Con el término de la presidencia pro tempore de Brasil al frente del Mercosur, empieza este miércoles la cumbre del bloque comercial, con la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores y Economía de los países miembros en Río de Janeiro, que tendrá como foco principal el estado de las negociaciones con la Unión Europea (UE) en pos de un acuerdo comercial que sigue sin poder concretarse por las resistencias de integrantes de ambos grupos transnacionales.
Junto a la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, el canciller Omar Paganini participa por primera de sesión del Consejo del Mercado Común (CMC) que se celebrará en la tarde, a puertas cerradas, en el moderno Museu do Amanhã (Museo del Mañana, en portugués), en la víspera de la cumbre de presidentes que se realizará mañana y en la que Brasil le pasará la presidencia pro tempore a Paraguay.
El encuentro cuenta con varias ausencias, entre ellas la del canciller argentino, Santiago Cafiero, quien no viajó a Brasil porque el jueves jurará como diputado en su país. En su lugar vino la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca.
Tampoco fue a la reunión el ministro de Economía de Argentina y excandidato presidencial, Sergio Massa.
En la delegación brasileña, la principal ausencia es la de su ministro de Economía, Fernando Haddad. El secretario de Estado anunció que, tras desembarcar en su país procedente de Alemania, prefería quedarse en Brasilia para trabajar en los asuntos internos.
En este caso la representación de Brasil es encabezada por el vicepresidente y ministro de Industria y Comercio, Geraldo Alckmin, y por el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, así como por la titular de Planificación, Simone Tebet.
Desde Paraguay fueron el canciller Rubén Ramírez y el viceministro de Economía, Carlos Javier Charotti, dado que el titular de esa cartera, Carlos Gustavo Fernández Valdovinos, tampoco asistirá a la reunión.
Bolivia, cuyo ingreso al Mercosur como miembro pleno finalmente recibió la aprobación de todos los Parlamentos y puede comenzar el proceso de integración, está representada por la canciller Celinda Sosa y por el ministro de Economía, Marcelo Montenegro.
Para la tarde está prevista la reunión de ministros de Economía y de los presidentes de los bancos centrales de países del Mercosur, aunque en este último caso solo confirmaron su asistencia los titulares de Brasil, Bolivia y Paraguay.
El presidente Luis Lacalle Pou llegó a Río de Janeiro este martes al mediodía. En la reunión de jefes de Estado de este jueves, que también se realizará en el Museu do Amanhã, participarán sus homólogos de Paraguay, Santiago Peña; de Bolivia, Luis Arce; de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y, por última vez, el mandatario argentino Alberto Fernández, que el domingo entregará la banda presidencial al presidente electo, Javier Milei.
En esta LXIII Cumbre del Mercosur también está prevista la promulgación del protocolo de adhesión de Bolivia como miembro pleno, después de su ratificación el pasado 28 de noviembre por parte del Parlamento brasileño, que era el último que quedaba de los cuatro socios.
Además, el bloque espera firmar en Río un acuerdo de libre comercio con Singapur y formalizar tratativas con República Dominicana y El Salvador.
El acuerdo que hace 20 años se está por acordar
La cumbre que reunirá a los jefes de Estado de los países de Mercosur este jueves en Río de Janeiro llega más de cuatro años después de que este bloque alcanzara un principio de acuerdo de libre comercio con la UE que, sin embargo, permanece bloqueado desde entonces.
El 28 de junio de 2019 la Unión Europea (UE) y Mercosur lograron en Buenos Aires, tras veinte años de negociaciones, un principio de acuerdo de libre comercio para un mercado de casi 800 millones de personas.
Sin embargo, la ratificación se encuentra desde entonces bloqueada por el veto de varios países de la Unión, entre ellos Francia, que exige al bloque sudamericano unas garantías en términos medioambientales y de respeto de las reglas europeas de seguridad alimentaria.
Los antecedentes se remontan a 1995 cuando ambos bloques firmaron en Madrid el Acuerdo Marco Interregional de Cooperación, el primero entre dos uniones aduaneras.
Los vínculos con el Mercosur presentaban ya una gran solidez. De hecho, todos los países miembros (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, además de los primeros asociados ,Bolivia y Chile) habían firmado con la UE acuerdos de tercera generación y se beneficiaban de programas comunitarios de promoción de vínculos empresariales.
El objetivo en la primera parte del proceso era estrechar los lazos políticos, económicos, empresariales, culturales y científicos para, en una segunda fase liberalizar los intercambios comerciales mediante la armonización y homologación entre las dos zonas, de conformidad con las normas de la OMC.
El capítulo agrícola fue desde un principio el más conflictivo de la negociación.
En la primavera de 2000, Mercosur y Unión Europea comenzaron en Buenos Aires la negociación del área de libre comercio para eliminar aranceles, restricciones y regulaciones, y desde entonces se han celebrado casi una treintena de rondas negociadoras en un proceso complejo que ha tenido frenazos de varios años.
La UE ha sido tradicionalmente el primer socio comercial del Mercosur y el comercio de bienes entre ambas áreas se eleva a más de 80.000 millones de euros (74.074 millones de dólares), según la Comisión Europea.
En julio de 2004 las conversaciones entre la UE y Mercosur entraron en punto muerto cuando el bloque sudamericano forzó la suspensión de una ronda de negociaciones por considerar frustrante la oferta agrícola europea y desde entonces han avanzado a trompicones.
A lo largo del proceso ambas partes se han exigido mutuamente concesiones previas antes de mejorar sus ofertas en aquellos asuntos de mayor interés para la otra: el acceso al mercado agrícola europeo en el caso del Mercosur; y las posibilidades de negocio en el Cono Sur para las empresas europeas de servicios y finanzas, en el de la UE.
En marzo de 2012 se reanudó en Bruselas la negociación de un acuerdo de asociación y en enero de 2013 los países del Mercosur anunciaron su compromiso de presentar antes de octubre de ese año sus primeras ofertas comerciales de acceso de sus productos al mercado de la UE.
En noviembre de 2017 los cancilleres del bloque americano entregaron al vicepresidente de la Comisión Europea una propuesta integral para alcanzar el acuerdo.
Las negociaciones continuaron en 2018 hasta la firma final del acuerdo en marzo de 2019 en Buenos Aires, cuya ratificación se encuentra desde entonces bloqueada por el veto de varios países, entre ellos Francia, que exige al bloque sudamericano unas garantías en términos medioambientales y de respeto de las reglas europeas de seguridad alimentaria.
La Comisión Europea propuso a principios de 2023 un anexo al acuerdo ya negociado en 2019, con el fin de incorporar una nueva regulación de la UE que obliga a las empresas a verificar el origen lícito de las importaciones, algo que fue rechazado tajantemente por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien ejerce como presidente pro tempore del Mercosur.
Por parte de Mercosur se ha mostrado interés en renegociar la parte del acuerdo referida a compras gubernamentales en busca de “compromisos más equilibrados”.
En vísperas de la cumbre de este jueves el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha agregado más incertidumbre con su afirmación el pasado sábado de que el acuerdo “no es bueno para nadie”, pero la Comisión Europea, que es la encargada de negociar los acuerdos comerciales de la UE, reafirmó el lunes 4 de diciembre su voluntad de cerrar las negociaciones lo antes posible.
Con información de EFE