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Entrevistas

Código Silva

ENTREVISTA CON ALDO SILVA

El periodista Aldo Silva habló con Montevideo Portal sobre su llegada a los medios, el ritmo de trabajo en radio y televisión, su alma de Buitre y la forma en que se mezcla el espíritu rockero con el rigor periodístico.

13.11.2007

Lectura: 16'

2007-11-13T00:00:00-03:00
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Montevideo Portal / Inés Nogueiras
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Montevideo Portal entrevistó al periodista Aldo Silva, que está al frente de la edición central de Telemundo, y conduce cada semana "Código País", el programa periodístico de Canal 12. En radio ocupa las mañanas del dial de Metrópolis FM con "Mirando de cerca".

Te definís como un "hombre de televisión", ¿por qué?

Antes trabajaba solo en radio y la radio es lenguaje, privacidad, nadie sabe quién sos, hay una liberación, salís a la calle y nadie te conoce. La televisión es otro lenguaje, es otro ritmo de vida, la gente te conoce de cuerpo entero, te idealiza, y se acaba la privacidad. Pero fuera de ese detalle, que es marginal, lo de "hombre de televisión" es porque yo pienso en imagen y sonido, pasa por ahí. Lo digo con amabilidad, pero es el choque que tengo con mis compañeros que no son hombres o mujeres de televisión. ¿Cuál es la noticia? Fulana. Bueno, ¿cómo la mostramos? Y por ahí el que no hace televisión te dice "no importa". ¿Cómo que no? Claro que importa.

¿Y cómo surgió eso?

Fue el aprendizaje. Llegué a la televisión... no creo que de casualidad, porque no fue una casualidad, pero yo era un hombre de radio. Estaba en FM Del Palacio, una emisora histórica, la primera FM hablada del Uruguay, y un día Alexandra Morgan, que es la esposa de Emiliano Cotelo, que estaba de mañana en la misma radio, me convocó a trabajar en televisión, a participar en un concurso para entrar en Telemundo. Y bueno, sin darme cuenta gané ese concurso.

Sin darte cuenta, pero te interesaba...

Me interesaba como me podía interesar que me dijeran "¿Querés trabajar en otra radio?". Bueno, cuánto me pagan... al principio fue así.

No fue algo que ambicionaras o que pensaras "me encantaría algún día estar conduciendo un informativo"...

No, no pasaba por ahí, no me imaginaba como informativista. Mi historia pasaba por otro lado, en ese momento manejaba una estética musical, cultural, de teatro, cine, recitales. Me estaban empezando a interesar otros temas, me interesaban los temas económicos, pero no me imaginaba en Telemundo 12...

... de traje y corbata

Bueno, siempre fui formal. Me decían "yuppie" en el ambiente del rock, porque caían todos medio punkies y yo caía de negro pero de saco, era muy prolijo. Pero entonces cuando me convocaron para la prueba yo fui y la di con absoluta naturalidad. Después Alexandra Morgan me complicó la vida porque me dijo: "tengo dos noticias para darte: una buena y una mala. La buena es que pasaste a la final y la mala es que vas a competir con profesionales". Ahí me di cuenta que estaba ante una oportunidad brutal, porque en aquella época FM Del Palacio era gloriosa pero no ganábamos un mango. Y bueno, gané y entré en Telemundo.


¿Pero no habías estudiado nada, no te habías formado en el área?


No, cero, nada. Ahí fue cuando me pegué un susto brutal y dije "tengo la oportunidad de formalizar mi carrera". Porque en ese momento era todo muy lindo, muy romántico, muy rocker, pero ya tenía 23 años y me daba cuenta que era muy difícil mantenerse. Eran otros códigos, era diferente, era natural que alguien en un medio trabajara gratis o que ganara tres pesos, no es como ahora que hay un sistema más profesional.


¿Por qué creés que ganaste?

Tengo facilidad para comunicarme, y se ve que fue por eso. Me sentí muy cómodo frente a la cámara. Nunca había estado frente a una cámara, y cuando se prendió sentí lo mismo que siento hoy... me siento bien.

¿Cómo pensás que te ve la gente?

Me cuesta mucho responder esa pregunta, porque me puedo guiar por lo que me dice la gente a la que le caigo bien. Que soy sociable, que resulto agradable, que soy creíble. Pero a los que no les gusto no me dicen nada, entonces la lectura es un poco imparcial. Lo que sí siento es que tengo buena llegada con la gente, me pasa en la calle, me pasó toda la vida, desde niño. Fijate que mi primer trabajo fue en la UTE, y me acuerdo que mientras (Nazario) Sampayo y (Jean Georges) Almendras andaban corriendo por el barrio Borro en escenas policiales nunca vistas, con tiroteos, yo repartía facturas. Y si bien yo venía de otro barrio y de otra formación, estaba a mis anchas ahí con la gente, nunca tuve un problema con nadie, siempre fue así, me siento cómodo comunicándome.

¿Estabas estudiando algo en aquella época?

No, tuve que dejar los estudios para ir a trabajar, porque tenía que ayudar en mi casa. Ni siquiera llegué a la Universidad, entonces todo después se me hizo cuesta arriba. Porque apenas veo que voy a entrar a Telemundo... no era ningún ignorante, porque el programa que tenía en emisora Del Palacio era muy exigente, pero me di cuenta que si aspiraba a ser periodista profesional tenía que tener una formación. Y desde ese entonces hasta hoy tengo una actividad muy intensa en materia de estudio, estoy complementando ahora lo que no pude hacer cuando tenía 20 años. No es fácil, pero por suerte me gusta mucho estudiar, leer, averiguar, molestar, ir y venir.

¿Cómo ves a la televisión actual?

La veo en una etapa de crecimiento, por suerte ahora estamos trabajando a nivel nacional. Lo que sé es de informativos o programas periodísticos, y te puedo decir que en Telemundo hubo un cambio muy grande y que se está empezando a entender el que maneja códigos televisivos con el que maneja códigos periodísticos. De ahí surge buena televisión.

En dieciséis años que estoy en el canal he visto pasar mucha gente, grandes periodistas, pero que no manejaban códigos televisivos. Si vos no sabés manejar el lenguaje del medio en el que te encontrás vas al fracaso. Pasa por ahí, es matemático: el querido periodista que viene de los diarios y que siempre pensó que los que trabajamos en televisión somos todos "clase C", llega y se da contra la pared, se pega flor de susto y entiende que no es tan fácil. Que no tenés tres páginas, tenés un minuto, y en un minuto tenés que informar. Cuando se da ese cable a tierra, del hombre que llega de afuera a trabajar con nosotros "los infradotados", y se da contra el piso, y entiende que la televisión es muy difícil, en ese equilibrio entre lenguaje audiovisual y contenido periodístico, ahí se hace televisión. Estamos en esa etapa, de mejorar, pero falta mucho. Siempre falta mucho.

¿Qué ves televisión? ¿Mirás informativos?

Me levantaron Los Informantes, que era mi programa. Trato de ver La Púa que es otro de mis programas favorito. Veo a Gonzalo Cammarota en Canal 10, he visto La Oveja Negra, que lo paso bárbaro y después miro alguna serial que otra, 24 por ejemplo. En general trato de desenchufarme, pero siempre termino poniendo TN, la BBC de Londres. Ayer de noche, por ejemplo, llegué a casa y mis hijos estaban durmiendo, mi señora estudiando y me encontré que estaba volviendo a ver Telemundo, corrigiendo errores, y dije "basta", apagué la tele y me puse a leer un poco.

¿Qué relación tenés con tus colegas, en el canal y en los otros canales?

Trato de mantener una relación cordial, no me gusta llevarme mal con la gente. Aunque suene muy obvio, llevarme mal con alguien me hace sentir mal. Tampoco me gusta estar todo el día de sonrisas, la relación laboral desgasta, cansa, uno se puede tornar insoportable. Porque en la televisión muchos de nosotros somos insoportables, es un medio que tiene mucha exposición, que hay mucho estrés. En la radio me puedo equivocar catorce veces y no pasa nada, me equivoco en la televisión y chau. En general trato de tener buenas relaciones en el trabajo y no caer ante la presión, que a veces es enorme.

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¿Cómo manejás el estrés de estar en el informativo central, con un programa periodístico, y la radio todas las mañanas?

Eso no es problema porque, he logrado un equilibrio muy interesante, de ir escalón por escalón y preocuparme cuando llegue el momento. A mí me estresa, en una buena, la salida al aire de Telemundo, los minutos previos. Es algo que disfruto mucho, pero lo peor que me puede pasar es salir al aire sin ver lo que voy a presentar, y a veces no tengo más remedio. Lo más incómodo que me puede ocurrir es leer algo sin saber de lo que estoy hablando, que muchas veces pasa, son 40 noticias que presentás. Pero ahí confío en mis compañeros. Yo integro un equipo, no soy una isla solitaria que bajó de un helicóptero, lo maquillaron y salió al aire. Estoy en contacto con mis compañeros y trato de manejar los nervios y el estrés porque me di cuenta que es perjudicial, entonces los minutos previos a la salida al aire trato de contenerme y desaparecer de todas las corridas que hay en la redacción. Porque si estoy a mil comunico mal, entonces lo que tengo que hacer antes de salir al aire es bajar la pelota, respirar y transmitir seguridad.

¿Y en la radio como te sentís?

Me siento muy bien, la respuesta ha sido enorme, más de lo que yo esperaba. Vine con la intención de hacer un programa bien hecho, con rigor, con entrevistas diferentes a las que hago en televisión que buscan ser más incisivas. Acá es una cosa más distendida, pero la respuesta es mayor de la que esperaba, entonces cuando querés acordar estás otra vez en la exigencia. El programa lo tomé como una forma de complemento intelectual, y también económico, porque tengo hijos chicos y me preocupa mucho el mundo que les espera, entonces hay cosas que son secundarias, que tienen que ver con el dinero, de poder brindarles seguridad. Pero la radio de alguna manera me ha hecho mucho bien. Lejos de cansarme o estresarme más, me ha servido, me da más seguridad a la hora de salir en televisión. Me siento más seguro hoy que antes.

¿Te cuesta separar tu trabajo en un medio y otro?

No, no me cuesta nada. Hay un trabajo mental muy grande de por medio. Dentro de todo lo que hago, lo que me genera mayor tensión es Código País, el día que tengo el programa tengo una cabeza diferente, digamos que voy guardando energías todo el día. Ese día lo que importa es eso, mas allá que lo que más me importa de todo es Telemundo. Y, con todo respeto, la edición central del informativo es el programa más importante del canal. Tinelli es un fenómeno, Cámara Testigo tiene un rating bárbaro, pero Telemundo es Telemundo, y punto. Y lo digo con la mayor humildad del mundo, el informativo central de cada canal es su principal bandera.

¿Qué opinás de que la programación del canal se acomode en base a programas como el de Tinelli, y que te cambien de horario, por ejemplo?

Lo acepté, son las reglas del juego. Al principio me dolía bastante porque te sentís desplazado, pero un día vino Eugenio Restano, que es el gerente de programación, y me explicó cuál era el escenario y yo lo entiendo, me paree razonable. El canal, los canales, pelean por el rating. Yo tengo la suerte de que Código País esta por fuera de eso.

¿En qué sentido está por fuera?

En el sentido que no es un programa que digan "tiene buen rating está, si mañana tiene bajo rating lo sacamos", como ha pasado en otros canales. Puede pasar mañana, pero hoy no es la situación. Código País es un programa que cumple un rol fundamental dentro de Canal 12, es "el" programa periodístico del canal. Es el programa donde van a estar los políticos, donde va a estar el debate, donde está el tema más candente del momento, es una referencia dentro del canal.

A veces nos ha tocado la mala fortuna de que nos corrieron de horario, que nos cambiaron de día, o directamente no salimos al aire, y yo lo acepto. El canal me lo explicó, Eugenio Restano me lo explicó y lo entiendo, respeto enormemente su punto de vista, y espero que el año que viene cuando estemos en campaña preelectoral sea al revés. Pero si no se da, no se da; no es un tema que hoy me esté molestando, antes sí me molestaba y mucho.

Pero no nos engañemos, si bien es cierto que no miro a Tinelli, ni miro a los Fierro, el canal se beneficia con esos éxitos y de alguna forma también fortalecen los emprendimientos nacionales que espero que a corto plazo sean los verdaderos protagonistas. Porque Código País lo hago con mucho cariño, hicimos un buen equipo, nos está yendo bárbaro en materia de rating, pero ni cerca de los éxitos de Argentina. Aunque hay programas uruguayos que han tenido un éxito bárbaro, como Cámara Testigo, que tiene unos índices de audiencia brutales. Nunca lo veo porque estoy preparándome para salir al aire. Te confieso que no es cómodo para mí empezar Código... con chicas desnudas (risas). Es un tanto bizarro, es un contraste interesante, primero las chicas semidesnudas y después aparezco yo, con mi pretendida imagen de seriedad... pero me lo tomo hasta con gracia.

Haciendo un poco de balance, ¿cómo ves tu camino profesional? ¿Cómo transitaste el camino desde ser manager de los Buitres hasta la edición central de Telemundo?

Es lo mismo. Sigo vinculado a los Buitres como sigo vinculado a una cantidad de cosas. Es muy llamativo eso, hay gente que todavía no entiende que un hombre de 41 años, que maneja información y que es la cara visible del informativo central, se vaya al Pilsen Rock, por ejemplo. Antes quedaba bien que el conductor del informativo siguiera a Luis Miguel... bueno, yo aborrezco a Luis Miguel, tengo una estética que pasa por otro lado, y creo que es más saludable. Porque el que entiende lo que es el rock and roll tiene una pata muy contestataria adentro, tiene espíritu crítico, siempre se está quejando de algo. Y yo me siento crítico, y siempre tengo algo de qué quejarme

Todavía te sentís un Buitre...

Soy el quinto Buitre, lo dijeron ellos. Para mí eso es una cosa fundamental, cuando estoy muy deprimido, o cansado, me encierro en casa y empiezo a escuchar rock and roll al mango.

¿Qué escuchás?

Todo lo que me caiga, que suene a verdadero rock and roll. Escucho de todo... bah, no de todo. No me entiendo con la música tropical, no puedo entenderla. La respeto, pero en mi equipo de audio no va a sonar. Escucho mucho rock, bandas locales, me meto con muchas bandas británicas, saco viejos discos de los Guns 'n' Roses y quedo revitalizado. También pido cosas nuevas, quiero saber en qué está el mundo, pero estoy un poco perdido, porque no he tenido la oportunidad de seguir bandas, y se pasa poca cosa nueva en radio.


¿Cómo te llevas con Internet?

Bárbaro. Lo uso como biblioteca, leo mucho, aunque prefiero el papel. Si hay un libro que me interesa me lo voy a comprar, no me contento con tenerlo almacenado, me gusta el papel, me gusta llevar el libro a todos lados. Empezar leyendo en un escritorio y terminar tirado en un sillón o en la cama. Internet es algo que me ha revolucionado la vida, me parece maravilloso tener una biblioteca en mi casa y ponerme a navegar.



¿Llevarías adelante algún proyecto periodístico en Internet?

No, todavía no estoy en esa etapa, no he incorporado Internet por ese lado, no me nace. Estoy todavía muy maravillado con la magia de la correspondencia inmediata y de poder acceder a todo tipo de información. Es una parte importante de mi vida, navego una o dos horas por día, estoy un rato largo. Si mi hijo quiere, porque si está Emil en la vuelta y quiere jugar, largué todo y me fui a jugar con él. Ese también es un tema vital para mí.

¿Cómo manejás el tema de darle tiempo a tu familia?

Todo lo que pueda. Si tengo que cortar algo lo voy a cortar. A las cinco de la tarde tengo la reunión de producción del informativo, pero si tengo que ir a buscar a Julieta a la escuela voy a ir.

¿Creés que llegaste a la edición central de Telemundo temprano, hablando en términos de tu carrera?

Sí, lo pensé por mucho tiempo. Me lo he preguntado muchas veces, me tocó llegar en un momento muy especial y creo que se adelantaron los tiempos conmigo. Era mi destino, yo esperaba tener un programa y después llegar a ser el conductor del central, pero se dio al revés.

El canal hizo una jugada poniendo una figura joven, se la jugaron a todo o nada: se iba el emblema, que era Neber Araújo, y pusieron un tipo joven. Nunca sentí que no estaba preparado, pero siempre fui conciente de algo: la gente necesita tener un tipo creíble ahí; y la credibilidad se gana con los años. Digamos que en estos cuatro años he avanzado mucho en ganarme la confianza de la gente, pero todavía no lo logré, eso lleva tiempo. Una cara joven pesa en la televisión. Puede ser un vínculo para las nuevas generaciones, pero el grueso de la población pide más trayectoria.

¿Y pensás en el después? Porque pensabas que Telemundo era tu destino, pero ahora te quedan muchos años por delante como profesional...

Claro, pero esta es una tarea tan exigente, que es una final todos los días. Entonces no me queda mucho margen para pensar qué voy a hacer después profesionalmente. Si me preguntás qué voy a hacer cuando me retire, lo que quiero es vivir en Rocha frente al océano con mi mujer, la misma mujer de toda la vida. Me encantaría poder hacer eso. Profesionalmente no sé que va a pasar, yo sé que trabajo mucho todos los días y que la fórmula en mi vida ha sido esa, el sacrificio. Es lo que hago, me sacrifico mucho y ahora también me estoy cuidando, algo que antes no hacía. Para eso también son muy importantes los equilibrios, tengo una vida que trata de ser equilibrada, una vida muy feliz a nivel personal. Por eso ahora me voy a casa, a estar con mi hijo, esperando que llegue mi hija más tarde y mi señora, si puede zafar del trabajo, y son momentos que me alimentan para el resto del día.


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