La tasa de desempleo en Argentina subió en el primer trimestre del año a su máximo nivel desde 2021, con un mercado de trabajo fuertemente afectado por la contracción de la actividad económica y el severo ajuste fiscal emprendido por el gobierno de Javier Milei.

Según informó este lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el desempleo se ubicó en el primer trimestre en el 7,7%, con un alza de dos puntos porcentuales respecto al cuarto trimestre de 2023 y de 0,8 puntos en términos interanuales.

El nivel de desempleo del primer trimestre supone un cambio de ciclo tras haber tocado en el tercer y cuarto trimestre del 2023 el 5,7%, la menor tasa desde 2016.

El aumento no sorprende, pues el primer trimestre se saldó con una caída interanual en el producto interno bruto (PIB) del 5,1%, también según datos oficiales difundidos este lunes.

Esta contracción en la mayoría de los sectores de la actividad económica se ha dado en un contexto de fuerte ajuste fiscal, elevada inflación (51,6% acumulada en el primer trimestre), pérdida del poder de compra de los salarios y desplome de la demanda.

En este contexto, la pérdida de empleos se registró tanto en el sector público como en el privado, sea en el mercado formal como en el informal, e incluso afectó a los trabajadores por cuenta propia.

El plan de “shock” fiscal de Milei ha supuesto una ola de despidos en el Estado y, además, una paralización de las obras públicas que impactó de lleno en el sector de la construcción, donde, según datos oficiales, se perdieron 28.000 puestos de trabajo en el primer trimestre.

Pero el ajuste y el hundimiento de la economía también afectó negativamente la dinámica laboral de la industria y el comercio.

De acuerdo a los datos del Indec, la cifra de desocupados en los 31 mayores conglomerados urbanos de Argentina considerados en la medición oficial creció en el primer trimestre a 1.088.000 personas, unas 266.000 más que en el cuarto trimestre de 2023.

Entre enero y marzo, los puestos de trabajo asalariado formal cayeron en 100.000, a 6,3 millones, mientras que los empleos asalariados pero informales también retrocedieron en 100.000, a 3,5 millones, los que, además, en forma preocupante y persistente, representan el 35,7% de los asalariados en Argentina.

En tanto, los trabajadores por cuenta propia pasaron de 3,5 millones en el cuarto trimestre de 2023 a 3,3 millones en el primero de 2024.

El informe oficial también revela un incremento en la tasa de ocupados que buscan otro empleo, que subió al 16% en el primer trimestre, a 2,2 millones de personas, un dato que esconde inconformismo con los ingresos recibidos o la necesidad de sumar un segundo empleo.

Según expertos, este fenómeno se explica por la fuerte pérdida del poder adquisitivo de los hogares, con salarios que en el primer trimestre acumularon un alza promedio del 45,5%, por debajo del 51,6% acumulado en el índice de precios.

Otros informes públicos y privados coinciden en la tendencia de destrucción de empleos en el primer trimestre.

Los registros oficiales de la Secretaría de Trabajo dan cuenta de 122.900 puestos de empleo registrados (público y privado) perdidos en el primer trimestre.

Por su parte, consultoras privadas indican que en el primer trimestre se han perdido 165.000 puestos de trabajo, de los cuales 96.000 se perdieron en el sector público y 69.000 en el privado.

Otro dato llamativo es que 274.311 cuentas bancarias dejaron de acreditar el pago de remuneraciones durante el trimestre en Argentina, donde es obligatorio que el empleador deposite el salario que paga en la cuenta bancaria del trabajador.

Los economistas privados que mes a mes consulta el Banco Central para su informe de expectativas proyectan que la tasa de desempleo cerrará 2024 con un índice del 7,5%, mientras que el PIB se contraería un 3,8%.

EFE