Por The New York Times | Eileen Sullivan
Migrantes en Brownsville, Texas, luego de ser procesados por inmigración. (Verónica G. Cárdenas/The New York Times) Coronavirus (2019-nCoV) United States Politics and Government Asylum, Right of Refugees and Displaced Persons Immigration and Emigration Illegal Immigration Biden, Joseph R Jr United States Mexico Central America Una regla sanitaria implementada durante la pandemia, y que se utilizaba para expulsar inmediatamente a los migrantes, pronto dejará de estar vigente.
Cada día, miles de migrantes cruzan de manera ilegal la frontera sur de Estados Unidos. Huyen de la violencia, de Estados autoritarios y de la pobreza extrema mientras afrontan el peligroso viaje con la esperanza de que, cuando crucen hacia Estados Unidos, puedan quedarse.
En los últimos años, los cruces ilegales en las fronteras han sido históricamente altos, algo que forma parte de lo que las Naciones Unidas identifica como una tendencia migratoria mundial. Pero las autoridades estadounidenses prevén que, en los próximos días, las cifras aumenten en la frontera sur porque dejará de estar en vigor el Título 42, una norma sanitaria de la época de la pandemia. Más cruces ilegales significan una tensión adicional en un sistema ya sobrecargado.
Aquí explicamos esa política, lo que cambiará y sus posibles consecuencias.
¿Qué es el Título 42?
El Título 42 es una sección de la Ley de Servicio Público de Salud de 1944, que permite que el gobierno pueda detener la entrada de personas e importaciones con el fin de prevenir la introducción de una enfermedad transmisible desde afuera de las fronteras continentales de Estados Unidos.
En marzo de 2020, cuando la COVID-19 se estaba extendiendo por todo el país, la gestión de Trump autorizó el uso de la regla bajo la emergencia nacional de salud pública para expulsar rápidamente a las personas que cruzaron de manera ilegal hacia Estados Unidos.
Hace dos meses, el gobierno de Biden dijo que el 11 de mayo terminará la designación de crisis de salud pública.
¿Cómo funciona?
La regla sanitaria permite que los agentes fronterizos agilicen los largos trámites que suele llevar procesar a los inmigrantes, incluido el procedimiento que permite que una persona solicite asilo. Aplicar el Título 42 toma unos 10 minutos en comparación con el tiempo que se tarda en tramitar a los migrantes con la legislación vigente, que puede llevar una hora o más. La norma permite a los agentes fronterizos expulsar inmediatamente a millones de migrantes, una medida que suscitó críticas inmediatas de expertos en derechos humanos y salud pública, que dijeron que era un intento del gobierno de Trump de impedir que los migrantes soliciten asilo.
Cuando el gobierno de Biden llegó al poder, altos funcionarios mantuvieron reuniones sobre el levantamiento del Título 42. Pero cuando el número de cruces ilegales en la frontera sur comenzó a aumentar durante la primavera de 2021, eliminar la autoridad se consideró una apuesta para la Casa Blanca, porque los republicanos atacaban repetidamente al presidente por tener políticas laxas en la frontera.
En esencia, el Título 42 se había convertido en la política más eficaz para gestionar un alto volumen de cruces fronterizos sin provocar el hacinamiento habitual en los puestos fronterizos, ni agobiar a las comunidades a las que solían ir los migrantes cuando era liberados. (La gestión de Biden intentó terminar con el uso de la orden de salud pública el año pasado, pero los tribunales lo detuvieron dos veces. En ese mismo periodo, amplió el uso de la política a inmigrantes de algunos países).
¿Todos los migrantes fueron expulsados por el Título 42?
No, ni por asomo. En la práctica, la orden de salud pública no podía aplicarse a todos los inmigrantes. Desde que está en vigor, el Título 42 se utilizó aproximadamente un tercio de las veces. La mayoría de las personas expulsadas en virtud de esa regla procedían de México y Centroamérica. Aunque esto significó que millones de migrantes fueron expulsados en virtud del Título 42, a más de 1,8 millones se les ha permitido permanecer temporalmente en el país hasta que comparezcan en un tribunal de inmigración y, en algunos casos, argumenten que se les debe conceder asilo. Bajo el Título 42, las personas también podían cruzar tantas veces como quisiera sin enfrentarse a penas más severas. (Según la ley de inmigración del gobierno, las sanciones aumentan cuando se detiene a una persona que ha cruzado más de una vez).
El gobierno de Biden ha dicho en repetidas ocasiones que la frontera estaba cerrada, pero el hecho de que muchos migrantes hayan podido quedarse incentivó a otros para que emprendieran el viaje hacia Estados Unidos.
¿Cómo cambiarán las cosas?
Cuando los agentes fronterizos ya no puedan utilizar el Título 42 para expulsar inmediatamente a los migrantes, recurrirán a las leyes habituales para tramitar los cruces no autorizados de la frontera, lo que lleva más tiempo, en parte porque permite que las personas pidan asilo. Esta prolongación de la tramitación administrativa hará que los migrantes permanezcan más tiempo en los centros de internamiento. Y cuando esas instalaciones alcancen su capacidad máxima es posible que las personas sufran condiciones inhumanas al hacinarse bajo los puentes y afuera de los refugios.
¿Cuáles serán las mayores dificultades?
En los próximos días y semanas gestionar el elevado número de inmigrantes de forma segura y ordenada será el mayor reto. El gobierno de Biden ha implementado nuevas políticas para disuadir los cruces ilegales —algunas de las cuales han sido criticadas por los defensores de la inmigración—, pero ha hecho poco para abordar el reto de gestionar el elevado volumen de personas que se espera.
Los funcionarios de fronteras se verán obligados a liberar a los migrantes en las comunidades fronterizas con más frecuencia, lo que aumentará la carga de los funcionarios locales y los operadores de refugios para proporcionar apoyo en todo el país. También será más difícil para los migrantes encontrar abogados de asilo que les ayuden a presentar sus casos, pues ya hay escasez de personas que hagan este trabajo.
Pero los funcionarios esperan que en un momento dado sea más fácil, a medida que más migrantes sean sancionados por cruzar la frontera varias veces. Las nuevas medidas del gobierno de Biden están pensadas para restringir aún más el acceso al asilo y crear vías humanitarias legales para otros migrantes, lo que los funcionarios esperan que conduzca también a un menor número de cruces ilegales.
Eileen Sullivan es una corresponsal en Washington que cubre el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense. Anteriormente, trabajó en la Associated Press, donde ganó un Premio Pulitzer en la categoría de reportajes de investigación.