En el remate donde Julio María Sanguinetti compró dos documentos de José Batlle y Ordóñez para donar al Partido Colorado, el Estado Uruguayo adquirió tres piezas de la colección: un relicario de oro, perteneciente al histórico líder colorado y con un mechón de pelo de su hija, Ana Amalia Batlle Pacheco, fallecida a los 18 años; un óleo de la ciudad de San José de Mayo que data de 1878 y manuscritos del presidente Baltasar Brum, dirigidos “a la Asamblea General”, el día anterior al suicidio del político colorado.
Para esta transacción no hubo postor, pero si un representante de la Administración Central. William Rey, director de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación, fue el encargado de notificar al rematador, una vez que golpeó el atril con su martillo, que las tres piezas no iban al mejor postor, serían comprados por el aparato estatal. En este tipo de remates, el Estado tiene la potestad de reclamar la compra de las piezas que busque adquirir.
Rey dijo en conferencia de prensa, a la salida del remate, que se compraron las tres piezas, una por su “valor documental”, otra por lo “testimonial” y otra por su “valor iconográfico”.
“En general, los criterios de la Comisión son comprar en función del aporte de información de valor que nos dan esas piezas, y obviamente, en función de ciertas coyunturas, la posibilidad de realizar una exposición como la que está en camino en el Museo Histórico Nacional también hace que alguna de estas piezas sean compradas”, dijo Rey.
Sobre el cuadro de San José de Mayo, dijo que es una “vista de la ciudad” del siglo XIX, “muy temprana” y que es “una muy buena documentación” sobre la historia de la capital departamental.
“Normalmente lo que hacemos es una evaluación previa de las piezas que nos interesan, cual es el valor al que puede alcanzar. Las piezas parten con una base, con un estimativo, nosotros a su vez sabemos lo que podemos gastar y muchas veces establecemos comparaciones con otras instancias de venta, que pueden haber sido remates o que pueden estar en algunas casas a la venta y eso nos permite comparar y dar con el precio más justo para el Estado”, explicó el jerarca.
“En algunos casos las piezas que compramos ya están siendo solicitadas por algunas instituciones del estado. En ese caso simplemente compramos para esas instituciones. En otros directamente la Comisión entiende que son importantes y destina finalmente a alguna institución especializada, con la cual la pieza tiene una conexión muy fuerte. Es decir, podemos estar comprando de pronto una serie de cartas de un personaje y ese personaje tiene un archivo en el Archivo General de la Nación, un archivo particular, entonces parece lógico que vaya ahí”, añadió.
Comentó que si bien en un momento se consideró la posibilidad de adquirir la cédula y la credencial de Batlle y Ordóñez, les “parecía razonable que el partido al que perteneció” el líder político “quisiera adquirirlas”, por lo que se respetó “esa situación”.