El viernes 2 de julio se publicó "Todo un país detrás", el décimo libro del escritor y periodista Pablo Cohen, con la participación especial de Patricia Kolesnicov, editora de Cultura del diario argentino Clarín. Es el primer libro que aborda ampliamente el singular trabajo que ha desplegado el Grupo Asesor Científico Honorario en los últimos 14 meses y hasta hace tan solo unos días, en el marco de la lucha contra la pandemia, por pedido del gobierno. Dado que el mismo día de su publicación, el libro sobre el GACH se agotó (en sólo 40 minutos), una nueva edición saldrá este miércoles 7 de julio en El País.
Este nuevo trabajo de Pablo Cohen tiene una gran singularidad: uno de los tres coordinadores del GACH es su padre, el Profesor Henry Cohen.
A Pablo el tema lo emociona, por la estrecha y muy cercana relación con su padre. Al mismo tiempo tiene claro que el rigor profesional debe ser respetado. Esa es la razón por la que no es él quien entrevista a Henry Cohen sino la ya mencionada Patricia Kolesnicov. Pablo no se arriesgaría a nada que no sea absolutamente profesional. Su trayectoria como destacado periodista en El Observador, luego como Jefe de la sección Cultura de Búsqueda y hoy instalado en Perfil, no permitiría ningún otro encare.
Esta es parte de la historia, tal cual nos la cuenta Pablo en entrevista especial.
P: Pablo, quiero empezar por la veta personal, por el hecho que escribiste un libro en forma profesional y al mismo tiempo son el hijo de tu padre, Profesor Henry Cohen, parte de este gran equipo que fue el GACH. ¿Cómo lidiaste con ese desafío?
R: Esta primera pregunta es muy linda y tiene mucho contenido emocional. En lo profesional te diría que al principio tuve que convencerlos a ellos tres de que aceptaran la idea y tuve que convencerme a mí antes de que era la persona adecuada para hacerlo. Hubo una manera muy sencilla: yo no entrevisto a mi padre, lo entrevista Patricia Kolesnicov, que es una mujer admirable, una gran periodista, una gran novelista, una entrevistadora de lujo, y es editora de Cultura de Clarín. Le dije: "Entrevistá a mi viejo, hace lo que quieras". Todo lo que aprendí de mi padre fue leyéndola a ella. Ahí la cuestión ética y también sentimental quedó solucionada, porque yo realmente no lo entrevisté.
P: Pero igual el libro es sobre el GACH.
R: Igual el libro es sobre el GACH. Hay tres entrevistas de perfil en el libro que hablan de Rafael (Radi), mi padre y Fernando (Paganini) como personas, revelan su esencia como personas, de los individuos, de los sentimientos, de qué los ha conformado, de su infancia, un montón de cosas que los explica después como científicos. Hay otra que es menos emocional, más intelectual te diría, en la que sí explican todo el proceso del GACH. Este es un libro que ha llevado muchos meses y que no estaba para nada pensado que saliera ahora, iba a salir en diciembre. Para mí es un libro importante emocionalmente también porque coincide con el retiro del diario El País de mi querida socia y amiga de tantos libros, tantos trabajos, Ana Quesada, una amiga entrañable y una profesional espectacular, y era su último libro. Ella se retiró pero va a ser su último libro igual. De manera que ahí tenés el corazón del libro.
P: Recordemos qué otros contenidos tiene.
R: Hay una entrevista al presidente Lacalle, otra a Álvaro Delgado, una serie de fotos inéditas, que a la gente le van a gustar mucho, testimonios de personas de la sociedad civil diciendo qué significó el GACH para cada uno: María Noel Riccetto, Leonardo Haberkorn, Julio Boca, el contador Enrique Iglesias... Y algo que para mí es muy importante: el arte de Daniel Supervielle en tapa y las plumas especiales. Plumas especiales que yo conozco por mi trabajo y que han sido muy generosas conmigo escribiendo estos textos inéditos para el libro, que son Carlos Pagni, extraordinario analista político y columnista de La Nación y El País de Madrid, autor del prefacio, el prólogo es del doctor Gerardo Caetano, con su fineza analítica de siempre, después tenemos el epílogo del ex presidente Sanguinetti, un interludio de Ana Ribeiro por un lado y del doctor Conrado Estol por otro, y finalmente una especie de retirada, que es un poema escrito especialmente por Raúl Castro. Cuando yo empecé a recibir todos esos textos especiales de tan buena calidad pensé: "más vale que lo que vos hagas, Pablo, por lo menos no desentone", porque entre el trabajo de Patricia y estos textos especiales sabía que tenía algo especial entre manos. Más la materia prima que es, por supuesto, el trabajo del GACH, de los 58 uruguayos que eran parte, pero centrado en los tres coordinadores, que de manera desinteresada y sin buscar notoriedad estuvieron 14 meses cuidándonos a todos.
La gente y el GACH
P: Eso de "cuidándonos a todos" es un hermoso resumen, porque en esta guerra contra un enemigo invisible ellos podían sugerir, recomendar, sabiendo de antemano, que el gobierno decide tomando en cuenta también otras consideraciones. Al mismo tiempo, inclusive si el gobierno aceptaba todas las recomendaciones, acá había mucho de incertidumbre, había cosas que con el tiempo los propios científicos fueron aprendiendo. Y te preguntaría, aunque Uruguay todavía está lidiando con la alta cantidad de contagios diarios, si vos palpabas en la calle, en la gente, que los uruguayos sentían que, por usar tu propia expresión, el GACH los cuidaba. Y que eso lo sentían ellos mismos.
R: Si, yo lo palpé y lo palpé, ahí sí, como hijo. Es impresionante, habla de lo empáticos que han sido y son, porque eso no se finge, y también de la capacidad de comunicación que tienen ellos tres. Fíjate que con la carrera académica que tienen no tendrían por qué tener esa capacidad de comunicación, y la tienen, y, por otro lado, esa cercanía, esa calidez. La tranquilidad, la confianza, pero después algo mayor, que es una especie de comunión entre la sociedad civil y ellos, que fue eso de sentirse protegidos, y eso tiene que ver con la inteligencia emocional de ellos y con su naturaleza como personas. Son tres personas muy distintas que en este proceso aprendieron a quererse más todavía, porque mi padre y Fernando no se conocían, Rafael y mi padre eran amigos y Fernando y Rafael eran amigos entre sí, y creo que el hecho de que se hayan hecho ellos más amigos los benefició a ellos, benefició al GACH y también benefició a la sociedad.
La disolución del GACH
P: Uno puede decir qué simbólico, o qué interesante, que justo se den las fechas así, el libro sale muy cerca de la disolución del GACH. ¿Te sentís mal con la disolución, te preguntás: "¿por qué, si todavía estamos mal?"?
R: Te cuento ante todo que yo me enteré de la disolución por la televisión, igual que cualquier otro ciudadano. Estaba terminando el libro cuando mi maquetador me dice: "Me parece que está tu padre con Radi y Paganini en la tele y que se están yendo, así que capaz que tenemos que agregar alguna foto". Ese es el sentido de confidencialidad que tiene mi padre, es mi gran amigo, mi padre, pero es incapaz de incumplir cualquier norma ética y de confidencialidad.
Por otro lado, voy al corazón de tu pregunta: ellos en realidad se querían ir hace tiempo, porque no es algo a lo que estén acostumbrados este tipo de actividad con tanto desgaste público. Por más que la gente los adore, ha sido agotador para ellos. No estoy diciendo que se vayan porque están cansados, digo que no están acostumbrados a eso.
P: Claro, teniendo cada uno aparte su carrera...
R: Carreras de lujo, los tres. Me gustaría recordar que Rafael es nominado al premio Nobel de Medicina, que sus descubrimientos han sido revolucionarios, que no vive en Estados Unidos porque no quiere. Que el doctor Paganini hizo su doctorado en Caltech y su posdoctorado en el MIT y renunció a su cátedra vitalicia en la UCLA para venir a Uruguay. Mi padre mucha gente sabe que ya había sido presidente de la Academia Nacional de Medicina, grado 5, y presidente de la Organización Mundial de Gastroenterología, además de master. Quiero decirte con esto que no sé si tenían algo para ganar, pero han sido honorarios en todo sentido. También en el libro, y eso me gustaría aclararlo. Lo que les hubiera correspondido va para la Academia Nacional de Ciencias y la Fundación Manuel Pérez, de la Facultad de Medicina.
P: Hermoso. Bueno que lo contás.
R: Creo que uno no puede pedirle a la gente más de lo que la gente está dispuesta a dar cuando esa gente le ha dado tanto al Uruguay. Entonces, ellos se fueron porque quisieron, ellos sabrán los motivos y no hay nadie mejor que ellos para decidir el momento. Por otro lado, los uruguayos somos un pueblo libre y maduro, nadie va a creer acá que empieza la pospandemia, porque es mentira, y tampoco nadie va a creer que estamos como estábamos hace unos meses, porque también es mentira. Estamos mucho mejor a pesar de que es un momento dramático. Bajan los casos, el nivel de vacunación sube. O sea, vemos una luz, una perspectiva, una esperanza, aunque no estemos al lado.
¿Si me hubiera gustado a mí que siguieran? Me hubiera gustado que siguieran un poco más, como ciudadano, pero como dice el doctor Carlos Batthyany, el director del Institut Pasteur, que presta testimonio en el libro: no se les puede pedir más de lo que han dado.
P: Yo por supuesto no me refería en absoluto en tono de crítica al GACH, sino pensando si esto pasa por una iniciativa también del gobierno de, como dijo Álvaro Delgado, pasar a otra etapa. ¿Te parece que hubo una combinación entre esa sensación de los miembros del GACH, que ya está, y quizás un deseo del gobierno de terminar con esa asesoría?
R: Te agradezco la pregunta. Yo obviamente no puedo hablar por el GACH pero sí puedo decir algo sobre eso. Primero, en el libro los tres integrantes dicen cómo se sienten pocas horas después de partir, es lo último que escribí; eso lo dicen y a mí me interesa porque va mucho más allá de la política. En segundo lugar, ellos se fueron porque quisieron, eso tiene que quedar claro, el gobierno no les dijo que se fueran. Yo creo que esta es una experiencia en la que la política redescubrió a la ciencia. Era obvio que iba a haber momentos en que la relación fuera mejor y otros en los que fuera peor. La naturaleza de la relación entre el gobierno y el GACH a partir de ahora la tienen que definir ellos. Pero estando más de acuerdo, como al principio, o menos de acuerdo, eso era una cuestión lógica en lo que es el relacionamiento entre la ciencia y la política. Lo importante es que la autonomía científica, en los 90 documentos -porque se habla del del 7 de febrero, que para mí es maravilloso, pero hay 90 documentos en total-, se mantuvo siempre, y eso creo que es muy importante.
P: Y es importante dejar en claro cómo terminó la relación.
R: No es que ellos estuvieran casados con el gobierno y ahora lo odian. Todas esas películas están absolutamente desmitificadas en el libro porque siempre trabajaron con autonomía, esa autonomía se respetó y la relación de cordialidad se mantuvo y el presidente y Álvaro Delgado hablan con admiración de ellos tres. Después está la cuestión de las medidas y, por supuesto, confluyeron mucho más al principio de la pandemia y menos en esta etapa. Eso es obvio, es innegable, pero no hizo que la relación del GACH con el gobierno se volviera nula o espantosa como creen algunos, eso no corresponde que lo diga yo, sino que lo aclaran perfectamente los protagonistas en el libro.
Un precedente significativo
P: ¿Te parece que esto dejó sentadas las bases para una visión de parte de los gobiernos que al requerir a los científicos estén reconociendo "nosotros no sabemos todo" y "precisamos a los profesionales que nos sepan asesorar"?
R: Eso es muy interesante y es muy importante de cara al futuro. Yo creo que dejó dos lecciones claras respecto a este último punto. Primero, no hay más lugar para el dogmatismo, ni para el dogmatismo populista de izquierda de López Obrador ni para la negligencia, diría casi criminal, de Bolsonaro. No hay más lugar para esto. Hay lugar para medidas políticas que tienen que ser tomadas por políticos, que son quienes fueron elegidos por la gente porque vivimos en una democracia, basadas, cuando se trata de asuntos tan técnicos, donde la vida humana está entre medio, en asesoramiento científico.
Por otro lado, ellos hablan de este tema en el libro, son conscientes de que el GACH ha sido un mojón. El gobierno en esto tiene un mérito, porque los nombró, en definitiva, más allá de que después tuvieran acuerdos o desacuerdos...
P: Y concibió la idea de un grupo así, eso ya es la base.
R: Y me gustaría destacar algo que no he escuchado tanto públicamente, y es que el ideólogo del GACH fue el ingeniero Hugo Odizzio, y esta es la verdad. Hugo Odizzio es un hombre muy brillante, como buen ingeniero ahorra 10 palabras... de cada 100 que piensa de repente dice nueve, pero es brillante, es ejecutivo, es una de las manos derechas del presidente; estuvo en Agesic, ahora es presidente del BPS. En Agesic estuvo muy brevemente y concibió la idea de lo que después, hablando con Rafael Radi, se convirtió en el GACH. Por supuesto que sin la aprobación del presidente no hubiera salido, pero el ideólogo del GACH es el ingeniero Hugo Odizzio.
P: Justo destacarlo. Y todo esto, deja sentado un fuerte precedente.
R: Yo diría lo siguiente: nadie puede garantizar que en el futuro un gobierno se vea obligado a citar un GACH porque todos esperamos que los gobiernos de Uruguay sean razonables, de centroderecha o de centroizquierda pero republicanos, que mantengan esa tradición uruguaya tan cara que es justicia social y libertad al mismo tiempo, y que por lo tanto sean, vuelvo a la palabra, razonables. Lo que sí aseguraría es que nadie se puede hacer el desentendido a partir de ahora, porque algo pasó, eso que pasó es muy importante y es inminimizable.
Un análisis personal, de hijo
P: ¿Cómo cambió a tu papá, qué le agregó a tu papá, como uruguayo, esta nueva dimensión de vida que significó el GACH?
R: Mi padre es médico clínico. Eso lo aclaro porque de repente estaba más acostumbrado que Rafael y Fernando a salir en la prensa. Sobre todo de Fernando, que tiene un perfil bajo deliberado. Sin embargo, esto es otra dimensión de su notoriedad. Yo lo he visto preocuparse por el país como un hijo, alegrarse porque llegaron las vacunas como quien se alegra porque un hijo se casa o porque es feliz. Y lo he visto sufrir en los peores momentos. Entonces, mi padre es un patriota no proclamativo, que vivió esto en carne propia, le dio todo al país. Lo hizo sin pedir nada a cambio, como los demás.
Y yo me enteré por la televisión que él había tenido un rol importante en conseguir vacunas para el Uruguay. Yo no sabía eso. Y es mi padre, y lo adoro y es muy amigo mío. Y todo esto ha sido maravilloso. Creo que lo cambió, que lo hizo más sensible-todavía más, porque es una persona de una gran inteligencia emocional-, más dulce, más expresivo. Y ya lo era.
Entonces creo que lo cambió para bien.
Lo único por lo cual me alegro que haya terminado el GACH es que necesitaban días de 72 horas cada uno para hacer todo. Era tremendo. Lo digo como hijo.Como periodista, accedí y les hice preguntas, como todos. Pero como hijo vi cómo reaccionaba a ciertas cosas cuando lo visitaba, estando en su casa, como mi papá. Y era demasiado todo esto...una paliza que hacía con gusto. Y si el país lo necesita, siempre va a estar, desde su perspectiva científica y humanista.
Hay algo que él me dijo hace años, y que se lo dijo para el libro también a Patricia Kolesnicov, y que creo que lo define muy bien. "Hace años aprendí que la gente buena no está toda de un lado y la gente mala no está toda del otro, sino que somos personas, cada una es distinto y hay que valorar a cada persona".Eso lo define como lo que es, un humanista, cada vez más sensible, con la emoción cada vez más a flor de piel.
En eso tuvo que ver su trabajo en el GACH, lo que sufrió por el GACH, lo que se alegró por el GACH, lo que laburó, y también el nacimiento de mi hijo, que es su único nieto.
P: Justamente te lo iba a mencionar. El abuelazgo también influyó.
R: Sin duda.
P: Me consta su chochera total.¡Y cómo lo entiendo!
R: Yo sé que lo entendés.
P: Pablo ¿hay algo que tiene que estar en esta entrevista, que yo no te supe preguntar?
R: Vos preguntás tan bien que sinceramente, no tengo nada que agregar, más que agradecerte.
P: Gracias por tus palabras. Y te deseo mucho éxito con el libro.
R: Creo que uno responde por el trabajo que hace. Y la gente juzgará el libro. Ojalá la gente lo disfrute. Lo único que quisiera aclarar es que es un libro para todo público. No es un libro para médicos ni para políticos sino para todo público, porque la calidad no es enemiga de la masividad. Es un libro para tender puentes, no para cavar grietas. Te lo digo por mi trabajo en la Argentina, un país que adoro y que está plagado de talento individual: la grieta, una vez que se instala, es muy difícil que se vaya de una sociedad. Y nosotros, con la historia republicana que tenemos, tan fraterna, no podemos permitirnos caer en la grieta. Y el GACH es un ejemplo de fraternidad nacional, de los mejores valores nacionales y de evitar las grietas. Yo, humildemente, no creo en los apostolados. Pero si algo intenté, fue tender puentes, para que en la medida que me sea posible, evitar que esa tendencia creciente en el Uruguay, aparezca. Eso es lo que quería decir. Ha sido un enorme placer.
P: Y el libro quedará pues como un símbolo del deseo de unir y acercar, así que le pega perfecto el título: "Todo un país detrás".
R: Te cuento que cuando ya tenía todo pronto, me faltaba el título. Y llamé a Jaime Roos y me autorizó utilizar el título de una preciosa canción suya. Y me dijo, con mucha generosidad, que "si no era para esto ¿para qué? Así que dejame agradecerle públicamente también a él.
P: Claro que sí. Hermoso. Gracias mil Pablo.Que Uruguay no precise ningún otro GACH por razones como esta pandemia con la que se continúa lidiando, que ya fuera del GACH, con el GACH ya disuelto, tu papá, Rafael Radi y Fernando Paganini, y todos los uruguayos, en el país y en la diáspora uruguaya, podamos siempre alegrarnos por cosas que pasan en Uruguay y no seguir con angustia noticias complicadas. Gracias por tu tiempo y por haberme enriquecido con todo esto.
R: Gracias a vos Ana.
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