La caída de las principales Bolsas de todo el mundo es una de las noticias de los últimos días, y a esto se suma la rebaja de la calificación de la deuda de Estados Unidos; el viernes, Standard & Poors anunció la baja de la nota de "AAA" a "AA+", citando la creciente deuda y el pesado déficit presupuestario como motivos.
La licenciada en Economía Lucía Cipolina, uruguaya y que se desempeña como economista en una institución financiera con presencia en Nueva York, Estados Unidos, dijo que "en el ambiente financiero, se espera que Obama o alguien salga a decir algo, a hacer algún anuncio". Mientras conversaba con Montevideo Portal, el presidente de Estados Unidos habló a la prensa y aseguró que "Estados Unidos va a ser siempre AAA, por lo que no hay que tener miedo". Las palabras de Obama, "no fueron lo que se esperaba" y los indicadores del mercado siguieron a la baja. "El presidente minimizó la situación, y se esperaba que se la tomara como una señal de disconformidad", opinó Cipolina.
Causas de la crisis
Cipolina explicó que no se debe hablar de crisis, sino de una profundización de la recesión, y que tiene diversas causas. Las más obvias son la incertidumbre por lo que ocurre en Europa, y el nuevo contagio a Italia, la economía estadounidense, que no logra recuperarse, con la consiguiente baja en la producción y aumento en el desempleo, y "la frutillita de la torta" fue la discusión que se dio en el Senado por el aumento de la deuda. Además, recordó, el Congreso bajó las expectativas de crecimiento para 2011 de un 3% a un 2%.
Además, dijo Cipolina, se interpreta que la crisis europea "tiene para largo, y todavía está expandiéndose", y que "Estados Unidos está lejos de recuperarse, el aumento del déficit fiscal no está dando resultados, y no se ve un mea culpa del gobierno, que cambie la política o proponga cosas nuevas, sino que insiste con las mismas políticas monetarias que han perdido credibilidad".
La economista sostuvo que "la baja de las notas de las calificadoras generalmente confirman un sentimiento generalizado, y, más que ser desencadenantes, son la expresión en números de lo que todo el mundo piensa pero nadie dice".
Los datos que alarman a Wall Street hablan por sí solos. Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el déficit presupuestario de Estados Unidos creció del 2,9% del PBI en 2007 al 10,6% en 2010. Excluyendo los pagos de intereses de la deuda y el ajuste por el ciclo económico, el llamado déficit primario subió del 1,5% al 7,0% del PBI, el más grande del mundo. Y el ratio de deuda sobre el PBI pasó del 62,0% al 93,6% del PIB.
"El ratio deuda/PBI está en 93%, cuando la de Uruguay, por ejemplo, ronda el 55,9%, y su calificación, para S&P, es de BB+". "Es lógico, de sentido común, lo que hizo Standard & Poors con la deuda estadounidense". Además, explicó que Japón tiene un 200% de ratio deuda/PBI, pero que la mayor parte de esa deuda está en manos locales, en tanto el mayor acreedor de Estados Unidos es China, "por lo que no tiene control sobre su deuda". "En un país con esa estructura de deuda, donde el parlamento discute si aumentar el techo de la deuda o no, ya hace rato que hubieran perdido el AAA, no por ‘capacity to pay' pero por el ‘willing to pay', es decir que la plata está, pero hay desorden político".
De todas maneras, sostuvo que esta recesión no es comparable con la crisis de 2002, porque en ese momento fue una "burbuja que explotó" y ahora "toda esta situación ya se veía venir, por lo que es más bien una crisis de confianza e incertidumbre".
Efectos de la crisis
Cipolina señaló que "es de esperar que el dólar siga perdiendo valor, porque el déficit fiscal produce una depreciación de la moneda y porque un dólar barato ayuda a las exportaciones de Estados Unidos y crea empleo. A Estados Unidos le sirve esta situación, por lo que se espera que el dólar se mantenga bajo al menos un tiempo".
Uruguay también es sensible a las repercusiones de la crisis estadounidense. Cipolina apuntó que, con un dólar bajo, "los insumos saldrán más baratos", pero también pude generar una dolarización de la economía, que "afecte la competitividad del país".
Como Uruguay vive de las exportaciones de commodities, la baja del dólar, salvo por una disminución del precio del petróleo, es perjudicial para el sector, y también perjudica el turismo, porque la moneda estadounidense rinde menos en nuestro país, "y a los argentinos les conviene viajar a Miami".
Además, explicó Cipolina, existe un "pánico financiero" generalizado que provoca parálisis financiera. "Nadie presta dinero por temor a no saber lo que va a pasar. Esto afecta a los bancos internacionales que paralizan sus líneas de crédito y afectan la liquidez de plaza. Por ejemplo, empiezan cortando las líneas de descubierto (o sobregiros) y la plata "revolving" que usan las empresas para las operaciones de caja diaria. Después, si la crisis va para largo, empiezan a cortar las líneas contingente de créditos y se encarecen los créditos más largos como por ejemplo, para comprar maquinaria o vivienda. La sequía del canal crediticio se da cuando el pánico se consolida en crisis y la cosa dura para largo, es decir, cuando ya estamos en un caso extremo", que "no debería pasar".
Lo que se espera
Cipolina cree que "el pánico no debería convertirse en crisis", entre otras cosas porque "hay un efecto psicológico" que hace que, "si Obama es inteligente" y hace declaraciones para calmar los mercados, seguramente los principales de los bancos europeos anuncien algún recorte más "Ahí nos quedamos todos contentos y paliamos un poco el mal humor que está causando las bajas en las bolsas, y que denominamos sobre reacción. El tema de la crisis en Europa sí va para largo, pero de eso ya teníamos antes; el tema de la recesión de Estados Unidos tampoco es nuevo, pero lo que sí es nuevo es el peligro de pasar de recesión a crisis. Hay que ver, también, qué recortes se anuncian para saber quién va a sufrir los efectos de la crisis, es decir, a quién le van a aumentar los impuestos, a quien le van a bajar el sueldo".
En otro orden, como China es el principal acreedor de la deuda de Estados Unidos, "Pekín se siente poderoso y le dice a Washington lo que tiene que hacer; China aumenta su poder político en un mundo donde ya tenía poder económico".
Además, otra de las consecuencias de la recesión y el dólar bajo es que "Estados Unidos va a disminuir su peso como mercado" por lo que, necesariamente, "las rutas comerciales van a cambiar", sostuvo Cipolina.