Por The New York Times | Vimal Patel, Miriam Jordan and Halina Bennet
Decenas de centros educativos, entre ellos la Universidad de California y Harvard, dijeron que el gobierno de Trump canceló visados a sus alumnos en los últimos días. Para muchos, las razones no están claras.
Casi 300 estudiantes internacionales fueron privados de su permiso para permanecer en Estados Unidos repentinamente en los últimos días, según universidades y medios de comunicación, lo que ha provocado miedo entre los estudiantes y confusión en los centros educativos que se esfuerzan por ayudar a los alumnos que se enfrentan a la detención y posible deportación.
Las medidas estuvieron dirigidas a estudiantes de una gran variedad de universidades, desde instituciones privadas como Harvard y Stanford hasta públicas como la Universidad de Texas en Austin y la Universidad Estatal de Minnesota en Mankato. En la Universidad de California se reportaron decenas de casos en sus distintos campus.
Varios abogados especializados en migración relataron a The New York Times que, a finales de la semana pasada, empezaron a recibir correos electrónicos y llamadas desesperadas de estudiantes a quienes el Departamento de Estado o sus universidades habían notificado que sus visados o estatus habían sido cancelados sin una justificación clara.
Las condenas penales siempre han puesto a los estudiantes extranjeros en riesgo de perder su estatus, pero participar en acciones políticas y cometer infracciones de tráfico no se suelen mencionar como justificaciones.
En algunos casos, los funcionarios migratorios han detenido a estudiantes internacionales en relación con su participación en causas propalestinas. En otros casos, los estudiantes habían cometido infracciones legales, como conducir por encima del límite de velocidad o en estado de ebriedad, a menudo años atrás, dijeron varios abogados de migración en entrevistas.
Pero los abogados dijeron que el gobierno de Trump a menudo no había dado ninguna justificación, por lo que no quedaba clara la razón por la que los estudiantes habían sido afectados.
“Esto trastoca todas las prácticas habituales del gobierno”, dijo Miriam Feldblum, directora ejecutiva de la Alianza de Presidentes para la Educación Superior y Migración, que representa a más de 570 universidades públicas y privadas de todo Estados Unidos. “Están revocando el estatus de los estudiantes de una forma que no habían hecho antes y prácticamente sin ninguna explicación y con pocos recursos para corregir errores o apelar, ya sea la institución o los estudiantes”.
A finales del mes pasado, Marco Rubio, secretario de Estado, ordenó a los diplomáticos que rastrearan las publicaciones en las redes sociales de algunos solicitantes de visado para mantener fuera del país a quienes se sospecha que critican a Estados Unidos e Israel.
El Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional no respondieron en un primer momento a los mensajes en busca de comentarios.
Las medidas recientes añaden más ansiedad a un entorno ya de por sí precario para los estudiantes y académicos internacionales en Estados Unidos. Los defensores de la educación internacional temen que estas medidas limiten la capacidad de las escuelas estadounidenses para atraer a estudiantes extranjeros.
El mes pasado, Mahmoud Khalil, un estudiante recién egresado de la Universidad de Columbia que participó en activismo propalestino durante las protestas en el campus el año pasado, fue detenido en su apartamento y enviado a Luisiana para su posible deportación, a pesar de ser residente permanente. Poco después, Rumeysa Ozturk, estudiante turca de la Universidad de Tufts, fue detenida por agentes enmascarados del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, cuando se dirigía a reunirse con unos amigos. Ozturk, quien había escrito un ensayo de opinión propalestino, también fue trasladada a Luisiana.
Las medidas dirigidas a los estudiantes internacionales se ajustan a la agenda más amplia del gobierno de Trump de reducir el número de migrantes, tanto legales como indocumentados, y de obligar a las universidades a tomar medidas enérgicas contra lo que el presidente considera un antisemitismo desenfrenado en los campus.
Estados Unidos expidió más de 400.000 visados a estudiantes en 2024.
Algunos de los estudiantes afectados habían cometido infracciones como conducir a exceso de velocidad o en estado de embriaguez recientemente, dijeron los abogados. Afirmaron que estas infracciones no suelen ser motivo de expulsión.
Sin visa, un estudiante internacional se convierte en extranjero indocumentado, y debe abandonar Estados Unidos o arriesgarse a ser detenido y sometido a un procedimiento de deportación. Varios abogados dijeron que tenían clientes que habían optado por abandonar el país por miedo a que los detuvieran agentes del ICE, la agencia de Seguridad Nacional encargada de llevar a cabo la promesa de Trump de realizar deportaciones masivas.
Algunos de los estudiantes afectados son alumnos de posgrado que deben defender tesis doctorales el mes que viene. Otros son estudiantes universitarios de licenciatura. Algunos más han terminado sus estudios y han estado trabajando en Estados Unidos, en virtud de un programa especial que permite a los estudiantes internacionales recién graduados quedarse en el país hasta tres años si tienen empleo.
“Esto no tiene precedentes”, dijo Fuji Whittenburg, abogada de migración de Calabasas, California, quien lleva 20 años ejerciendo la abogacía. “Nunca he visto nada parecido a esto”.
Y añadió: “Solo bastó un roce con las fuerzas del orden que no necesariamente resultara en una detención o una condena”.
Whittenburg dijo que uno de sus clientes era un ciudadano indio que había conducido bajo los efectos de sustancias cuando estudiaba en Estados Unidos, hace más de una década. Al solicitar un segundo visado de estudiante más recientemente, dio a conocer los cargos a las autoridades consulares estadounidenses en India. Al final le concedieron el visado para emprender otros estudios en Estados Unidos.
La semana pasada, Harvard aconsejó a los estudiantes internacionales en un seminario web que pensaran bien antes de viajar al extranjero, según The Harvard Crimson, el periódico estudiantil. El personal también advirtió a los estudiantes que los discursos propalestinos podían ser arriesgados.
Durante el seminario, Jason Corral, un abogado, dijo que parecía haber un cambio respecto al primer mandato del presidente Trump, según The Crimson. “La diferencia es que hemos visto situaciones en las que parece que se están revocando visados a personas simplemente por lo que dicen o sus protestas”, dijo.
En una alerta, una coalición de organizaciones nacionales de medios de comunicación estudiantiles instó la semana pasada a los medios de comunicación de centros educativos a “minimizar los daños”, citando las amenazas a la libertad de expresión de los estudiantes.
El lunes, una asociación de profesores de la Universidad de California, envió una carta a Michael Drake, presidente de la Universidad de California, y a otros, en la que decía que la universidad debía ayudar a los estudiantes que habían sido afectados, argumentando que tenía la “obligación moral” de proteger los derechos legales de estudiantes y académicos.
La carta, firmada por el Consejo de la Asociación de Facultades de la Universidad de California, un sindicato de profesores y bibliotecarios, solicitaba a la universidad que permitiera a los estudiantes deportados o detenidos continuar sus programas a distancia, que siguiera brindando estipendios, salarios y becas y que ayudara a los estudiantes en los tribunales.
Varios estudiantes han demandado al gobierno para impugnar la cancelación de su situación migratoria, y se espera que se acumulen las demandas.
Stacy Tolchin, abogada de migración de Pasadena, California, presentó el sábado dos demandas ante un tribunal federal de Los Ángeles, y dijo que llevaría más esta semana.
En uno de los casos, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles representa a un alumno de doctorado chino del Dartmouth College, quien ha estado estudiando informática. Según una denuncia presentada el 4 de abril, el estudiante, Xiaotian Liu, no había cometido ningún delito ni participado en ninguna protesta.
La universidad comunicó al estudiante en un correo electrónico que ese “no era el procedimiento habitual ni normal”, según la demanda, que fue presentada ante un tribunal federal de Nuevo Hampshire.
“El sueño de Xiaotian de terminar su programa doctoral y obtener un doctorado en Dartmouth College está ahora en grave peligro”, decía la demanda.
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