El estadounidense Michael Nance, de 61 años, fue condenado a muerte en 2002 tras atracar un banco en el estado de Georgia, en el año 1993. Durante el asalto Nance disparó su arma y abatió a un transeúnte.

El reo pidió a la corte suprema que su ejecución fuera mediante fusilamiento liso y llano, un método en desuso en el país. Nance alego que, debido a su mala salud y el deterioro de su cuerpo, el cóctel letal que se inyecta actualmente a los condenados a muerte podría ser más doloroso que recibir balazos.

De forma inesperada para los juristas que siguen el caso,  el tribunal aceptó la solicitud el jueves 23 de junio

Según informa el portal noticioso UOL, en su solicitud el presidiario demostró que desde hace años toma potentes calmantes para un dolor de espalda crónica. Ese hábito a los fármacos -detalló- podría hacer que permaneciera consciente a pesar de los anestésicos que se le aplicarían como fase inicial del cóctel mortal.
En una votación de cinco a favor y cuatro en contra, la solicitud de Nance fue concedida con base en las leyes estatales, que permiten llevar a cabo cualquier método de ejecución si hay consenso entre ambas partes al respecto.

Frecuente en otras épocas, actualmente el fusilamiento es un método de ejecución autorizado en todo el país pero que en épocas recientes sólo se ha empelado en cuatro estados:  Carolina del Sur, Mississippi, Oklahoma y Utah, siendo el primero de los nombrados el que muestra un mayor uso de ese sistema.

La última solicitud de fusilamiento había sido formulada en el estado de Georgia, por un presidario llamado J.W. Ledford Jr, en 2017. El pedido fue denegado y el condenado murió por inyección letal.