¿Cómo llegaste a ser legislador?

Lo más parecido a un cargo público fue el de consejero estudiantil en la facultad de Ciencias Sociales durante dos años, fui militante estudiantil e integrante de la mesa de la FEEUU hasta el año pasado.

Empecé a militar con la temática de los derechos humanos en la década de los 90. En esa época, aún se sentían los coletazos de las razzias de Julio María Sanguinetti.

A partir del 99' me dediqué más en la interna del MPP. Para las elecciones del 1994 ya estaba militando, iba retiraba pegotines, volantes y repartía, tenía 16 años. Ahí iba pintado por mi cuenta. Tuve un acercamiento más formal cuando la ocupación de CX44.

¿Siempre pensaste en dedicarte a la política?

No, la verdad que no. Mi casa fue uno de los primeros comités discretos después de la reapertura. Estaba lleno de gente en un apartamentito y con siete u ocho años ya estaba en el entorno.

El mueble más importante siempre fue la biblioteca. Ahí leía sobre todo de historia. Siempre fui más libertario que otra cosa, no fue premeditado, se fue dando tranquilamente.

¿Cómo fue la experiencia de la campaña electoral? ¿Es difícil para un "libertario" estar en una campaña, con sus colores, serpentinas...?

Desde el punto de vista de la lectura siempre me sentí más libertario que otra cosa. No es que me sienta anarquista, creo que hay estrategias que son necesarias y en el ideal libertario hay cosas que no serían positivas para que una sociedad transite por los canales correspondientes.

Los partidos políticos son parte de ese mal. Creo que los hombres siempre van a estar agrupados por intereses similares, si no es política o clases, será el color del pasto, pero el ser humano tiende a agruparse en colectivos y yo promuevo eso.

Así que la campaña la pasé bien con toda la esperanza del mundo de que llegue el Frente Amplio al gobierno, porque ese era el objetivo primario de esto.

¿Te gusta trabajar acá?

Está bueno. Me siento cómodo con el grupo que está acá adentro y con el grupo que viene todos los días. En el despacho hemos implementado varias estrategias de trabajo. Todos usamos todo, no hay nada que sea reservado, mis compañeros trabajan a la par mío. Creamos espacios externos de participación, para el estudio de temas, para la generación de proyectos. Formamos una comisión de trabajo y uno no tiene por qué saber de todo, yo la oferta que les hago es que su trabajo se transforme en un proyecto de ley.

¿Sabías cómo generar un proyecto?

Yo que sé, mas o menos. La idea formal sí, pero tampoco es soplar y hacer botellas. Desde la militancia, estaba acostumbrado a pensar ideas, muchos más abstractas, trabajaba con la idea de que todo era un proceso, acá es al revés. Es matemático, tenés la idea y la tenés que construir en una fórmula que se llama proyecto de ley que tiene artículos. Me estuvo costando bastante, cada vez le voy agarrando más la mano.

De todas formas, para eso están los asesoramientos técnicos, no tengo que ser abogado, tengo que saber traducir problemas, soluciones que existen a nivel social en respuestas desde el Poder Legislativo.

A pesar de que no tengo por qué articular la ley, soy muy terco y me gusta aprender entonces me siento y empiezo. Después que lo tengo ahí, se lo doy a un abogado para que me lo corrija, sino no aprendo más.

Estoy a gusto, es más difícil la idea de mi representación en la calle, me siento más incómodo.

¿Cómo es eso? ¿Cuáles son los cambios, en las relaciones sociales?

Con mis amigos normal, no hay problema, conversamos de política como antes. Con mi familia tampoco tengo ningún problema y aparte hay apoyo total. En la calle sí es un poco más difícil porque "afortunadamente" la gente te suele reconocer y te para y te increpa y eso me parece genial. Pero, la imagen de la profesión del político ha sido muy deteriorada y entonces hay una suerte de alejamiento del mundo de la política del mundo de las personas. Entonces las personas dejaron de confiar en los políticos para ciertas soluciones.

Está latente la idea de que todos los políticos son corruptos...

Saber que en la cabeza de mucha gente vos sos parte de eso no es nada bonito, pero nadie me puso un revólver en el pecho para estar acá adentro. En lo personal, lo único que sabés es cuando te acostás, cuando apoyás la cabecita y te dormís rapidito o no. "El poder es tuyo", decía el Capitán Planeta. La gente pensará lo que piensa y te tratará de otra cosa pero vos creés (y los 99 que estamos acá) que estás haciendo lo más correcto.

¿Vos confiás en tus compañeros de trabajo?

Todos los que están acá trabajan en función de sus intereses. Es como cuando alguien dice ''el neoliberalismo ha fracasado''; yo creo que no fracasó, obtuvo los resultados que como sistema económico pretendía. ¿El capitalismo fracasó como un sistema de justicia social? Si nunca se lo propuso. El capitalismo triunfó.

Este es un tipo de trabajo de empleo público donde uno puede hablar de todo con sus compañeros de trabajo menos de política, para no calentarse. Durante cinco años vas a tener que verte mucho tiempo.

¿Qué pudiste aprender en este tiempo?

Se aprende derecho, y de temas muy diferentes. Vas descubriendo cosas que vos ni sabías que existían en el país. Los temas son amplísimos, por eso yo creo que la posibilidad de hacer más públicas las sesiones puede ser bueno, no sé si siempre, porque también puede pervertir el debate.

Otro punto es que a veces uno viene con las corazas de su propia debilidad, con que todos los que están allá son malos y las fronteras no son tan duras.

¿A qué te referís?

Bueno, yo hasta ahora no había tenido casi trato con personalidades públicas del Partido Colorado o el Partido Nacional y uno viene con la lógica de buenos y malos. Después, en un tiempo de espera, tenés una charla informal, y ves que el otro, de otro partido, es un tipo con el que podés hablar. Esas cosas que en el imaginario están formadas como seres incompatibles. A veces me preguntan "¿y con García Pintos qué?". Yo siempre digo lo mismo, para mi García Pintos es de las personas que más respeto acá adentro porque él va y dice lo que piensa, lo que quiere y se va, nunca vas a dudar de lo que el tipo esté pensando. Esas cosas enseñan y uno aprende del posicionamiento de otros. Por otro lado uno también ve cuántas cosas inútiles hacemos acá.

¿Por ejemplo?

Estamos discutiendo un tema y se arma un picadillo de boliche, que es tan divertido como improductivo. Cuba sí, Cuba no. A mi me rechina, no participo en ese petardeo. Vos ves que hay gente que le gusta. Envidio a los que sienten que están en el lugar correcto en el momento correcto. Yo soy de los que siempre siente que quiere estar en otro lado.

¿Qué decisiones te ha costado tomar a la hora de votar?

Hasta ahora los temas que hemos discutido han sido de consenso, están en el programa. Quizá me molestó votar cosas que son de trámite interno, por ejemplo si pasamos o no a un cuarto intermedio, cosas que tienen que ver con el desempeño que vos decís; yo esto no lo quiero votar porque me parece una boludez.

Ahora respecto del tema de la duda, no se puede tener opinión sobre todas las cosas, a no ser que tenga una respuesta automática a todo: así no dudás pero tampoco pensás. Es un elemento fundamental de crecimiento, sino ponés en duda tus propias convicciones te achanchás intelectualmente.

Capítulo aparte

Ahora que pasaron un par días sobre los sucesos del Pony Pisador, ¿qué pensás?

Que uno no tiene ni idea los líos que se pueden armar en la prensa. Ya no es lo mismo ser un ciudadano común que un legislador, eso es lo principal.

Es difícil hacerle entender a un periodista dónde uno centró el problema, el periodista lo va a centrar donde quiera. Es parte del trabajo, no me molesta, pero es importante saberlo para ser más prudente. De todas formas, fui bastante sensato cuando hablé en la cámara, destacando lo que a mí me parecía importante.

¿En la discriminación?

Sí, en la discriminación. Para mí lo más grave fue lo de la comisaría.Como ciudadano no pude hacer la denuncia hasta no sacar el carnet de legislador, no para hacer una tarea que me compete como legislador, sino como ciudadano.

A mi no me importó ni el nombre del local, porque sé qué pasa en casi todos los locales de la Ciudad Vieja, algunos me han dicho "mirá que en el Pony pasa cualquiera"-lo cual te hace sentir peor- yo no dije el nombre en la Cámara, lo dije en la prensa. Tampoco me interesaba el nombre del portero, ni del oficial, porque acá hay un elemento que es de fondo; permanecemos en la sociedad del miedo. Si hace la denuncia un ciudadano común y no lo dejan, probablemente se vaya para la casa y si patalea un poco termina detenido.

A su vez, el miedo del policía que ante la clase política es capaz de ir más allá de su convicción. El agente estaba seguro de que no tenía derecho a hacer la denuncia, entonces: ¿quién sos, el presidente? No valor, no tenés derecho a hacer la denuncia. Pero cambia cuando saco el carnet. Lo saqué porque estaba caliente, mi idea era hacer la denuncia e irme, y después ver acá cómo podría tratar el tema.

Por un lado hay un diputado de 26 años que trae problemas de jóvenes, bárbaro. Pero por otro lado ¿esto no es de comisario? Tengo una experiencia personal, y esa experiencia personal termina en un proyecto de ley.

No nada que ver. Primero, esto me había pasado antes, en varios lugares, y a una cantidad de gente le pasa y le va a seguir pasando. No es una experiencia personal en la que yo vi la luz. Si yo en la comisaría hubiese tenido otra situación, acá no pasaba nada. Primero la respuesta del portero, empresas de seguridad que creo que se arrogan más derechos de los que tienen, entorno a los boliches. Encima cuando voy a la comisaría no me dejan hacer la denuncia, era el colmo de los colmos. Si como ciudadano tuve la fortuna de que parte de la población me eligiera para hacer una tarea que tiene que ver con la representación, bueno, yo voy a ir a plantear esto.

En la Cámara yo comenté estos dos hechos para avalar mi solicitud ante el Poder Ejecutivo de que conforme la Comisión de Lucha contra la Xenofobia el Racismo y la Discriminación, que fue creada por ley, hace un año.

Eso fue lo que yo hice. Después me pongo a pensar que durante todo un día, tomándole el pelo a un diputado o calentándose con un boliche, la gente discutió de alguna forma sobre la discriminación.

En este país existe una cantidad de gente que vive discriminada por un montón de formas. Si ese es el trago amargo que tendré que soportar para que haya un tema que se instale en la conversación, se pagará el trago amargo. Y el tema no es la discriminación en los boliches sino la discriminación como tal. Lo que sí te puedo asegurar es que esto no es hacer una ley para que me dejen entrar en los boliches, no es una cuestión de comisario.

Antes del Parlamento

¿Qué cosas extrañas de tus tiempos de no legislador?

El anonimato, uno no se da cuenta de la importancia que tiene hasta que lo pierde. Poder ir tranquilo por cualquier lugar, sin que nadie te pida explicaciones. En este país si te va bien dicen "mirá como le va bien", peyorativamente, y si te va mal dicen "algo habrá hecho".

Por otro lado, yo siempre fui amargo, bastante antipático, pero acá me cuesta porque una de las funciones es comunicarte con la gente. Prefiero estar solo en un rincón, me gusta mi soledad, pero acá es todo lo contrario, ese derecho a permanecer aislado lo perdí.

¿Hay cosas que tenés que dejar de hacer?

Este tipo de cosas como las que pasaron, de repente te dicen que tenés que medir un poco. Ya no podés salir y quedar tirado, romperte todo, que antes lo podías hacer y ya está. Sin embargo a la luz pública queda mal y atrás tuyo hay una fuerza política, que es mayoría en el Parlamento. Eso es lo que yo digo, perdés esa autonomía, vos ya no sos vos, el costo no es alto por las esperanzas que uno tiene, pero es cierto que se pierde.

¡Ojalá estuviéramos en una sociedad avanzada ¡Sos diputado, sos ser humano! En ultima instancia en las manos de uno está buena parte del destino de los demás y está bien que la gente le exija a uno que este siempre trabajando.

¿Cómo ves tu futuro político? ¿Te quedarás por acá 20 o 30 años?

Yo quisiera que no, pero no sé. Todavía es muy difícil proyectarlo, estar otra vez en la campaña electoral.... También es importante que esto se renueve, efectivamente, no sé. Hay compañeros que se quieren quedar acá porque entienden que este es el lugar en donde tienen que estar. Y dejaron trabajos en los que ganaban tres veces más que acá, para mi eso es brutal. A mí vos me ponés allá, y al rato ya me voy a sentir movido a estar en otra cosa.

Montevideo COMM / Portal / Pablo Méndez