Montevideo Portal | Pablo Méndez
@pablomendezmvd
El Comcar nace como un establecimiento penitenciario, cuyo director en aquel momento era un civil, ahora es el titular del patronato, el Dr. Oscar Raveca. La guardia externa estaba para vigilar solamente que no se escape nadie. La guardia interna estaba en contacto con los presos y preparada en el tratamiento del recluso. La primera población del COMCAR, trasladados de Punta Carretas, no superaba las 700 personas. Actualmente sólo allí conviven 3500 reclusos.
¿Cuáles son las necesidades más urgentes del sistema carcelario?
Los establecimientos carcelarios, si bien tratan de tecnificarse desde el punto de vista de la seguridad, no demostraron ninguna tecnología desde lo que se pretende; que no sea una tortura, que apunte a la rehabilitación del recluso, a través del trabajo y la buena conducta. Como el trabajo tampoco es superabundante se generan nichos de poder entre quién trabaja y quién no, cómo se dividen los módulos. Son muchos los problemas que la cárcel acarrea: el hacinamiento, la comida, las visitas, la guardia, todos microsistemas dentro de la cárcel.
La comida, quién, cómo, qué se reparte realmente a los presos, cómo se consigue, qué le ponen a la comida, qué no le ponen, todo eso ya genera un microsistema de poder, adentro de lo que es la cárcel. Otro microsistema es la propia guardia, qué horarios tienen, cómo conviven, de dónde vienen, cómo se interrelacionan con los reclusos, cuántos reclusos por cada guardia hay.
Son también un problema las estructuras: dónde alojás a los primarios, qué tipo de primarios. No es lo mismo un muchacho que bajo los efectos de la pasta base delinquió, que alguien que esté preso porque libró un cheque sin fondos, que alguien que atropelló a otro con el auto cuando iba a trabajar, etc. Los teléfonos, las tarjetas de celulares, la entrada de la droga, la venta de la droga, se forman corruptelas allí que se retroalimentan porque se van obteniendo beneficios.
La cárcel no es solo un problema de convivencia o de microsistemas, sino que también tiene mucho que ver la estructura y la arquitectura, que es algo que me preocupa mucho. Ya está probado que las grandes cárceles como el COMCAR, no funcionan, son indominables. Las cárceles tendrían que ser de 150, 200 reclusos, son más baratas, más dominables, mucho mejor para apuntar a una resocialización para tratar de mejorar a la persona que va a salir. Estamos con el mito de que la cárcel se traga a la persona y nunca más pasa nada, pero no es así esa personas va a salir y la sociedad se tiene que preocupar de cómo sale.
Claro pero no se soluciona ese problema de reincidencia con la cárcel, pasa por políticas sociales y todo lo demás. La infraestructura influye a lo que hace al recluso y a lo que uno espera allí adentro. Hace 10 años el promedio de edad de los reclusos era 32 o 33 años y hoy es 26, 25 años, cada vez hay más jóvenes y los jóvenes no siguieron los códigos que se tenían en las cárceles por lo tanto se generan entre los reclusos, problemas que antes no existían, de robos, extorsiones, corruptelas entre ellos, etc.
Por ejemplo en la visita no se generaban problemas, se respetaba mucho ese momento. Hoy los familiares tienen problemas desde la cola que hacen para entrar. Un factor detonante en todo esto es la droga y no solo adentro de las cárceles. Hay gran cantidad de gente que está presa por haber delinquido bajo los efectos de la droga o para obtener más. Una razón química los mete en un sistema carcelario, que por un lado les exige determinado comportamiento para seguir obteniendo la droga, que es su motor principal. Habría que repensar una cárcel no de rehabilitación en la conducta, sino también de rehabilitación en la salud mental. Otra exigencia para la que el sistema carcelario no está preparado.
¿Actualmente hay algún tipo de atención para el adicto?
No, lo único que puede obtener en un momento pico de su abstinencia es algún calmante, pero se va a hacer adicto a los calmantes. Le es más fácil transar adentro y seguirse drogando que estar dependiendo de calmantes que le van a generar otra adicción, como le llaman ellos, la adicción a las bolas. 'Toy de bola', te dicen o para abajo o para arriba pero manteniéndose con algún tipo de químico permitido. Esa violencia provocada por la abstinencia o el consumo nos está preocupando mucho a los que nos interesa el tema, porque ya entran con problemas de drogas y el problema se multiplica adentro.
¿Cuáles son las posibles soluciones?
Las soluciones pasan por políticas sociales. Sin duda hay gente que está de viva, no podemos darnos el lujo de que en una cárcel se mate gente, se formen bandas. Por eso lo de la arquitectura en pequeñas unidades. Aunque a mucha gente no le guste escucharlo, los presos tienen sus derechos, vos no les podés servir mierda como comida, no podés pretender que con estos fríos no tengan una gota de agua caliente para bañarse, que no tengan una aspirina para un dolor de cabeza, o un analgésico para un dolor de muelas y todo eso va deteriorando síquica y físicamente al recluso. Más allá de que se violan los principios constitucionales y legales, hay una realidad, nadie puede pretender una cárcel bonita, porque las cárceles no lo son, pero sí podemos pretender una cárcel que respete los Derechos Humanos de los presos.
Desde que hay sociedades, hay delitos, entonces el Estado tiene el deber de tratar de hacer lo mejor por la persona, lo que va a redundar a favor de toda la sociedad. Martirizarlo con la comida, con la droga, con los sicofármacos, con su situación de aseo personal, con la visita, con requisas que muchas veces llevan paliza, genera una inestabilidad carcelaria sumada a la superpoblación hace que los problemas sean continuos.
¿Dónde está la falla? Hacía años que se venía pensando en una solución para las cárceles, se hacían seguimientos anuales pensando que con el cambio de gobierno se aplicarían las políticas adecuadas. A dos años y medio hay más presos que antes y siguen en las mismas o peores condiciones.Creo que hay que reorganizar todo el sistema financiero de las cárceles, hay que hincarle el diente a los rubros económicos, reordenarlos y reasignarlos, controlar la fuga de alimentos, horas hombre, horas técnico, porque a las cárceles se dan las partidas correspondientes y no son utilizadas directamente en el sistema carcelario. No estoy hablando de que alguien se quede con la plata, estoy hablando de que esos recursos no llegan a los presos.
Para salvar el COMCAR, habría que dividir las administraciones de cada módulo, que cada uno tenga independencia técnica y de guardia de los demás, no tener un solo director de COMCAR. Claro que los módulos están compartimentados porque se derribaron todas las paredes, los presos van de un módulo a otro. Me consta que hay momentos en los que para 800 presos quedan cuatro guardias. ¿Qué pueden hacer ellos frente a un ejercicio de violencia del recluso? Por eso digo que nuestros reclusos, serán lo que serán, pero tan mal no se portan.
El subsecretario del Interior dijo que cuando estos siete mil reclusos quieran salir, salen.
Salen sí, alguno se llevará un tiro, pero no es que estén ahí porque no puedan salir. No pueden salir legalmente pero no tienen ninguna motivación, salvo la propia decisión de quedarse, porque la cárcel no les da nada. La idea es que la cárcel en la vida de una persona sea algo que no suceda, y si sucede, que sea algo que colabore para que no vuelvas, y no que se torne como una forma de vida, entrar y salir al sistema carcelario.
Eso tiene mucho que ver con las opciones que se te abren en la sociedad después que estuviste preso. Tener un antecedente muchas veces te perjudica de forma tal que te cuesta volver a insertarte en el sistema laboral lo que te va a llevar al tiempo a optar por soluciones que te pueden volver a la cárcel. La infraestructura de la cárcel, personal preparado, tratamiento correcto del recluso; no palo, no flores, un tratamiento correcto que pasa por atender al recluso, darle un plato de comida decente y caliente, por lo menos en invierno, que tengan un baño con agua caliente, aunque sea dos veces por semana, cosas dignas y no hacer que esas carencias lo conviertan en una pseudo bestia que piense que su vida y todo lo suyo está perdido.
¿En qué medida cree que influye el costo político de mejorar las condiciones de las cárceles?
Lamentablemente nuestra sociedad y nuestro sistema político actual no pudo valorar la situación del preso en la medida correcta y está yendo justamente hacia el lado contrario, hacia el discurso reaccionario y represor. A mí me dio mucho placer cuando vi que algunos presos hicieron dos o tres jugaditas brillantes, muy inteligentes que provocaron que el sistema político se pelee, demuestra que hay gente inteligente presa. Al preso no le podemos echar la culpa de mentir, o hacer alguna jugarreta para obtener algo mejor, porque está en la naturaleza del hombre tratar de mejorar una situación espantosa. Hacerte el enfermo para que te internen, hacerte el perseguido para que te trasladen, hay que aplaudirlos tal vez lo que demuestran los sistemas carcelarios es la poca inteligencia de nuestros gobernantes que caen en eso y no tienen nada mejor que echarle la culpa al preso en vez de mirar un poquito introspectivamente y darse cuenta que necesitan asesoramiento.
Hace años en este país que no veo alguien que sea técnico en materia carcelaria que digan 'bueno, fulanito de tal es una autoridad en materia carcelaria, hemos recibido estos consejos'. Acá es 'más cárceles y ya ahora van a ver que no van a jugar con nosotros', eso lo dice cualquiera arriba de un cajón en un discurso político, pero tenemos una población de siete mil presos entonces ya no es el discurso político, vamos a ponernos un poquito serios y vamos a ver, porque asesores en materia de cárceles yo no conozco ninguno. Quiero un plan de puesta en marcha inmediato a los efectos de reorganizar el sistema y las consecuencias sobre el recluso de ese sistema. Quiero un plan con seguimiento y con resultados.
Se habló de la posibilidad de volcar a empresas privadas la gestión de las cárceles con guardia policial. ¿Usted qué piensa sobre esa alternativa?Me gustaría saber qué es lo que ganan los privados. Hay que ver dónde está el canon. Si se privatiza el sistema carcelario lo primero que vas a tener son cárceles de primera, de segunda y de tercera porque va a tener que haber una cárcel de primera que logre algo y que haya gente que quiera ir a ella. Después si la cárcel es privada, yo creo que la guardia tiene que ser privada, no puedo hacerse esa mistura, Ministerio del Interior - Sociedad Anónima. El Estado tiene el deber de hacer un plan penitenciario serio y después decidir si es conveniente o no una privatización. No es como las rutas que vos ponés un peaje y se cobra el canon de la ruta. Acá no le vas a cobrar a la visita para ver a su familiar preso. Si se cobra un canon al Estado, lo que se estaría haciendo no es privatizar sino pagándole a un tercero el servicio, porque privatizar es decir me saco la tarea de encima y que el privado se haga cargo, ¿Y cómo se va a hacer cargo un privado?
¿Y cómo cree que afectaría eso sobre los microsistemas de los que hablábamos antes?Yo creo que las corruptelas en la cárcel son eternas en el mejor sistema. Todo puede tener un valor, no solo económico sino un valor en el intercambio de comisiones de trabajo, lo que fuera. A todo se le puede asignar un valor de intercambio.
¿Cómo convive el abogado en esos microsistemas?Los abogados podemos visitar a nuestros clientes en la medida de que tengamos algo serio para decirles. El recluso lo que precisa es el apoyo familiar y saber que el abogado está trabajando en la causa y decirle la verdad al recluso para que sepa cuánto tiempo va a estar y dar una sentencia acorde a lo que hizo. Pero el abogado no es visita del recluso, su visita y su sostén es su familia. Justo se dio este episodio del arma, pero eso tiene que ver con lo que hablábamos de una manganeta pensada para lograr un traslado o algo por el estilo, ahora está en onda eso. Yo no te voy a decir que felicito eso, pero lo veo con cierta simpatía. Sí me decís que el arma era para matar a cuatro presos, estamos hablando de algo espantoso Hay abogados que se prestan para eso y hay abogados que nos dedicamos a trabajar en el expediente en el juzgado.
Es necesario en este país no generar presos de primera de segunda o de tercera, pero hay una realidad que hay personas que no pueden convivir con otras y que comenten determinados delitos y que de imputárseles esas penas las tienen que cumplir en establecimientos que reúnan condiciones que no deterioren al sujeto. Porque la cárcel no está para eso. Allí podemos ir cualquiera de nosotros. Cualquiera puede tener un accidente, puede tener un mal momento financiero, puede reaccionar de una manera ante otro, entonces tenemos que preocuparnos como sociedad de nuestras cárceles y de nuestros reclusos, porque todos somos potenciales habitantes de ese lugar.
Hoy hemos entregado a las cárceles de manera tal que se generó una forma de vida adentro totalmente ilegal y que se va a seguir reproduciendo porque los que comenten esas ilegalidades no lo hacen por beneficio, lo hacen porque es la única manera de sobrevivir adentro del sistema carcelario.
¿Cuál es su propuesta, o la mejor alternativa que usted conoce?Creo que se debería generar un instituto penitenciario que involucre una reforma mucho más grande, pueden haber mil maneras, te pongo una como ejemplo: se podría desconcentrar al Instituto Técnico Forense, que depende de la Suprema Corte de Justicia, y generar un ITF que tenga a cargo lo que es la ejecución de la pena y mantener todo lo que es la parte pericial. Pero en el antes y en el después, no solo en el antes como ahora. Un ITF con una dirección pericial y una dirección penitencial, que todo el cuerpo de peritos, de criminología, sicólogos, asistentes sociales, estén dentro del ITF y sean los encargados dentro de los centros penitenciarios.
En lo que es la atención del recluso interna, que esté en manos de estos técnicos civiles. Las guardias externas de las cárceles como están armadas, deberían depender de un organismo armado, del Ministerio del Interior no del Ministerio de Defensa, pero las guardias perimetrales, tecnificadas y preparada para el instituto penitenciario, que no tienen que tener ningún contacto con el recluso.
¿Actualmente lo tienen?Hoy lo tienen desde el punto de vista que las guardias internas también son policías. Lo ideal sería que estas guardias en contacto con los reclusos, sean técnicos, no policías. Por eso los establecimientos de mínima cantidad de gente por un tema de contacto con la gente. Lo que puede ayudar a mantener la violencia mucho más controlada, en grandes lugares. Este es un ejemplo que se me ocurre para empezar a ponerlo arriba de la mesa, habrá personas con ideas mucho mejores, pero por lo menos buscarle una vuelta de tuerca.
También habría que generar un régimen de alternativas a la prisión. Que pueda haber un sistema en el que sea obligatorio que el primer antecedente en delitos de determinada importancia, no sea con prisión, no para que te digan 'te portaste mal, la próxima vas preso', sino que 'te portaste mal y te vamos a poner penas alternativas a la prisión': trabajo comunitario, estar de noche detenido en un lugar, aproximarte a lo que sería tu vida si seguís en ese camino. Darte la oportunidad de que conozcas a dónde podrías llegar si seguís de esa manera. Todo esto tiene que ver con brindar educación, chance y todo lo demás a la gente que está marginada. Yo estoy de acuerdo en que no hay que hablar de marginales, pero se está generando cada vez más rápido una población con carencias importantísimas.
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