Contenido creado por Inés Nogueiras
Entrevistas

Obesidad y tratamiento

ENTREVISTA

Entrevista a Mercedes Delbono, Licenciada en Nutrición y Presidenta de Sociedad Uruguaya para el Estudio de la Obesidad.

28.07.2008

Lectura: 12'

2008-07-28T14:52:00-03:00
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Montevideo Portal / Inés Nogueiras
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¿Qué datos se manejan actualmente de cuántas personas padecen de sobrepeso y obesidad?

Los últimos datos sobre prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos en Uruguay, corresponden a los presentados en la Primera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo de Enfermedades Crónicas no Trasmisibles, realizada por el Ministerio de Salud Pública en el año 2006, en la misma se determinó que un 60% de la población padece de sobrepeso y obesidad, dentro de la franja etaria de 25 a 64 años. Dentro de ese porcentaje padecen de obesidad un 24% de la población. Un individuo presenta sobrepeso cuando el Índice de Masa Corporal (peso en kilogramos, dividido el cuadrado de su altura en metros), está comprendido entre 25 y 29.9 kg/m2, y obesidad cuando el Índice de Masa Corporal (IMC) es igual o mayor a 30 kg/m2, recordando que en adultos el peso normal corresponde a un IMC de 18.5 a 24.9 kg/m2. Si comparamos con encuestas anteriores, la Encuesta Nacional de Sobrepeso y Obesidad (ENSO II) realizada en adultos en el año 2006 por el equipo del Dr. Pisabarro, situaba al porcentaje de sobrepeso y de obesidad en un 54%, y la anterior (ENSO I) realizada por el mismo grupo en el año 1998, brindó cifras de un 51%, lo que habla de un crecimiento sostenido de esta patología.

Además, es muy importante determinar que tipo de distribución grasa presenta la persona con obesidad. Si el tejido graso está localizado del ombligo hacia arriba, estamos frente a una obesidad central, androide, tipo manzana, en el caso de distribución del ombligo hacia abajo, la obesidad se denomina ginoide o tipo pera. Constituyendo un dato muy trascendente la medida de la circunferencia de la cintura. En el año 2005 la Federación Internacional de Diabetes estableció las medidas adecuadas de la misma, en el caso de las mujeres la cintura no debe de sobrepasar los 80 cm y en los hombres los 94 cm, cinturas más elevadas se relacionan con alteraciones que ocasionan mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular, sindrome metabólico, caracterizado por obesidad central, dislipemia, hipertensión y alteración de la glucosa, diabetes tipo 2.

¿Qué opciones tiene una persona con una obesidad importante para tratarse en Uruguay?

Las opciones de atención del obeso en general son el ámbito privado (consultorios, clínicas, mutualistas) y en el hospitalario. El paciente obeso y con más razón el paciente con un importante sobrepeso debe de ser atendido en forma integral, por un equipo constituido por médicos, licenciada en nutrición o nutricionista, psicólogo, en algunos casos también se requerirán otros especialistas como endocrinólogo, cardiólogo, psiquiatra. A mayor sobrepeso, se asocian factores de riesgo más importantes que pueden inclusive aumentar el riesgo de vida, por lo que el paciente obeso debe de ser atendido por profesionales expertos en el tema.

En el caso del obeso mórbido, es decir aquel paciente que presente un IMC igual o mayor a 40 kg/ m2, o el que no llega a esas cifras pero presenta un IMC igual o mayor a 35 kg/ m2, pero con patologías asociadas como diabetes, hipertensión etc, puede requerir otro tipo de tratamiento, como la cirugía bariátrica.

Y además está el tema sicológico, cómo se siente la persona obesa...

La obesidad también afecta el área psicológica, y en algunos casos de forma muy grave. El paciente obeso, generalmente presenta baja autoestima, es marginado por la sociedad y a su vez se autoaisla, sufriendo frecuente de depresión. Lo que determina que requiera el apoyo de un psicólogo y en algunos casos también deberá ser tratado por el psiquiatra.

El abordaje del paciente obeso, se indicará en primer término, un plan de alimentación bajo en calorías (dieta hipocalórica), individualizado, realizado especialmente para cada persona, ya que se deberán de tener en cuenta varios factores, entre ellos el grado de sobrepeso, las patologías asociadas, la edad, el trabajo que realiza, los hábitos alimentarios, tratamientos realizados anteriormente y sus resultados, la medicación que consume. La dieta hipocalórica deberá ser realizada por el licenciado en nutrición o nutricionista, es decir por el profesional capacitado para ejercer dicha función, debe siempre ser equilibrada nutricionalmente, balanceada, completa y segura, variada, fácil de seguir y económica.

La actividad física, es otro pilar importantísimo en el tratamiento, ya que incrementa el gasto energético, favorece la pérdida de grasa, previendo: la pérdida de masa magra (músculos), la aparición de enfermedades metabólicas, cardiovasculares y la osteoporosis; disminuye el riesgo de algunos cánceres, mejora la resistencia física, la flexibilidad, e incrementa la adherencia al tratamiento. La actividad física va a depender de las características del paciente como el grado de sobrepeso, otras enfermedades que padezca, tiempo que hace que no la realiza, implementándose de forma moderada, progresiva siempre guiada por un profesional competente. En pacientes con cierto grado de obesidad, debe de realizarse luego de la autorización del médico tratante.

El plan de alimentación hipocalórico y la actividad física siempre deben de estar presentes, ya que no son sustituidos por ningún procedimiento o medicamento.

Apoyando estos dos pilares, se encuentra el tratamiento cognitivo-conductual. Estudios científicos determinan que este abordaje permite mejores resultados y a más largo plazo. La disminución del peso corporal y especialmente el mantenimiento del peso perdido a largo plazo, exige cambios en el estilo de vida, el tratamiento conductual desempeña una función muy importante de reforzamiento, aportando los métodos adecuadazos para que el paciente logre sus objetivos.

En algunos casos, según las patologías asociadas será necesario agregar fármacos, y en obesos mórbidos se podría estar planteando la cirugía bariátrica.

De todos modos, está claro que un plan de alimentación saludable, que permita adelgazar, no puede dejar por el camino ninguno de los nutrientes...

Un plan para bajar de peso no puede ni debe, dejar de lado ningún nutriente, ya que el paciente debe de perder peso, es decir grasa, pero preservar su masa muscular, además la aplicación de la dieta no le debe de generar ningún tipo de consecuencias secundarias, al contrario tiene que mejorar por ejemplo, su colesterol, triglicéridos, ácido úrico, glicemia que pudieran estar elevados, etc.

Por lo que deberá de incorporar todos los grupos de alimentos: frutas y vegetales, productos lácteos bajos en grasas, aceites de muy buena calidad, carnes magras, cereales integrales y leguminosas, cuyas cantidades deberán ser ajustadas a cada persona en particular.

Porque están las llamadas dietas "mágicas" que dicen por ejemplo: "comé coliflor toda la semana", o "tomá sólo sopa", o "comé tres bananas y tres huevos duros"...

Las "dietas mágicas o de moda" no tienen una base científica, no hay estudios que las respaldan, son carentes de nutrientes esenciales cuya falta puede ocasionar graves consecuencias. Dietas que contienen menos de 1200 calorías por día no aportan todos los nutrientes necesarios. Dietas más estrictas conduce a una reducción aguda del metabolismo basal, dificultando la continuidad de la pérdida de peso e incrementando el riesgo de abandono del tratamiento por parte del paciente. Generalmente las dietas mágicas, se basan en el consumo de pocos alimentos, evitando inclusive grupos completos de los mismos, prometen bajar de peso rápidamente y sin esfuerzo. Generalmente el obeso baja de peso al principio, pero sobretodo por pérdida de líquidos y de masa muscular.

Cuando realizamos dietas que no son balanceadas, perdemos masa muscular, masa ósea, pero también pueden incrementarse el ácido úrico, el colesterol, los triglicéridos, aumentando factores de riesgo cardiovascular. El efecto rebote también está presente frecuentemente luego que el paciente termina de realizar éste tipo de dietas, el aumento de peso aparece muy tempranamente, ya que este tipo de dietas no contribuye a aprender correctos hábitos alimentarios, que en el futuro permitirán mantener el peso.

En el caso de obesos adultos se planteará una meta inicial de descenso del 10% del peso inicial en 6 meses, posteriormente se realizará una evaluación ajustándose la meta inicial, siendo el descenso adecuado de peso semanal ½ a 1 kilogramo semanal.

Y fuera de esos parámetros hay otros tratamientos, como los métodos quirúrgicos...

El método quirúrgico o sea la cirugía bariátrica, se le realiza al paciente que reúne ciertas características, presenta obesidad mórbida, con un Índice de Masa Corporal igual o mayor 40 kg/m2, o con un IMC igual o mayor a 35 kg/ m2 , pero con patologías asociadas, como diabetes tipo 2, hipertensión, dislipemia, etc, que no han respondido a insistentes tratamientos previos, y que cumplen con requisitos específicos como: edad determinada, obesidad de más de 5 años de evolución, riesgo quirúrgico aceptable, ausencia de contraindicaciones psiquiátricas, de alcoholismo y drogadicción, de contraindicaciones médicas; capacidad de comprensión, compromiso de seguimiento postoperatorio, entre otros factores.

Existen varios equipos de profesionales en Uruguay que realizan cirugía bariátrica. Los que deberían de estar constituidos por un equipo multidisciplinario, de los cuales destacamos: cirujano bariátrico, endocrinólogo, nutricionista o licenciada en nutrición, siquiatra, a los que deberían sumarse en caso necesario otros especialistas.

¿Es costoso tener un plan de alimentos saludables? Porque un comentario usual en la gente es "nos mandan comer sano, pero tal alimento es carísimo".

Los estudios, que han analizado este tema, han concluido que si el paciente que está en tratamiento consume las cantidades que se le indican de alimentos, y se compara el gasto del consumo antes de iniciar el tratamiento con el gasto durante el mismo, gastaba más dinero en la etapa de aumento de peso. Si bien algunos alimentos del tratamiento pueden ser más costosos, como las carnes magras en comparación con las de mayor contenido graso, los productos bajos en calorías versus los comunes, las comidas saludables a nivel de restaurantes. Algunas estrategias para bajar costos: comprar frutas y vegetales de estación, buscar lugares donde los precios de productos bajos en calorías son más accesibles, realizar preparaciones en el hogar tanto saladas como de sabor dulce y consumir las cantidades que se indican.

Si el paciente invierte en alimentos saludables invierte en salud, no solamente baja de peso, sino que además logra una notoria disminución de factores de riego, para patologías como la diabetes, la enfermedad cardiovascular, ciertos cánceres, hipertensión, sindrome metabólico, enfermedades digestivas, respiratorias, articulares, entre otras, obteniendo desde todo punto de vista, una mejor calidad de vida.

¿Cómo llegan a la consulta los pacientes que llegan con una obesidad muy importante, de más de 40 o 50 kilos de sobrepeso? ¿Llegan rendidos porque ya no saben qué hacer, o todavía en una negación inconsciente?

Es muy variado, algunos vienen enviados por su médico, ya que presentan otras patologías de riesgo y su médico les indica, sí o sí bajar de peso. Otros concurren a la consulta por motivación propia, cuando han tocado fondo, cuando sienten que "ya no pueden más".

Otras veces la primera comunicación es vía correo electrónico o telefónico, donde el paciente muy angustiado comenta los límites a los que lo somete la enfermedad.

En pocas oportunidades, los trae un familiar que no puede seguir tolerando que el paciente siga subiendo de peso y que "no le importe". En este caso el paciente está en una etapa llamada negación, no es que no le importe, sino que está en una situación donde refugiarse en el "no estoy tan obeso", no tomar conocimiento de cuánto pesa o los riesgos de salud que padece, lo protege sicológicamente de la angustia de conocer una realidad muy dura.

En relación a este punto, se realizó un estudio muy interesante en Chile, en el cual les pidieron a un grupo de personas que dijeran como se veían con respecto al peso, observando que ciertas personas con sobrepeso y obesidad, se veían con un peso adecuado, e inclusive algunos con bajo peso.

Un claro mecanismo de negación...

La negación es una de las características del paciente obeso. Y si el paciente no la supera, no logra avanzar en el tratamiento, pudiendo estar en esta etapa meses o años. Según el Dr. Assal, todo paciente durante el tratamiento de una enfermedad crónica, pasa por varias etapas antes de llegar a aceptar lo que el profesional tratante le indica. En primer lugar se encuentra la etapa de negación, le siguen la rebelión, la negociación, la reflexión y por último la aceptación. Pero no todos los pacientes concurren en la etapa de negación, es frecuente que oscilen entre las diferentes etapas. Muchos asisten desde el comienzo totalmente comprometidos con el tratamiento, fuertemente motivados.

En el caso de los niños, el tratamiento de la obesidad infantil es un tema de toda la familia, porque el niño no se produce ni se compra sus propios alimentos...

En la obesidad infantil se requiere del compromiso de toda la familia, apoyando al niño en la realización de una alimentación saludable, balanceada, como en la actividad física.

La familia debe de organizarse para lograr establecer horarios regulares de comidas, compras de los alimentos saludables, elaboración de comidas apetitosas y creativas, bajas en grasas e hidratos de carbono simples (azúcar), y de la preparación de meriendas adecuadas. Deben de estimular al niño para que realice un cambio de hábitos en la alimentación, en el cual se fomente el consumo de frutas y vegetales, carnes magras, productos lácteos bajos en grasas, leguminosas, aceites de buena calidad y cereales integrales, combatir el consumo de golosinas, refrescos azucarados y comida chatarra altamente energética, generalmente rica en grasas saturadas y trans, así como en sal, pero disminuida en nutrientes básicos.

La familia del niño con sobrepeso se debe de integrar tanto a la alimentación saludable como a la actividad física.

Por otra parte recordar que la obesidad infantil, debe de ser tratada lo más precozmente posible, ya que determina conductas y patologías de riesgo, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, dislipemia, asma, enfermedad hepática grasa, baja autoestima, aislamiento, mayor tendencia a la depresión, discriminación, entre otras.

Un chico obeso no tratado tiene un 80% de posibilidades de ser un adulto obeso.

Siendo los períodos críticos para el desarrollo del sobrepeso o la obesidad en la infancia, aquellos en los cuales el riesgo de inicio, complicaciones o persistencia del sobrepeso está aumentado, ellos son el período prenatal y postnatal temprano, durante los primeros años de vida y en la adolescencia.

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