La información fue confirmada por la agencia de noticias rusa Sputnik con fuentes cercanas al caso.
Según la agencia, Diyab fue deportado de Turquía a Siria el mes pasado, cuando llegó desde el aeropuerto de San Pablo.
Consultadas por Montevideo Portal, las representaciones uruguayas en Turquía y Líbano, que es concurrente en Siria, señalaron que no cuentan con información sobre el caso.
Diyab es considerado un disidente del gobierno de Siria desde la década del 90 y en 2000 abandonó su país de origen para viajar a Afganistán, perseguido por Al asad como integrante de un grupo terrorista.
Sin embargo, cuando Estados Unidos entregó a los prisioneros a nuestro país, emitió un informe que decía que no tenía pruebas de vinculación alguna con grupos terroristas.
Diyab, que llegó a nuestro país junto a otros cinco prisioneros de Guantánamo por un acuerdo entre Uruguay y el gobierno de Estados Unidos, tiene una causa en nuestro país.
El gobierno informó en un comunicado que decidió no brindar información sobre el caso, dado que Diyab no tiene impedimentos para abandonar Uruguay, excepto los que le imponen los países de destino, que pueden optar por no recibirlo.
Christian Mirza, quien fue el nexo entre los refugiados y el gobierno uruguayo dijo a Radio Uruguay que lo que él buscaba era la reunificación familiar y señaló que no entiende por qué viajaba con un pasaporte falso, cuando tenía un documento legal que es un símil de pasaporte uruguayo.
Diyab enfrentaba un proceso penal desde enero de 2018, cuando denunció a un palestino en Rivera, al que decía haber prestado 35.000 dólares para realizar un negocio, que no fueron devueltos.
El caso se volvió más complejo luego de que el comerciante, llamado Omar Khader Attalla, denunciara a Diyab por apropiación indebida de un celular y comentara incluso que le prestó 5.000 dólares que tampoco fueron devueltos.
Diyab y Khader se conocieron en una mezquita hace dos años y se convirtieron en amigos, llegando a vivir juntos. Fue el comerciante quien llevo al refugiado de Guantánamo a Rivera, con la esperanza de que tuviera allí el apoyo de la comunidad musulmana y mejores posibilidades. Sin embargo, el entredicho judicial dejó al sirio sin esta red de respaldo.