Japón celebró este sábado la última jornada de la campaña electoral previa a los comicios parciales a la Cámara Alta del Parlamento nacional de este domingo, que llegan marcados por el atentado mortal de la víspera contra el exmandatario Shinzo Abe.
La inflación creciente y la reforma de la Constitución pacifista de Japón han sido los principales temas de campaña para la cita electoral, en la que el partido gobernante del actual primer ministro, Fumio Kishida, aspira a revalidar su amplia mayoría en el órgano legislativo nacional.
Pero por delante de estos temas, todos los partidos nipones han ensalzado la importancia simbólica de estos comicios como manifestación de repudio a la violencia y en defensa de la democracia, tras el atentado contra el político japonés más influyente de las últimas décadas, que ha conmocionado al país.
Campaña de luto
El Gobierno que lidera Kishida decidió seguir adelante con la campaña electoral después de que Abe fuera asesinado en la víspera durante un mitin celebrado en las calles de Nara, en el oeste del país, y tras convocar una reunión de emergencia para analizar la situación y reforzar los dispositivos de seguridad en todo el país.
"Es un acto de barbarie en un momento de elecciones, que son la base de la democracia, por lo que nunca jamás lo podremos perdonar y lo condenamos con la mayor fuerza posible", dijo un Kishida visiblemente emocionado en la víspera, tras interrumpir sus actos de campaña para desplazarse a Tokio junto al resto de su Gabinete.
"Nunca cederé a la violencia", recalcó este sábado el primer ministro al retomar su agenda electoral con un discurso en la ciudad de Fujiyoshida, en el centro del país, uno de sus últimos actos oficiales antes de la votación de este domingo.
Kishida recalcó su "responsabilidad de completar estas elecciones de forma libre, justa y segura" en su discurso, donde apareció con un brazalete de luto y horas antes de viajar a la capital para asistir al velatorio de Abe en el domicilio familiar del ex primer ministro, quien fue su mentor político.
La sede tokiota del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) tendió su bandera a media asta tras el asesinato, un gesto al que se sumaron otras muestras de condolencias de todo el espectro político japonés, además de mensajes de mandatarios de todo el mundo.
Una prueba para el liderazgo
Kishida, al mando del país desde octubre del año pasado, afronta en estos comicios la primera prueba de peso en las urnas desde que recibió el respaldo popular tras ser elegido al frente del PLD en sucesión de Yoshihide Suga, quien a su vez ocupó el puesto de Abe un año antes a raíz de su renuncia por motivos de salud.
El líder conservador japonés arrancó su mandato con elevados índices de apoyo popular que crecieron incluso en los primeros meses del año, pero que se han visto resentidos más recientemente por la aceleración de la inflación en Japón debido a la coyuntura global y a la continua devaluación del yen frente a otras divisas.
El Partido Liberal Democrático de Kishida —quien no concurre directamente a estos comicios al tratarse de elecciones a la Cámara Alta—, no obstante, parte como clarísimo favorito para al menos repetir su amplia mayoría parlamentaria, según reflejan los sondeos.
Más del 40 % de los votantes tiene previsto respaldar al PLD, según una encuesta realizada a mediados del mes pasado por la televisión japonesa Nikkei, que atribuye un 10 % de intención de voto al nacionalista Nippon Ishin y un 8 % al Partido Constitucional Democrático, principal fuerza opositora.
En las elecciones del domingo se renovarán 125 de los 248 escaños de la Cámara Alta, una de las dos que compone la Dieta de Japón y en la que se ratifican las iniciativas legislativas o las designaciones de primeros ministros antes aprobadas por la más poderosa Cámara Baja.
El PLD cuenta actualmente con 110 escaños en la Cámara Alta, a los que se suman 28 de su socio de coalición, el partido budista Komeito.
Para que la alianza gobernante mantenga su dominio parlamentario deberán obtener al menos 56 escaños en los comicios de este domingo.
Reforma constitucional en el horizonte
Uno de los temas clave de la campaña hasta el asesinato de Abe ha sido la controvertida reforma constitucional para dotar al país de más competencias en materia de Defensa, una iniciativa que era precisamente una de las prioridades políticas del ex primer ministro.
Hasta su fatídico mitin del viernes, el propio Abe venía defendiendo en campaña la urgencia de modificar el artículo pacifista de la Carta Magna de Japón en un entorno de seguridad más hostil, ante las amenazas militares crecientes de China y de Corea del Norte.
Kishida ha tomado el relevo de su "padrino" político para tratar de sacar adelante esta impopular reforma -la mayoría de los japoneses no la ven necesaria-, y para la que es necesario el respaldo de dos tercios en las dos cámaras legislativas.
Está por ver qué impacto tendrá en las urnas el atentado, y si los comicios servirán para que tanto la democracia japonesa como el partido de Abe salgan reforzados.
Antonio Hermosín Gandul para EFE