El 11 de junio de 2019, representantes de la Asistencial Médica Departamental de Maldonado se presentaron ante el Tribunal de Ética del Colegio Médico del Uruguay para denunciar una posible falta ética profesional de un profesional médico, en relación a su actitud con pacientes de la institución.
El equipo de referencia en violencia doméstica de la Asistencial Médica Departamental de Maldonado - IAMPP- presentó dos informes en los que denunció situaciones de gravedad sobre episodios de acoso sexual de un médico psiquiatra, en su relación con dos pacientes.
Los denunciantes informaron que una de las pacientes posee discapacidad intelectual leve a moderada y trastorno de personalidad, y ha tenido varias internaciones por causas psiquiátricas en la Asistencial.
El caso se supo cuando la paciente, al ser preguntada sobre su falta de vínculos personales, comentó que le "gustaba" un médico que trabaja en el lugar.
Contó que en una ocasión el doctor le tomó de la mano y le dijo que era "linda" y que en una ocasión llegó a besarse con el doctor y que este le entregó dinero varias veces durante la internación "para que fuera al almacén con su autorización".
Durante una internación compartió habitación con otra paciente que le comentó que el doctor se le "insinuaba".
Entre otros relatos, la paciente manifestó que tanto en consultorio como en internación "el doctor y ella practicaron tocamientos de genitales mutuamente".
Según estos testimonios, en una oportunidad la paciente propuso mantener relaciones sexuales, a lo cual el doctor respondió: "Me gustaría pero no puedo porque puedo perder el título". Por este mismo motivo, el profesional le solicitaba a la paciente que mantuviera el secreto sobre los encuentros entre ambos.
El relato de la paciente tiene episodios mucho más gráficos sobre trato inadecuado por parte del profesional, siempre de acuerdo al relato que la mujer hizo al equipo médico.
Si bien se trata de una paciente compleja dada su estructura de personalidad, "teniendo en cuenta la forma espontánea en que surge este relato" y "la falta de conciencia respecto a la gravedad de lo transmitido", entre otros factores, el equipo consideró que se trababa de un relato genuino.
Otro testimonio
El equipo se entrevistó también con la segunda paciente, que accedió a realizar la denuncia "con el único fin de que esto no siga ocurriendo".
En la primera consulta con el médico dijo sentirse incómoda por la forma en que se refirió a ella ("loquita joven"). Un tiempo después, tras perder un embarazo y sufrir un cuadro de depresión, el doctor asumió su seguimiento.
Aseguró que en ese proceso el doctor comenzó insinuaciones de índole romántico. En ese momento empieza a guardar los mensajes y a enviarlos a sus familiares para confirmar sus sospechas de estar en una situación acoso por parte del doctor.
Entre los mensajes había frases como: "Como hombre adoraría verte dormir con un gran abrazo, eres excitante, sé que como hombre no quieres pero es mejor que el Somit".
Cuando comentó esto a su doctora de cabecera, esta manifestó, según el relato de la paciente: "Otra vez este hombre mandándose macanas".
"Que una persona abuse de su poder por su título o por ser profesional de la salud mental es un abuso de poder", explicó la paciente a los profesionales.
La asesoría jurídica de la institución concluyó que el médico había violado los deberes estatutarios y se apartó de la conducta debida prevista en el Código de Ética Médica, expulsándolo a raíz de estos hechos.
Los descargos
El médico compareció ante el Tribunal de Ética y aseguró que la denuncia era "totalmente falsa, inexistente y carece de veracidad", y que se violó su derecho al debido proceso.
Aseguró que la primera paciente tiene discapacidad intelectual y es una paciente compleja que relata situaciones que jamás ocurrieron (y que lo hace además en forma poco veraz, por lo que discutió las conclusiones del equipo de la institución).
En cuanto a la segunda paciente, apuntó que relató situaciones inexistentes, dado que "habría sido ella misma quien comenzó la charla provocando al denunciado, y que además en ningún momento cortó la comunicación ni emitió manifestación alguna en contra de su voluntad".
Dijo que es una persona con trastornos de personalidad y serios problemas de relacionamiento, y que la única persona que se preocupó por su bienestar fue él.
Se mostró molesto por ser "acusado de ilusorios disparates sin ningún tipo de fundamento probatorio obtenido por la declaración de dos personas con severos diagnósticos psiquiátricos luego de más de una carrera profesional de 37 años".
La investigación
El médico pidió que se tomara declaración a las pacientes y que se estudiaran sus historias clínicas, lo que no fue aceptado por tratarse de propiedad de las pacientes.
Para su investigación, el Tribunal contó con las declaraciones de varios doctores del centro pero no las de las pacientes, como quería el médico denunciado, debido a que por cuestiones de formalidad no se aportó su información de contacto.
El Tribunal no confirió ningún valor probatorio a la totalidad de las afirmaciones supuestamente vertidas por la primera paciente, al no poder ratificarlas con las garantías de derecho adecuadas.
En ese caso "resultan insuficientes los testimonios de los profesionales citados", por lo que el Tribunal no pudo pronunciarse sobre el primer caso, al no tener pruebas directas.
La situación fue distinta con la segunda paciente, ya que el propio médico acreditó que era "cierto es lo que existe en las capturas" de sus mensajes. "No lo puedo negar, pero no en el sentido o giro contextual", dijo.
"En tales conversaciones puede apreciarse, inequívocamente, un relacionamiento inaceptable entre el profesional tratante y la paciente. En efecto, puede apreciarse allí un contexto innegable de seducción por parte del denunciado, quien manifiesta expresiones tales como: ‘tú eres joven y súper sensual' (...) ‘¿Contigo? No la embarro. Veo una mujer súper sensual. Vi siempre' (...) ‘como psiquiatra debería pedir perdón (...) No es chiste. Como hombre iría ya a ganarle a los Somit con un abrazo' (...) ‘¡quiero como hombre común poder hacer eso! No es terapia".
Teniendo en cuenta que era una paciente "que tenía un diagnóstico severo de border", el denunciado "debió extremar los cuidados para evitar un involucramiento, puesto que es responsabilidad del terapeuta mantener la distancia y los límites con el paciente".
El médico dijo que la paciente. lo había provocado y que ello explicaba parcialmente sus respuestas. "A juicio de este Tribunal, ello lejos de justificar, evidencia su apartamiento de la norma ética", señala el fallo.
El Tribunal recordó que la dinámica sexual latente inherente a cualquier forma de relación puede manifestarse en el curso de una psicoterapia y, en caso de no ser manejada adecuadamente por el terapeuta, puede provocar angustia en el paciente.
Por ello, el Tribunal consideró de especial gravedad la conducta desplegada y estimó "parcialmente de recibo la denuncia" por haber realizado conductas contrarias a las reglas que rigen la conducta médico profesional.
Debido a ello, se le impuso la sanción de suspensión temporal del Registro por el período de un año.
El Ministerio de Salud Pública, en vistas del fallo emitido por el Colegio Médico, confirmó la suspensión temporal del Registro de habilitación Profesional por un año, haciendo lugar a la sanción dispuesta, según consta en la resolución firmada por el ministro Daniel Salinas.