El buque australiano Greg Mortimer, que en 2020 estuvo casi dos meses varado en Uruguay por un brote de la covid-19, regresó al puerto de Montevideo para hacer una escala técnica antes de seguir su viaje hacia la ciudad argentina de Usuhaia.

Así lo informó el viceministro de Turismo, Remo Monzeglio, a la agencia EFE. El barco se aprovisionó en el puerto capitalino, aunque no ingresaron ni bajaron pasajeros. Fuentes portuarias indicaron a Montevideo Portal que, de acuerdo con lo previsto, el barco partirá en la noche de este viernes sobre las 20 horas.

Monzeglio destacó el significado de que ese barco vuelva al país. En octubre de 2022, el Greg Mortimer ya había retornado a Montevideo, en aquella oportunidad para agradecer la asistencia brindada por Uruguay.

Ese viaje fue llevado a cabo por varios pasajeros que habían estado varados en aquel momento, uno de ellos el australiano Jesz Fleming, recordado por besar el suelo del aeropuerto de Carrasco antes de regresar a su país en 2020.

En marzo de ese año, el Greg Mortimer llegó a Montevideo procedente de Ushuaia después de que uno de sus ocupantes, el primero que debió ser evacuado, el 31 de marzo, tuviera problemas físicos y ninguna otra autoridad cercana permitiera el desembarco en sus costas.

Desde ese momento, el buque permaneció en aguas uruguayas por casi dos meses, en los que se organizaron “corredores humanitarios” para que 126 pasajeros pudieran retornar en avión a sus países; se alojó a tripulantes en hoteles y se brindó asistencia sanitaria a un grupo de personas que la necesitaron y que debieron ser bajados del buque en distintos momentos.

Aquel caso puso a Uruguay en el mapa de muchos turistas neozelandeses, australianos y de varias nacionalidades europeas, que mostraron su amor al pequeño país sudamericano en el momento de abandonarlo con banderas anudadas, corazones dibujados en carteles y mensajes de todo tipo en redes sociales.

La odisea del Greg Mortimer provocó en aquellos momentos tal impresión en la población montevideana que parte de esta acudió a la entrada de los hoteles a aplaudir a los evacuados, o se asomó a los balcones para despedir a quienes partían hacia el aeropuerto.

EFE