Diputados de partidos de izquierda en Brasil presentaron una demanda ante la Comisión de Ética del Congreso Nacional este lunes, pidiendo la suspensión de Eduardo Bolsonaro, diputado por el Partido Liberal (PL) e hijo del presidente Jair Bolsonaro Bolsonaro (PL), luego de un ataque en las redes sociales a una víctima de tortura durante el régimen militar que rigió el país entre 1964 y 1985.

Miriam Leitão, periodista del Grupo Globo, fue detenida, embarazada, en 1972, en un cuartel de Vila Velha, en el estado de Espírito Santo. Tras el arresto, fue golpeada desnuda por diez soldados y arrojada a una celda oscura junto a una boa constrictor.

La periodista había compartido en la red social la más reciente de sus columnas de opinión en el diario O Globo, destacando el pasaje en el que critica a la "tercera vía", el grupo de candidatos a la presidencia que intenta prosperar entre Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), y Jair Bolsonaro, los dos primeros en las encuestas.

"¿Qué tiene de malo la tercera vía?", se pregunta. “Es tratar a Lula y Bolsonaro como iguales. Bolsonaro es un enemigo confeso de la democracia”, se responde, según recoge el periódico Diário de Notícias.

En respuesta, Eduardo Bolsonaro hizo una pubicación en Twitter, aludiendo al brutal episodio del que fue víctima la periodista durante la dictadura.: "Todavía siento pena por [emoji de una boa constrictora]".

Natália Bonavides (PT), Orlando Silva (Partido Comunista de Brasil) y Juliano Medeiros (Partido Socialismo y Libertad) anunciaron que sus partidos apelarán a la Comisión de Ética "para que otro crimen de la familia Bolsonaro no quede impune".

En la sesión de destitución de la presidenta Dilma Rousseff en 2016, el entonces diputado Jair Bolsonaro, padre de Eduardo, pidió la destitución de Dilma y dedicó el voto a Brilhante Ustra, un torturador que castigaba a las mujeres metiéndoles ratas en la vagina.

Lula también habló. “Celebrar el sufrimiento de los demás es perder la humanidad de una vez por todas”, escribió en Twitter.

Las cifras de represión en Brasil son inexactas, ya que la dictadura nunca reconoció los episodios de tortura -según el diario Folha de S. Paulo, las auditorías de la justicia militar recibieron 6.016 denuncias de tortura y estimaciones posteriores apuntan a 20.000 casos.

Los presos denunciaron haber sido colgados de paus de arará (barras de hierro alrededor de las cuales se hacía rotar al preso), sometidos a descargas eléctricas, estrangulamiento, intentos de ahogamiento, golpes con objetos contundentes, puñetazos, patadas y otras agresiones. En algunos casos, las sesiones  de tortura culminaron con la muerte de las víctimas.

En el Grupo Globo, compañeros de trabajo de Miriam Leitão llamaron a Eduardo Bolsonaro “cobarde” y exigieron justicia. "Quien defienda o elogie la tortura comete un delito. Basta consultar el Código Penal, art. 287. Quien lo haga, incluso bajo el manto de la inmunidad parlamentaria, debe rendir cuentas. Toda mi solidaridad con Míriam Leitão", dijo Giuliana Morrone, de la TV Globo.

El editorial del diario O Globo de este lunes 4 también condenó al tercer hijo del presidente.

No es la primera vez que Eduardo Bolsonaro se ve en problemas por sus publicaciones en redes sociales.  En julio del año pasado, Facebook suspendió temporalmente su cuenta luego de que compartiera una cita de Adolf Hitler.