Francisco, de 84 años, "descansó bien durante la noche y esta mañana desayunó, leyó algunos diarios y se levantó para caminar", según un comunicado, que añade que los exámenes que le han practicado "son buenos".
El papa fue sometido a una "colectomía izquierda" (extirpación de una parte del colon), había informado el Vaticano el lunes, explicando que la operación estaba programada con el fin de curar una estenosis diverticular sintomática del colon.
"Permanecerá hospitalizado (en el hospital Gemelli de Roma) una semana, salvo que haya complicaciones", según las mismas fuentes.
Según la prensa italiana, los cirujanos que operaron el domingo al papa realizaron una laparoscopia, que permite trabajar en la zona del abdomen gracias a una pequeña incisión.
Sin embargo, la presencia de una cicatriz de una operación precedente en la misma zona obligó a los médicos a cambiar de técnica y a proceder a una operación quirúrgica tradicional, más invasiva y con una recuperación más larga.
Sin embargo, no fue necesario recurrir a una colostomía, que consiste en abrir artificialmente el colon para que las heces se evacúen en una bolsa, y el papa tampoco ha tenido fiebre tras la intervención, según las mismas fuentes.
El papa se encuentra en una habitación en el décimo piso del hospital, la misma usada por el fallecido Juan Pablo II en varias ocasiones, sobre todo cuando sufrió un intento de asesinato en 1981 y un tumor en el colon en 1992.
La cirugía fue decidida para reducir los problemas causados por los divertículos, que son pequeñas hernias en la pared del colon, un problema que aumenta con frecuencia con la edad.
Según el diario Il Corriere della Sera, el papa quiso someterse a esta operación a principios del verano, un momento en el que tenía menos obligaciones, para poder recuperarse con calma.
Con información de aFP