-¿Por dónde querés que empiece? -dispara-. Grabamos el disco y nos fuimos de viaje. La grabación del disco fue muy loca, porque tuvimos la posibilidad de irnos todos de nuevo a Buenos Aires, de alquilar una casa, ir al estudio de mañana y volver a las dos de la madrugada, y llegar a la casa donde estábamos y comentar la grabación; un laburo casi full time, pero con tus amigos, haciendo comidas, comentando todos los días del disco; fue una fiesta, más allá de la grabación en sí, el ir a grabar con tus amigos al mejor estudio en otro país es impagable. Dedicarse solamente un mes a grabar un disco, sin preocuparse por nada más. Íbamos todos los días de mañana al estudio, llegábamos, estaban los dos pibes que grabaron el disco, nos esperaban con el mate, y a empezar a laburar tranquilos, sin ningún problema. Se grabó con mucha onda, con buena actitud, que hizo que nosotros respondiéramos tranquilamente a lo que es la grabación de un disco; estando con Gustavo (Santaolalla) en el estudio los primeros cinco días, un tipo que graba millones de músicos, que esté cinco días ahí contigo, te está exigiendo cierto encare...
-¿Pesa su presencia?
- Pesa, sí, en una buena, y por otro lado te da una tranquilidad. Pesa en el sentido de que es un tipo que sabe muchísimo, y que sabiendo que va a estar cinco días tenés que exprimirlo lo más posible. Por ese lado es tranquilizador, vos decís "ta, va a estar bien grabado, se va a grabar en un orden, con cierta coherencia" y por otro lado te pone nervioso un poco simplemente el hecho de que haya un tipo que grabó a miles de monstruos y ahora está ahí grabándote a vos. Y nosotros decíamos "¿Cómo este tipo que es tan grosso nos está grabando a nosotros que somos unos perros?" Porque en la banda ningunos se cree un músico de estudio, ni nada por el estilo, donde todo el mundo flaquea por algún lado, y más en el estudio que donde dicen "REC" todo el mundo se caga. Es muy difícil concentrarse al principio.
-Contame del disco, que se distancia bastante del anterior...
- Hicimos el disco más sincero que se podía hacer. Muy fácilmente
podíamos haber repetido lo que fue "De bichos y flores" en
cuanto a la estética musical y salir a la cancha con la misma movida
sabiendo que funcionaba, y también podíamos grabar un disco más
sincero, que fue lo que hicimos, con canciones más sentidas en el momento
compositivo de la banda, y de lo que nosotros estábamos escuchando por
ahí. Se acercó a lo más rockero, más guitarrero,
más oscuro, que tiene igual su mensaje de optimismo, no es un bajón
ni ahí. La gente asocia siempre a La Vela Puerca con fiesta y con un
montón de cosas que no queremos perder, pero esta vez quisimos hacer
un disco más "para escuchar" y no tanto "para agitar".
Hicimos el disco que queríamos, no es disco "facilón",
y la compañía (Universal) nos apoyó, no nos dijo "vamos
a hacer un disco de hits".
-No hubo presiones...
- No, nada. Los temas fueron elegidos conjuntamente , y eso es lo bueno que tiene el respeto que se ha ganado esta banda, de poder elegir sus canciones más allá de que todos los temas que elijan para un disco sean nuestros, pero hicimos el disco más sincero, el que quisimos nosotros, sin presiones de ningún tipo, sin que Gustavo nos dijera "Este tema funciona, este no va a funcionar", hicimos la lista con él y las canciones que están son las que todos queríamos.
-¿"De atar" es el tema que más representa al disco?
-"Llenos de magia" es un tema más guitarrero, más ronronero, "De atar" es un tema más digerible para cualquiera, es más armónico, pero "Llenos de magia" tiene esa mezcla de rabia y ternura que tienen esas canciones que te atrapan sin saber por qué, porque no es tan rico musicalmente, son tres notas, es un rockanrol, pero esa canción me hace pensar muchísimo, tiene un par de frases que están muy buenas, muy sencillas pero con mucho contenido, ése es el tema que me hubiera gustado que representara el disco.
- Terminan de grabar, se vienen y se van...
-Sí, eso fue muy loco también; volvimos y estuvimos como un mes
en Montevideo; en el medio hicimos un toque muy grande en Buenos Aires, bah,
tres toques grandes, porque tuvimos que repetir, en El Teatro, un lugar para
dos mil y pico de personas, y después nos fuimos para Alemania. Una locura,
porque fue una seguidilla de recitales que nos dio un training, un empaste a
la banda increíble. Tocamos cincuenta veces en sesenta días. Fue
la misma gira que habíamos hecho la vez anterior. Por suerte fue más
gente, porque en realidad adonde vamos nosotros es un circuito de lugares under,
que se llenan vaya la banda que vaya, pero ya esta vuelta los que nos habían
visto la vez anterior volvieron y llevaron a sus amigos.
Tuvo una repercusión diferente, y aparte tocamos con una banda alemana,
Die Artze, una banda "vieja", de 25 años, que es escuchada
por todas las generaciones de rockeros en Alemania, desde pibes de 18 hasta
veteranos de 40, y tuvimos la posibilidad de tocar en un gimnasio en Dortmund
para 12000 personas. Tocamos 11 veces con ellos, y nunca para menos de 4000
personas, sólo en los toques con ellos tocamos para más gente
que en la gira pasada. Esta vez repercutió más en la gente y en
nosotros, porque era la tercera vez que íbamos, salimos en muchos diarios,
todo el mundo nos esperaba como "la banda que había tocado con Die
Artze", eso arrimó un plus de gente que de repente ni se tocaría
de ir a ver a La Vela Puerca si no hubiera sido por haber tocado con estos tipos.
Hicimos Alemania, Suiza, Suecia, Austria y España. En España locatarios,
y fuimos a Estocolmo, donde hay una colonia de uruguayos importante y casi no
pudimos hacer el show. Nos pasó que nos tocó perder un avión.
Tuvimos que pagar muchísima guita, perdimos plata, casi no vamos, y al
final fue uno de los toques más copados que tuvimos, para nosotros, y
para el público, más allá de que la mayoría eran
uruguayos, fue muy emotivo, ir al norte norte del mundo a llevar calor.
Y volvimos a ensayar el disco, y a seguir yendo al interior de Argentina, porque
estamos trabajando con gente amiga allá que está moviendo un poco
la banda. Hemos ido a Río Cuarto en Córdoba, hemos tocado con
Las Pelotas en un festival en Varadero, hemos tocado en el sur de Buenos Aires,
en Temperley, Talar de Pacheco, Ituzaingó, tratando de salir del circuito
en el que nos manteníamos en Buenos Aires, que era o el Salón
Pueyrredón, o El Teatro, o Cemento, yendo a las localidades de la provincia,
porque no todo el mundo te va a ver a la Capital, más allá de
que te tomes un tren y estás en un rato. Y por suerte nos reciben bien
en todos lados.
Tienen un cantito que dice "la Vela Puerca de Argentina y Uruguay",
y eso está bueno. Nosotros nos cagamos de risa y decimos que los porteños
cuando hay algo bueno dicen "es rioplatense" y cuando algo es pésimo
"es uruguayo", pero está bueno que te hagan sentir de ahí,
porque uno también ha mamado y ha curtido música de Argentina
durante años, nos hemos nutrido, y gracias a Argentina hemos visto bandas
importantísimas del mundo, y al tener esa influencia de los argentinos
está bueno que ellos te reciban a vos, porque aparte están recibiendo
al rock uruguayo. Hay bandas que tienen quince, veinte años, y recién
ahora las están escuchando del otro lado del río, y parece mentira
que nadie escuche Los Buitres, que nadie escuche La Tabaré, que nadie
conozca a La Chancha... De nuestra mano, de la de No Te Va Gustar, de La Tabaré
que hace tiempo que va, está entrando el rock uruguayo en Argentina.
Y eso es lo bueno, al ver que la Vela Puerca es de Uruguay, dicen "¿a
ver qué otra banda más hay?"; ese es el respeto que se ha
ganado la Vela y a esta altura el rock uruguayo, que ha entrado por un muy buen
lugar. Igual falta un montón, pero habla del buen momento que vive nuestro
rock...
-¿Te parece que sea un buen momento o es una ilusión?
- A mí me parece una ilusión óptica el apoyo que tiene el rock por parte de algunas empresas; lo que sí es cierto es que hay bandas de rock, es un buen momento en el sentido de que están apareciendo buenas bandas, que graban discos independientes, que graban discos con compañías, y gente muy buena que no graba. Igual es como siempre, no hay muchos lugares para tocar, nadie te facilita un toque ni nada por el estilo, pero las bandas de rock están creciendo. Lo que sí me resulta raro es que tanta empresa ahora esté "moviendo" el rock, eso me parece extraño y desconfío un poco. La gente se está dando cuenta de que el rock viene en ascenso, un poco gracias a la pésima cumbia que se está escuchando, y algunas empresas "viraron" su apoyo a la música, pero desconfío, desconfío de tanta empresa queriendo hacer cosas en nombre del rock & roll, y que no haya una radio dedicada al rock; que no venga un flaco de afuera y diga, "vo, qué radio pongo para escuchar rock & roll?", y vos le tengas que decir, "no, no pongas ninguna, o poné cualquiera que a veces pasan algo, capaz que agarrás algún programa de pedo"...
-Y en otros países, ya no en Argentina o Europa, pero tenés la experiencia de haber tocado en Paraguay, ¿cómo es ahí?
- En Paraguay pasa algo medio parecido a lo que pasa acá; los organizadores del festival en el que estuvimos, (había 60 000 personas, ni ellos lo podían creer), en marzo habían llevado a Buitres y Hereford, y habían metido 30 000 personas. Lo organizaba una cerveza y la entrada eran tapitas y algo de plata, poca, pero ahí es lo mismo, recién le están empezando a dar bola a las bandas locales, recién también está arrancando ese sentimiento de querer escuchar bandas paraguayas, de prestarle atención. Y se notó en el Festival porque tocaron cinco bandas, y todas tuvieron muy buena respuesta, y todas eran bien diferentes. Hubo mucha tolerancia, que es buenísimo.
-¿Y cómo se lleva La Vela con las bandas nuevas con las que tocan, para quienes ustedes ya son "grandes", referenciales...?
- Nosotros tratamos de que las puertas que se nos abren se abran para un montón de gente, vamos con la cabeza abierta. Pero aparte porque uno tiene todo para aprender todos los días, de todo: de las bandas, de otros músicos, de otros instrumentos, vos nunca sabés con quién te vas a cruzar. No sabés si un día estás tocando con La Mancha de Rolando, y el día de mañana La Mancha es tremenda banda del carajo, y no es por lo que vas a ser en el futuro es cómo te voy a tratar ahora, pero uno tiene que ser abierto, conversar con gente que nunca viste en tu vida, y de repente estás compartiendo un escenario, tenés que hacerlo; saber quiénes son los tipos, qué están haciendo, saber por dónde van, y de repente te prendés en una locura con ellos. Nos ha pasado, hemos conocido bandas como El Sepulkro Punk, que hemos hecho tremenda onda, abriste la cabeza un día y conociste cuatro tipos bárbaros, y ellos no van a ser nunca famosos, pero eso no tiene nada que ver. Por eso si vamos a un festival salimos a tomar una birra ahí, donde está todo el mundo.
-¿Vivís de La Vela?
- Yo tengo mi taller de orfebrería. La Vela está sobreviviendo
de esto cada vez más, y apunta a poder vivir de esto, como es lógico
si hacés algo que te gusta, que puedas pagar los impuestos, comer y comprar
pilchas, y tomarte un vino con tus amigos. Pero también tengo mi taller
porque lo tengo antes de La Vela, hago esto y es un canal de expresión
para mí; y además para complementar, porque La Vela me da porque
vivo con dos amigos y nos repartimos los gastos, pero dentro de la banda hay
otras realidades; tenés al Mandril con dos hijas que la pelea mucho más
que yo, que tiene una esposa que también labura, y los dos llevan guita
para la casa. Pero igualmente nosotros nunca le pedimos plata a la banda; cuando
nos dio guita nos pusimos contentos, y cuando no le seguimos metiendo, y hace
nueve años que estamos peleando, y más de la mitad de la vida
de La Vela Puerca fue sin un puto peso, fue poniendo guita para poder ir a tocar
a Buenos Aires y durmiendo en el escenario del Salón Pueyrredón.
Por otro lado este disco es como nuestro tercer hijo, y se genera una ansiedad;
cuando menos falta para que salga el disco es cuando más ansioso te ponés.
Y sale el disco y empieza una etapa nueva. Entre un disco y otro uno va mutando,
más cuando pasa tanto tiempo entre un disco y otro, la mutación
es mucho más grande, se deforma todo, te deformás vos, tu personalidad,
tu forma de componer. Y ahora salir a tocar, a mostrar los temas; el plan es
salir a presentar el disco en todo el interior, queremos presentarlo en las
19 capitales. Salir a tocar en el interior te da la continuidad, no estás
parado, vas a donde está la gente que no puede venir a Montevideo, y
dejás de tocar acá, que es un lugar donde no se puede tocar mucho,
más de 3 ó 4 veces en el año. Nosotros tocamos sólo
2 veces; el 24 de diciembre, seguro, y en algún otro toque.
-Y este año el 24 de diciembre lo hacen en el Estadio...
- (Risas) No, lo más seguro es que sea en el Teatro de Verano. Ya la última vez el Sporting se había desbordado, y en realidad es divino verlo así, pero no se puede más; y la gira esta del interior va a terminar el 24 de diciembre, gratis, como siempre, y tal vez sea una presentación no oficial del disco acá en Montevideo, porque nos gustaría mucho. Es una situación especial, cumpleaños de la Vela, tiramos la casa por la ventana, la gente se porta de puta madre, ponemos "cero seguridad"; es un lástima llevarlo a otro escenario porque el público está acostumbrado a eso, y es lo que le gusta; ver una banda, entre comillas "grande" que esté tocando ahí, al lado tuyo, sin entrada, los pibes llegan en bicicleta, están de short, tomando del mismo vino que vos, y tal vez el público extrañe un poco eso, y nosotros también. Sí, lo vamos a extrañar, pero es inevitable...
Este fin de semana en Durazno, y el próximo 19 en el porteño Estadio
de Obras, La Vela Puerca hará cantar y bailar a los suyos, y confirmará
su placa de grande. Esa placa que a estetas y cultores de "lo cool"
tanto molesta. Mal que les pese.
Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
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