En la pasada madrugada culminó la audiencia por los 12 detenidos en el allanamiento a la casa del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, en Santa Cruz (Bolivia). La Justicia de ese país dispuso prisión preventiva para 10 de los 12 capturados, entre ellos los dos futbolistas uruguayos Christian Latorre (36) y Lucas Casavieja (24), quienes también marcharon a la cárcel. 

A su vez, dos mujeres fueron imputadas con medidas sustitutivas. Una de ellas es una uruguaya llamada Nancy Gutiérrez, quien es esposa de Latorre. En tanto, el ministro de Gobierno de Bolivia, Eduardo del Castillo, brindó una conferencia de prensa el pasado martes en la noche. 

Allí dijo que la primera vez que Marset fue a Bolivia fue el 25 de octubre de 2018 y que llegó con su cédula uruguaya. En 2019 ingresó nuevamente al país y obtuvo un documento legal que acreditaba su residencia. Sin embargo, en abril de ese año consiguió una identidad boliviana falsa y se hacía llamar Gabriel de Souza Beumer. 

En 2023 entró a tierras bolivianas bajo el nombre de Luis Amorim Santos, con un documento brasileño. “Para poder sacar su documento boliviano con esa identidad, presentó un certificado de que no tenía antecedentes policiales emitido por el consulado de Brasil en Bolivia”, agregó Del Castillo.

El jerarca boliviano contó que el 16 de junio de este año, en el marco de la reunión en Buenos Aires de los ministros de seguridad del Mercosur, el secretario de Estado Luis Alberto Heber se le acercó y le dijo: “Quiero pasarle un dato: hay un uruguayo que se encuentra probablemente en su país, en Santa Cruz”. 

“Esto fue dos meses después de que Marset retornó a Bolivia. Nos dijo que estaba siendo buscado por Paraguay, así que nos reunimos los tres ministerios. Ahí el ministro del Interior de Paraguay se comprometió a enviarme toda la información que tenían”, contó Del Castillo. 

Con estos datos, se “instruyó a los equipos de inteligencia para lograr determinar el lugar exacto en el que estaba Marset”, pero la información era “imprecisa” y el delincuente nunca estuvo en el hogar indicado. 

La Policía de Bolivia preveía detener a Marset el 30 de julio, en el marco de un partido de fútbol que jugaría en Santa Cruz. Sin embargo, el grupo de seguridad del uruguayo secuestró a uno de los efectivos policiales. “Y ahí instruimos que lo primero era preservar la vida de ese efectivo. El efectivo policial secuestrado manifestó haber tenido contacto visual con el blanco que estábamos buscando, con Marset. Fue brutalmente golpeado por él”, expresó Del Castillo.