- En su artículo "", menciona una nueva etapa ¿cuál es?

- Hay una nueva etapa en la medida que se instaló otro gobierno que en principio es diferente a los anteriores. La preocupación ahora es cómo se va a enfrentar en esta fase el tema ciencia y tecnología.

- Tabaré Vázquez sugiere algunas políticas en el marco del Uruguay Tecnológico, ¿no es cierto?

- Exacto. Todos pensamos que el Uruguay tecnológico va a ser una apuesta y de alguna manera lo que yo planteaba en el artículo (ver adjunto) es que el Uruguay científico pasa por tomar una serie de decisiones que sin duda van a ser polémicas. Hay un hecho bastante concreto: desde que uno tiene memoria en el Uruguay no han habido políticas en este sentido. Lo que se invierte en ciencia y tecnología es bajo comparado con los estándares internacionales. Necesariamente hay que invertir mucho más.

- ¿Pero específicamente en qué?, porque el concepto de "invertir en ciencia y tecnología" es muy amplio...

- Esto tiene tres patas. Primero, hablando de cosas fáciles que son eliminar una serie de trabas que complican la vida a las empresas. Aquí hay dos ejemplos bien interesantes y uno es el sistema aduanero. El Uruguay está pensando para exportar carne, exportar comoditis e importar tecnología, pero hay figuras que simplemente no están en la reglamentación.

Si yo produzco un equipo tecnológico en Uruguay, lo exporto y lo tengo que volver a traer para repararlo, es difícil encontrar la reglamentación aduanera para entrarlo y sacarlo otra vez.


Otro segundo ejemplo: muchas veces en las licitaciones de las empresas públicas uno lee el pliego y dice que los oferentes deberán mostrar evidencia que tienen más de de mil instalaciones en la región y este requisito no lo pueden cumplir las empresas chicas.

Así fue hace unos años con la instalación de relojes en el Aeropuerto, donde ponían como condición que las empresas tuvieran instaladas relojes en al menos tres aeropuertos de América del Sur y eso achica las posibilidades de las pequeñas empresas.

Y acomodar esto no es dar ventajas a nadie, es tomar medidas que no cuestan plata.

Después hay un segundo punto en el que sí hay que invertir.

-¿En qué?

- Invertir en tecnología es una cosa muy amplia. Entonces necesariamente hay que elegir. ¿Qué ha pasado históricamente en Uruguay? Hubo fondos de inversión, que se manejaron con el criterio de darle un poquito a cada uno de los proyectos que se presentan. Es como una especie de miedo de elegir y al no tomar una decisión: divido el dinero y no aporto a ninguno de los sectores. A mi juicio tienen que haber prioridades y esto quiere decir que alguno quedará contento y otros no.


Hay que elegir sectores, ver cuánto se va a invertir y en qué. Lo que necesitamos quienes trabajamos en esta área son reglas claras y estables.

- Sigue sin quedar claro el criterio de selección...

- No estoy proponiendo ningún criterio, pero la afirmación fuerte es que cualquiera de los criterios es mejor a no tener ninguno.

- ¿Quién toma esa decisión?

- Vamos a ver. La ciencia y tecnología en el Uruguay ¿quién la maneja? Un poco la Universidad, otro pedacito el INIA, otro el LATU, Antel, UTE, entonces se encuentran un monto de organismos que están de alguna manera involucrados y que son todos autónomos. Y así funcionan. Hay una necesidad de coordinación y tiene que haber un organismo que establezca esa coordinación, establezca las políticas y haga caminar el sector.

- ¿Y con respecto a la educación?

- Eso es otra área vinculada también con la investigación. Acá lo que hay que tener claro es que es una inversión de mediano y largo plazo. Es decir que si decidimos que tiene que haber un lugar para la inversión, no pueden esperar los resultados al año o a los dos años. Lo mismo pasa en la inversión. Si vamos a invertir en educación los resultados se van a ver en unos cuántos años.

Insisto aquí en el liderazgo: hay que convencer a la sociedad y eso no es fácil pues tenemos un montón de emergencias sociales. De alguna manera lo que tratamos hoy es levantar esa señal de alarma: sino invertimos en educación e investigación no vamos a salir nunca.

- ¿Cómo está la facultad de Ingeniería?


- Tiene muchos menos recursos que los que necesita, y ha estado haciendo esfuerzos para vincularse con el sector productivo, con una política de convenios bastante interesante, pero le falta muchísimo por hacer. Uno de los grandes debes entre los países subdesarrollados es el divorcio entre la zonas de investigación y el sector productivo.

Y para arreglar ese divorcio hace falta cambiar maneras de pensar en ambos lugares. Habría que animarse a la demanda. Hay proyectos o investigaciones que se hacen del lado de la oferta, y mirar la demanda significa saber si hay alguien que realmente va a utilizar ese desarrollo.

- ¿Por qué Uruguay tiene que vender software?

- Hay hechos: Uruguay vende software. Creo que es porque tenía un conjunto de profesionales en informática bien razonables y un mercado muy pequeño. Entonces el mercado local se saturó muy rápido y los uruguayos salimos a vender básicamente a la Argentina. Allí tomamos una experiencia en internacionalización más rápida que el resto.

- Entonces ¿es producto de una necesidad?

- No había mercado y hubo que salir a buscarlo. No creo que el software uruguayo sea mejor que el brasilero, creo que tiene una vocación internacional y de exportación mucho mayor que el brasilero simplemente porque el mercado es mucho más chico.

- ¿Tiene futuro?

- Lo que hay que pensar es el tamaño del mercado. Hay varios modelos, las empresas uruguayas en general ¿qué cabida tienen en el mercado global? ¿Pueden efectivamente poner sus productos en la mesa del consumidor? Por las características del país, por lo pequeño del mercado las empresas uruguayas pueden ocupar lugares interesantes en cadenas de valor. Teniendo empresas como las hay que se especialicen en adaptar paquetes gigantes a las características de su cliente. Y les va muy bien con eso. Hay otras empresas que se especializaron por desarrollar soluciones para mercados de nicho. Estos son mercados donde se resuelve una necesidad específica y se la logra vender a un cliente grande.


Otras empresas locales lograron vender soluciones de nicho en el área del sector financiero, apoyados por las trasnacionales llegaron a grandes mercados. Algunas empresas tuvieron ideas originales porque desarrollaron un producto nuevo o porque se dieron cuenta de las características de un producto.

Ahora si pensamos en nuevas empresas es donde empiezan los problemas. El sector del software en el mundo entre el año 50 y el año 2000 creció más del 10% anual. En el 2001 se cayó, bajó el 10%. Y hoy se hace de una manera diferente los grandes temas del software hoy no son la última novedad. Hacer software hoy es bastante diferente al 95. Pasaron 10 años y el mercado cambió, se saturó.

- ¿Qué hay que hacer?

- Meterse en cadenas de valor internacional.

- ¿Qué significa?

- Ser muy buenos en una determinada solución, cumplir con los estándares, tener las normas de calidad, las certificaciones, hacer un software de muy buena calidad, y tratar de formar alianzas estratégicas. Netscape fue casi la última vez que se dio el sueño americano. Apareció y Microsoft poco a poco se fue quedando con el mercado. Hoy el sueño americano es Google. Pero una cosa es el ambiente del 2000 y el que hay hoy, donde los inversionistas se retiraron del mercado de las novedades.

No hay que pensar tanto en la gran idea nueva, sino en un lugar del mercado, qué es lo que sabemos hacer, hacerlo bien, con calidad y tratar de tener socios que lo vendan.

Irlanda y la India que son los países que siguen a EEUU en la venta de esto. Ahora pregunto ¿qué software irlandés usa el consumidor?

- Ni idea


- Justamente son empresas que la comercialización la hacen desde empresas más grandes. Ahora es la hora de insertarse en las cadenas. El acento tiene que estar en la calidad, en la eficiencia, en la predictibilidad en dar servicios a los que manejan el mercado.

- Pero eso no resulta poco ambicioso

- Es un sueño alcanzable y si querés es el sueño de los irlandeses.

- Sobre las empresas que se instalan acá... ¿qué tiene Uruguay para ofrecer?

- La pregunta es qué tienen otros países donde invierten mucho más que aquí. Aquí hay pocas políticas en ese sentido y tenemos que tener claro qué clase de empresas queremos que vengan.

La pregunta no es cuánto hemos hecho en el Uruguay que Tata Consultancy viene, la pregunta es qué poco hemos hecho que Tata viene.

- ¿Sugerencias al nuevo gobierno?

- El gran mensaje es que el que quiera llevar adelante una política de Ciencia y Tecnología tiene que construir un instrumento, tiene que construir una política conocida y tiene que correr riesgos: hacer apuestas, algunas que van a salir bien y otras no, pero hay que explicarlas.

Lea el artículo ''Bienvenidos los errores'' de Fernando Brum