"La Iglesia ha condenado el placer inhumano, bruto, vulgar, pero en cambio siempre ha aceptado el placer humano, sobrio, moral", estima el papa argentino a preguntas de Carlo Petrini, escritor y gastrónomo italiano.
"El placer viene directamente de Dios, no es católico, ni cristiano, ni nada por el estilo, es simplemente divino", destaca el pontífice.
"El placer de comer sirve para mantenerse en buen estado de salud, de la misma manera que el placer sexual sirve para que el amor sea más bello y garantizar la continuidad de la especie", precisó Francisco.
El papa se opone categóricamente a una "moralidad beata" que rechace la noción de placer, como ha sucedido en la historia de la Iglesia católica, porque "es una mala interpretación del mensaje cristiano".
Esta visión "ha causado enormes daños, que aún se notan en algunos casos", añadió.
El papa señala además su admiración por la película "El festín de Babette", que tiene lugar en una comunidad protestante danesa ultra puritana del siglo XIX, y que es un homenaje a la gastronomía. "Para mi es un himno a la caridad cristiana, al amor", considera el papa.
AFP