argentinos son extremadamente más baratos, y naturalmente los vecinos de las ciudades del litoral van a consumir donde les es más barato para tener sus bienes de primera necesidad, sus bienes básicos, su canasta de alimentos”. Luego, admitió que “eso genera algún desequilibrio y, sobre todo, los más castigados son los comercios de nuestra frontera”.
El presidente recordó que el Gobierno ha “aplicado algún tipo de medidas, una ley de fronteras”, aunque “obviamente no es suficiente porque es muy difícil seguir el ritmo de la economía y la relación del peso-dólar que tiene la vecina orilla”.
Tras esta explicación, el periodista consultó a Lacalle si podía realizar un ping pong, lo que fue aceptado con gusto por el mandatario. “¿A usted le gusta que cada vez más argentinos vayan a Uruguay y se instalen?”, preguntó Majul, ante lo que Lacalle recordó que, “en campaña electoral”, planteó que a Uruguay “le hacían falta 300.000 personas más”, por lo que “bienvenida sea la migración de todos los países” que se proponen “hacer futuro” en suelo oriental. “Vienen a hacer el esfuerzo, a trabajar y, además, a hacer crecer nuestra economía. Hay distintos procesos migratorios: está el proceso por un exilio político o social, como puede ser el cubano o el venezolano; y hay otros exilios que son voluntarios, que es cuando uno ve que puede progresar más económicamente con su familia, o puede tener más seguridad o más certidumbre. Uruguay se caracteriza porque a largo plazo, y esto excede a un gobierno, la seguridad pública es aceptable, la seguridad en los contratos y en el cumplimiento de las leyes también. Tenemos una democracia plena y una república en la cual la separación de los poderes se respeta. Eso en el mundo moderno, que se ha achicado el planeta al tamaño de un pañuelo, es un plus para cualquier país, y Uruguay por suerte lo puede ofrecer”.
La segunda pregunta del ping pong fue la siguiente: “¿A usted, como presidente de Uruguay, como país, le convendría que el próximo gobierno argentino estuviera más cerca ideológicamente desde el punto de vista de las decisiones, o que viniera un gobierno como este que tiene tantas diferencias ideológicas y de implementación política y de acuerdos?”. Si bien Lacalle contestó que “en principio” no responde “sobre políticas de otros países y en principio tampoco” sobre “las cosas” en las que no puede incidir, luego dijo: “El Gobierno de Argentina a partir de diciembre de este año será el que los argentinos elijan, y además, sea quien sea, nosotros vamos a tratar de llevarnos lo mejor posible para los intereses nacionales y los de la región”.
“Yo recién hablaba con un periodista de un medio español y le decía que la gente cuando mira este lado del mundo, primero lo mira con largavistas y mira la región: mira Brasil, Uruguay, Argentina, Paraguay, Chile. Después empieza a hacer zoom, y después pondrá el microscopio y mirará Uruguay. A nosotros nos sirve una región estable, una región sin sobresaltos. Nosotros no somos un país que se beneficie de que a otros países les vaya mal. Cuanto mejor les vaya a Argentina y Brasil, estamos seguros que mejor le irá a la región y, por ende, a Uruguay”, agregó Lacalle.
Majul luego consultó al mandatario sobre su relación con su esposa, Lorena Ponce de León, de quien se había separado en 2022, noticia confirmada en mayo de ese año. “Yo le quiero hacer una pregunta personal y le explico por qué: los últimos viajes que fui a Uruguay estaba todo el mundo pendiente de eso. Quizá no lo preguntan los medios uruguayos porque son muy prudentes. Yo se lo pregunto a usted y usted puede no contestarme. Su situación personal con la madre de los hijos será menos o más importante para gobernar, pero de verdad siento que está mucha gente pendiente en Uruguay de eso. ¿Usted me podría hablar de eso o prefiere no hacerlo?”. Entonces, Lacalle respondió: “Yo prefiero no hacerlo públicamente, pero estamos bien con mi mujer”.
Reducción de jornada laboral e inteligencia artificial
El periodista también lo consultó sobre el planteo de reducir la carga horaria de la jornada laboral, un camino adoptado por el Congreso de Chile, reclamado por el Pit-Cnt en el acto del 1º de mayo y con el que José Mujica concuerda. “Yo no me amputo ninguna posibilidad”, respondió Lacalle. “Según también las ramas de trabajo”, agregó, en la misma línea que lo expresado por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, este 1º de mayo en conferencia de prensa. “Pensar en una disminución de la carga horaria a rajatabla no me parece adecuado ni practicable. Segundo, me imagino que el elemento de la carga horaria tiene que ir necesariamente vinculado a la productividad y al salario; son tres variables. Si digo: ‘Trabajo menos, o sea, tengo menos productividad, y gano lo mismo’, no es lógico. Si digo: ‘Trabajo menos, soy más productivo, y gano lo mismo o gano más’, es lógico. Por eso, las tres variables tienen que ser estudiadas necesariamente según el rubro de actividad. Es muy difícil en actividades como un tambo, una sala de ordeñe, poder elegir cuánto tiempo más o menos se puede trabajar, porque hay determinados ciclos de esa tarea que son muy específicos y a veces muy rígidos. Pero no tendría problema de discutirlo, si discutimos la carga horaria, la productividad y el salario”, explicó.
Por último, Majul preguntó si “le tiene miedo a la inteligencia artificial”, ante lo que Lacalle respondió que no, y lo justificó así: “La inteligencia artificial surge de la inteligencia humana. La inteligencia artificial es una creación humana y, por ende, imperfecta. En este caso, creo que tiene más beneficios que perjuicios”.
“¡Qué placer hablar con él!”, dijo Majul segundos después de despedirlo. Su compañero de programa comentó entonces que “es otro país, pero parece otro planeta”.