Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
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Se lo ve feliz y entusiasmado. River va primero en el Clausura, gusta y golea. Tiene todo para salir campeón, pero Carrasco emula a Mostaza Merlo y se juega por el "paso a paso".
"Estoy muy contento", dice, y habla en nombre de su equipo de colaboradores, una tónica que se mantendrá durante toda la conversación. "Siempre hemos estado muy contentos porque desde el inicio hubo muy buena disposición; nos trataron muy bien, en todo momento, desde las posibilidades del club nos han dado todo aquello que hemos necesitado, los jugadores se han prestado 100% a lo que es la idea de fútbol que traíamos. Hemos encontrado una recepción buenísima. Después está en nosotros inculcarles nuestro trabajo".
El River de Carrasco lleva, en 8 partidos disputados en el Torneo Clausura, 22 puntos, 26 goles a favor y sólo 5 en contra. Al parecer, encontró el "balance" que le venía faltando en los equipos anteriores, y es uno de los grandes candidatos para quedarse con el torneo, pero el entrenador dice no sentirse mayormente responsable por la idea. "No nos pesa porque siempre jugamos de la misma manera, con la diferencia de que a medida de que pasa el tiempo, la 'máquina' o el funcionamiento mejora. Siempre se vio el buen fútbol, reflejado algunas veces en la red, otras veces nos convirtieron sin tener problemas defensivos, más allá de que, de repente, en el análisis podés decir 'tenés muchos goles'; a veces por virtudes del rival, y a veces por errores nuestros. Pero estoy muy conforme; agarramos el equipo en una situación un poco difícil, y de ahí en más nunca se pensó en la tabla de abajo, sino que siempre estuvo presente estar de mitad de tabla para arriba, y en ese nos mantuvimos".
Pero hubo un cambio en la actitud del técnico que sorprendió a todos. Ya no tiene, o al menos disimula, el estilo frontal y provocativo que exhibía años atrás. Carrasco no tiene problemas en decir que ese viraje en su comportamiento se lo debe al trabajo de un psicólogo, y explica que, ahora, "no estoy para confrontarme, estoy más para analizar, para dialogar. Antes, con la confrontación, se agarraban para decir que se marcaba mal, que hacíamos tres goles y nos hacían cuatro, cosa que no era real, que yo decía que era el mejor, que tampoco era cierto, yo siempre dije que trabajaba para ser el mejor. Siempre dije que nosotros jugábamos a ganar, y, por la relación que yo tenía con la prensa, salía que yo decía que les ganaba a todos y no era así. Y de casualidad, a través de mi hija, se dio la posibilidad de ir a un psicólogo, que era por el bien de ella, y dije que sí, sin problemas".
Y reconoce que pudo existir un prejuicio antes de consultar a un profesional, pero que, finalmente, cedió, y ahora lo considera un amigo que le aconseja en determinados aspectos de la vida. "El psicólogo me dijo 'hace mucho tiempo que me hubiese gustado tener una conversación contigo', resaltándome las virtudes como técnico, que tengo supuestamente un techo muy alto, y que yo mismo me encargaba de ponerle nudos a mi carrera. Me invitó a tener una charla, como yo la quisiera ver, como profesional o como amigo, para que después yo mismo analizara si era bueno, si podía seguir viéndolo, y de hecho me pareció muy interesante".
El técnico de River relata que su experiencia con el psicólogo no fue nada traumática, y que el profesional le "hizo ver cosas que antes creía que estaban bien pero no las llevaba a la práctica, y a partir de ahí empezamos a trabajar sobre eso. Y no me duele, no me cuesta trabajo, tengo autocrítica, sé que en las confrontaciones el estado de ánimo mío no era el mismo, me descentraba de mi trabajo. No te voy a decir que andaba peleando con todo el mundo, pero mi disposición cambió… ¿Qué respuesta tuve? Que todo el mundo me ve bien, me dicen cosas que me llevan a pensar que mi cambio mejoró muchas cosas que antes, por la forma de manejarme, las criticaban. No me costó para nada, lo vi muy bien, y, cuando tengo necesidad del psicólogo lo consulto y me parece muy bien".
Aunque cambió su actitud frente a las cámaras y los colegas, Carrasco dice que no afectó el juego de sus equipos. "Mi forma de dirigir no cambió porque sigo jugando 3-3-1-3, 4-2-1-3, el funcionamiento es el mismo, atrás nos siguen llegando igual o menos; por ahí las que antes entraban pegan en el palo, o las ataja el golero, hay una cuestión de suerte también. Y destaco públicamente el trabajo de mis compañeros, cosa que antes no hacía. Por el hecho de confrontar, de querer imponer mi personalidad, se me pasaba el hecho de resaltarlo, cosa que en ningún momento me hicieron ver mis compañeros me lo hicieron ver. No era que yo lo hiciera de gusto o de maldad, porque con todos ellos siempre tuvimos una relación espectacular, pero yo no me daba cuenta. El psicólogo, me decía 'yo nunca te escuché', y era verdad. Él me dijo que esas son las cosas que la gente o la prensa ve mal, me dijo 'vos lo hacés inconscientemente, montones de cosas que podemos ir afinando, corrigiendo, porque acá en el fútbol se sabe todo, sos un tipo derecho, sano, frontal, entonces vamos a tener que corregir algunas cosas, porque tu camino, si querés llegar a Europa, se te va a hacer más fácil, con menos dolores de cabeza', y me pareció muy bien. Ahora en cada oportunidad que tengo resalto a mis compañeros porque es verdad. Siempre existió el diálogo y esa química que hay entre nosotros, y en la medida que tengo que resaltarlo lo hago".
Europa es el destino preferido para Carrasco, pese a que, en las últimas semanas, su nombre sonó para estar al frente de varios equipos sudamericanos. Colo Colo, de Chile, y Racing argentino, club en el que jugó y es ídolo de la hinchada, pretendieron sus servicios. El entrenador aclara que de Racing "oficialmente no me llamó un dirigente; sé que se manejó en la interna, y no es la primera vez. Por un lado me alegro que no me hayan llamado, porque es difícil decirle que no, y más en un momento como estos, que pretenden que vayas a salvarlos, y le diga 'no, en este momento no, porque estoy acá, estamos en pleno torneo, hay ilusiones, se está jugando bien'; sería un puñal a esta gente que se ha portado muy bien, y en mi carrera no quisiera tomar este tipo de decisiones que hablara mal de mí. No me olvido cómo empecé acá, y además tengo un sentimiento aparte por River, por su filosofía, y porque no me puedo olvidar que muchas veces jugué en el club".
El compromiso del técnico con River Plate es hasta el final del campeonato, y dice que antes no se va "ni al Real Madrid". "Queremos terminar esto que iniciamos, lo dijimos así. No me va a mover nada hasta que termine aquí. Después, mi idea es dirigir en el exterior, pero si hay otro ofrecimiento, no puedo decir 'no' tajantemente. Ofertas siempre surgen, pero el que maneja lo mío es Paco y él me va a decir cuándo es el momento".
Los elogios que Carrasco recibe ahora se contraponen con los comentarios que se hicieron cuando dejó la Selección uruguaya, pero el entrenador dice que, de volver a la Celeste, no cambiaría la forma de juego. "Todos cometen el mismo error, y es no prestarle atención al producto. El producto es el fútbol, eso es lo fundamental. Acá invierten los objetivos: si vos te vestís de gris, trabajás un perfil bajo, te manejás humildemente, ponés cara de circunstancia, tenés un plus. Si no le hacés un gol a nadie, si te colgás del travesaño, no pasa nada. Siempre es lo mismo, y como es lo mismo, te dicen 'bueno, será para la próxima'. Ahora si tenés un técnico que se viste diferente, que juega con tres puntas, que llega, tiene gol…Estamos de acuerdo en que es mucho más fácil acomodar defensivamente que si no tenés gol, si no creás. Acá se invierten los objetivos. Si querés llegar a un Mundial, no es sólo clasificar y después volver. Lo bueno sería encontrar el equipo dentro de la Eliminatoria, donde ese equipo sea protagonista, juegue y gane con aire, y la ilusión de ir al Mundial y ser protagonista. Acá es clasificar sea como sea, no importa cómo, y después llegar allá y volverte, y esa no es la idea de este cuerpo técnico. La ilusión mía es irme al exterior a dirigir".
Los jugadores del plantel saludan y van pasando al parrillero; el asado va a estar pronto. Carrasco avisa que lo esperen. "Nos juntamos todos los miércoles", dice. "Hay un grupo espectacular, hay una asistencia fenomenal, nunca falta nadie, a veces invitamos jugadores de la Tercera. Hay un grupo de jugadores muy sano, muy profesional y con hambre de gloria".
En la jerga futbolera, todos los partidos son finales, y Carrasco no quiere aventurar cuál es el encuentro más difícil que le queda por disputar. Según JR, el partido más bravo es "el domingo que viene, y el otro, y siempre va a ser así porque tiene que ser así. Vamos partido a partido, nos gusta estar arriba, pero lo nuestro es lo que ves en la cancha; ganando, perdiendo o empatando el equipo tiene la regularidad, la convicción de lo que está haciendo, y esa es la forma que consideramos correcta".
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