Por Federico Pereira
F_PereiraGarcia
“¡Vamo!”, fue el grito unísono y sostenido frente a la televisión cuando dirigentes y militantes de Andrés Ojeda se enteraron de que la Usina de Percepción Ciudadana lo proyectaba ganador de la interna de su partido, con el 39%.
El aún precandidato colorado no estaba todavía en la sala del Hilton Garden Inn que le sirvió de búnker cuando se festejaba a los abrazos y a los saltos frente a las pantallas.
Cuando salió del ascensor, con la sonrisa de oreja a oreja, sus militantes lo recibieron coreando: “Presidente, presidente”. Esa palabra, que no usó en ninguna publicidad durante su campaña, apareció por primera vez al lado de su nombre en el estrado donde minutos después hablaría. “Hoy, que un colorado ponga ‘presidente’ en un cartel no es creíble”, había dicho Ojeda a Montevideo Portal en marzo.
En consecuencia, en el discurso marcó el cambio de etapa. “Hoy termina la interna de los partidos políticos y empieza la interna de la coalición de gobierno”, expresó en su primera oratoria de cara a octubre. “Hoy es nuestra responsabilidad, de mínima, como siempre hemos dicho, poner lo que haga falta para que la coalición vuelva a ganar. Y de máxima, y por qué no, ahora que sabemos que ya no es imposible, liderar la coalición”, agregó, al cerrar y salir a prepararse para ir a la Casa del Partido Colorado.
En ese interín, la primera llamada que recibió fue la de Álvaro Delgado, ganador de la interna blanca. “El primer teléfono que sonó fue el de él, con quien naturalmente vamos a tener que ser socios hacia el futuro si queremos ganarle al Frente”, diría horas más tarde en rueda de prensa en la sede partidaria.
Cuando la Corte Electoral empezaba el escrutinio, a la Sala de la Convención colorada llegaban los primeros dirigentes y militantes, entre ellos, el expresidente Julio María Sanguinetti. Faltarían dos horas aún para que Ojeda llegase a la sede, antecedido de los precandidatos derrotados: Robert Silva, Gabriel Gurméndez, Tabaré Viera, Carolina Ache y Zaida González.
La llegada de los otros aspirantes a la presidencia se vio acompañada de tímidos aplausos y gritos de respaldo de sus militantes.
Luego de una breve rueda de prensa de Silva, él, Viera y Gurméndez se retiraron de la sala principal y se dirigieron a reunirse con Sanguinetti.
Junto con Gustavo Osta, actual prosecretario general del Partido, los competidores y el ganador se reunieron a definir una respuesta a la incógnita que rondaba en la noche: ¿Cuál será la fórmula colorada?
Los minutos pasaban y los militantes comenzaban a llenar la sede partidaria. La pantalla principal se iluminó con las palabras “Andrés Ojeda presidente”.
Los seis precandidatos, junto a Osta y Gustavo Zubía, líder de la lista más votada del partido, formaron el semicírculo detrás de Ojeda, mientras el abogado era recibido con aplausos.
Sin embargo, la noticia más esperada se retrasó. “Nos hemos reunido, todos juntos resolvimos, en virtud de los números, darnos hasta mañana, no más de mañana”, anunció Ojeda.
La fórmula colorada quedó sin definirse. Los números aún tenían mucho por decir y los líderes colorados, mucho por discutir. En la pantalla, la palabra “presidente” cambió por el eslogan “caminamos juntos”.
Por Federico Pereira
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