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ENTREVISTA A JORGE LANATA

Cuando La Tele habló de Milka

Jorge Lanata vino a Uruguay, viene, cuando agarró el micrófono y una audiencia comparable a la de un noticiero, e introdujo lo que muchos sabían pero varios más no accedían, se armó la podrida, censura, tapabocas y juicio, aunque el juicio no lo desvela. El Portal habló Con Lanata, lo que sigue es la entrevista casi entera.



- Más allá del juicio... ¿Pensás volver al Uruguay profundo o vas a venir a José Ignacio?

- (Risas) Nunca fui sólo a José Ignacio, siempre ando por ahí, no sólo en José Ignacio porque en la vida prefiero ser cualquier cosa menos un turista, voy mucho a Montevideo, fui siempre y seguiré yendo porque es un lugar donde me gusta estar y también iré a José Ignacio, porque es un lugar que me gusta, más que nada cuando está vacío de argentinos.

- Ya que me hablaste de Montevideo bastante bien... ¿Qué es lo que te gusta de la ciudad?

- Montevideo es una ciudad retro, ahora quedó de moda. Estéticamente me gusta esa cosa Batman que tiene Montevideo, el Palacio Salvo, esos lugares así, es muy parecida a La Habana, muy parecida. Y La Habana es también una ciudad retro, por otros motivos, pero bueno. Toda la parte del puerto y etcétera es igual, pero igual a La Habana. Me gusta la cosa esa media melancólica que tiene, me gusta porque tiene las mejores librerías de viejos, es más buscando bibliografía para escribir sobre historia argentina, las mejores cosas las encontré en Uruguay y la gente tiene muy buena onda conmigo y eso me ayuda, me gusta. Y yo tengo también una cosa de ante pasados ahí, porque un tío bisabuelo mío tenía un hotel.

- ¿En dónde?

- En la Plaza Matriz, se llamaba Hotel de los Hermanos Lanata, es más en mi casa tengo una foto de la época de 1914, cuando el hotel estaba funcionando. Estaba al lado... ¿Viste La Pasiva?

- Sí.

- Al lado de La Pasiva, y en los pisos de arriba de La Pasiva, ahora una parte lo ocupa la librería que está del otro lado, eso era parte del Hotel. Era un hotel donde iba Gardel, Borges, aparece citado por ahí, en distintos lados. Así que me queda un rastro uruguayo por algún lugar.

- ¿Cómo definirías tu pasaje por este Uruguay periodístico, que no te ha tratado muy bien me parece?

- Yo haría una diferencia entre la gente y el poder, con la gente está todo bien, es más yo creo que mi vínculo con la gente, aún cuando fueron pocos programas, se afianzó más. A mí la gente me conoce por la polémica con Batlle, o quizás un poco antes, pero básicamente por la polémica con Batlle, eso sí me generó un buen vínculo con la gente allá, y yo creo que después de lo que pasó también hice vínculo, se fortaleció. Es una lástima que haya pasado lo que pasó porque yo quería hacer el programa, (...) A mí profesionalmente no me aporta mucho hacer un programa allá, es como hacer un programa acá, no tengo que probar que lo puedo hacer, en plata no significa nada, el motivo por el cual hacerlo es ese, porque tenía ganas y también por eso volví a insistir después de la fallida experiencia con TV Libre.

- ¿Qué impresión te dio trabajar en TV Libre?

- Yo de ahí me fui mal porque me pareció muy amateur, y va más allá que tengas o no recursos, hay una actitud profesional que vos podés o no tener. Yo he trabajado con recursos y sin recursos, tampoco es que yo vengo de Hollywood. Hice revistas y he hecho un diario y perdí plata con el diario, he hecho de todo. Y había momentos en que tenía medios técnicos y había otros en que no teníamos nada, pero nada, nada, nada, nada. Cuando armamos Página/12 hubo que cerrar un baño, hacer mixto el otro para poner un laboratorio en uno de los baños. O sea, no es que venga de un gran despliegue, pero lo que si teníamos era independencia de criterios. Si vos hacés algo amateur, escudado en que no tenés la plata sí me parece mal, porque tomar eso como una excusa para no ser profesional me parece mal y bueno eso fue lo que más me rayó de TV Libre, que no había una actitud profesional por parte de la empresa.

- ¿Y en Canal 12?

- En Canal 12 no fue así, todos los técnicos, realmente muy bien. Para mí fue una sorpresa muy agradable el comunicado que sacó la gente de Canal 12. Acá cuando a mí me echaron de América nadie sacó un comunicado. En ese sentido yo les tengo que agradecer porque son gente que yo conozco mucho menos y sin embargo me salieron a bancar, con el riesgo que significa hacer un comunicado contra tu propia empresa. Fue algo que yo no me esperaba y me sorprendió muy bien. El problema ahí era de criterio, no era un problema técnico, más o menos las cosas estaban, pero había apoyo técnico, por lo menos más del que podía tener un programa periodístico local.

- ¿En general, cómo ves a los medios uruguayos, somos tan provincianos como a veces nosotros mismos nos calificamos?

- Hay una cosa, a ver si se puede usar sin que sea peyorativo... es cierto que Uruguay es chico y que todos se conocen, y que en algún punto, son todos primos, todos en algún momento laburaron con el otro, o son socios del otro o conocen a la novia del otro y es un lugar muy chico donde hay mucha presión, porque aunque parezca paradójico la presión es mayor en los lugares chicos que en los grandes, porque es más opresivo. Y yo creo que eso perjudica a la hora de informar, porque está todo el mundo muy pendiente de no cruzarse con el tipo del que habló al otro día en la calle. Cosa que puede pasar...

- Y que pasa de hecho...

- Y pasa de hecho sí. Me encontré, en general, que la cobertura del problema mío estuvo bien hecha, realmente fue bastante independiente, Yo no esperaba que El País le diera la trascendencia que le dio, fue muy valiente también, muy valiente, lo que hicieron los pibes de Búsqueda, con los cuales en principio uno podría no coincidir ideológicamente y que encima son parte del mismo Canal 12, pero que en definitiva decidieron hacer la nota y dijeron que si no la sacaban se iban todos y realmente se la re bancaron, y de verdad les agradezco, además porque tuvieron una actitud independiente en serio. Y después los que esperábamos que nos apoyaran, Brecha, pero eso a mí no me asombra.

- Y al final no pudiste hablar con Paco Casal, te estuvieron llamando a Buenos Aires...

- Me llamó Francescoli, para decirme que me quería ver acá y yo le dije que lo quería ver pero al aire y que nos encontrábamos en el aire, y no quiso venir. Tampoco quiso venir Milka Barbato, que ahora nos hace un juicio, pero la llamamos 42 veces para que viniera. Para mí es mucho mejor que venga, desde el punto de vista periodístico es mejor que el entrevistado esté ahí, a que no esté. Si además yo estoy seguro de lo que voy a decir, no es que si el entrevistado estuviera ahí yo no diría nada, pero bueno, si no viene también es por algo.

- Supongo que vos estarás tranquilo, no vas a conciliar con Milka Barbato...

- No obvio, no sólo no voy a conciliar, no sé si en esta audiencia corresponde (17 de junio), pero vamos a agregar elementos a lo que dijimos de Barbato, vamos a sugerir testigos que vengan a declarar sobre Barbato, hay desde vecinos de Barbato a gente que estuvo en la Corporación Nacional para el Desarrollo, gente que estuvo en el Banco (República), hay un montón de gente que una vez que todo esto trascendió se comunicó con nosotros para apoyarnos y para decir que contáramos con ellos.

- Yo vi el informe de Milka Barbato y lo que me pareció es que no fueron mucho más allá de los que ya había salido en otros lados, en Brecha por ejemplo...

- La diferencia de impacto estuvo dada por el medio en el que se dijo. Cuando entré a la televisión me di cuenta por qué antes no había estado. No hay nada tan masivo como la televisión. Ponéle que Brecha, en el mejor de los casos, tiene 10 mil ejemplares de venta, vos en la televisión tenés 800 mil personas que te están mirando. Y eso es lo que desencadenó la reacción. Pero es cierto lo que decís, desde el punto de vista informativo había un par de cosas menores, pero no había la gran noticia nueva sobre Barbato, no para nada. Lo que era nuevo era que la televisión hablará de Barbato.

- Y vinieron las llamadas y la presión... ¿O las llamadas y la presión ya venían de antes?

- No, las llamadas y la presión empezaron un poco antes de lo de Casal, y fueron más durante lo de Casal, lo que pasa es que yo anuncié a Casal al aire. El canal se enteró que yo iba a hacer lo de Casal mirando el programa. Después supe que Casal tenía un negocio con uno de los socios de Disco, cosa que yo no sabía, pero si lo hubiera sabido tampoco hubiera cambiado el programa. Ahora la sensación del poder de Casal se sintió toda la semana, y yo de hecho, se lo conté a la gente, porque abrí el programa de Milka diciendo: estuvimos a punto de levantarlo. Yo prefiero contarle a la gente para que por otro lado sepan lo que está pasando, dije: llegamos acá de casualidad. Además yo tenía en frente a uno de los Cardozo, uno de los gerentes, que nunca había venido a ver el programa, estaba ahí mirando lo que yo decía.

- Y a todo esto nos quedamos con las ganas de saber qué pasaba con Juan Raúl Ferreira...

- Si, yo me quedé con la duda de si toda esta movida no era por el hijo de Sanguinetti (Julio Luis), más que por todos los demás. Tuvimos información posteriormente al levantamiento que Sanguinetti había llamado para pedir que nos levantara, pero no lo pudimos confirmar.

- Vos habías ofrecido hacer un programa gratis sobre el hijo de Sanguinetti...

- Sí, y lo vuelvo a ofrecer no tengo problema. Voy para ahí, y me pago el hotel, el avión, todo, no tengo problema. Pero el primer programa que hago es del hijo de Sanguinetti.

- ¿Se lo estás ofreciendo a cualquier medio?

- A cualquier canal abierto, claro.

- Bueno le vas a conocer la cara a Milka Barbato. ¿Te estás imaginando la audiencia?

- No, la sensación que yo tengo es que a Milka Barbato no le conviene todo esto, pero no entiendo por qué, ella sí cree que le conviene. No sé si ella querrá hacer el acuerdo con el canal y eventualmente con la productora y excluirnos a nosotros. No sé bien qué quiere hacer. Pero sí sé, que una persona que cometió tantas irregularidades no le conviene volver a estar expuesta a la luz pública. Y un juicio lo que va a hacer es exponer a la luz pública todos estos temas. Por otro lado, me parece una barbaridad que haga una demanda pidiendo plata, porque si querés plata andá a trabajar. Que uno valúe su honor en U$S 700 mil, me parece ridículo, porque si yo tuviera U$S 1.400.000, la podría putear tranquilo. Me parecería mucho más respetuoso para mí y para ella que me metan preso, pero no que me paguen.

- Una de las cosas que se dicen en Uruguay es: ¿cómo va a venir un argentino a decirnos lo que tenemos que hacer?

- Es una estupidez ese razonamiento, decir eso en un país como Uruguay que tiene un tercio de su población en el exterior, por lo menos es idiota. Sinceramente no me preocupa porque a mí no me importa si una persona es yugoslava, uruguaya o venezolana. Para mí las personas son personas. No le pregunto de dónde vino. Si es un periodista escucho lo que tiene para decir, no me parece que alguien esté más autorizado para hablar de algo porque haya nacido en un lugar.

- ¿Qué similitudes y diferencias ves entre los medios en Uruguay y en Buenos Aires?

- Hay muchas diferencias, pero también tiene que ver con el tamaño. Para que tengas una idea de la entidad económica de cada lugar: la publicidad televisiva en Uruguay se cobra por minuto, en Buenos Aires se cobra por segundo. Esa diferencia, compárala en los demás campos. Eso determina todo lo demás, la influencia, la penetración, la infraestructura.

- ¿Y en los coqueteos de los medios con el poder?

- No, en eso son iguales, todos los medios tratan de acomodarse con el poder de turno. A mí me causaba gracia cuando en Uruguay se discutía si con Tabaré iban a hacer oposición los medios, era obvio que no iban a hacer oposición. Lo único que va a estar siempre es la gente, yo he visto cambiar montón de ministros, varios presidentes (...) Me parece que están enfocando mal el problema si sólo buscan apoyo en el poder. El poder es parte de la eventualidad.

- ¿Te parece que falta discusión de lo que son los medios y el poder?

- La discusión falta, pero no es sólo en Uruguay, es en Argentina, en Chile, en todos lados. Las ondas son del Estado, el Estado las cede a particulares, ahora...¿qué derecho tienen y en qué casos intervenir cuando los particulares se exceden? Te doy un ejemplo: cuando te comprás una casa, el derecho de propiedad indica que la propiedad es tuya, ahora, si vos matás a alguien adentro, el Estado interviene, bueno igual, pero aplicalo a casos de censura. ¿De qué manera el Estado defiende el derecho, el interés del público y el ejercicio de informarse? Me parece que esa es la discusión que falta y que el Estado ahí no tiene un rol, que desgraciadamente no tiene. Igual te digo, que no soy muy partidario de que el Estado se meta, cuando más cerca del Estado, más discrecionalidad hay.

Guillermo Garat / Montevideo COMM / Portal