Un hospital de Oregón, Estados Unidos, fue demandado por 303 millones de dólares después de que una enfermera fuera acusada de sustituir analgésicos de administración intravenosa por agua de la canilla.
La demanda, presentada el martes, representa a 18 demandantes: las nueve familias de los fallecidos y otros tantos pacientes que sobrevivieron.
Según consigna el periódico The Guardian, el caso cobró notoriedad a partir de diciembre, cuando el centro de salud reportó que una empleada había adulterado medicamentos, lo que derivó en infecciones bacterianas.
Las investigaciones habían comenzado meses antes, cuando el Hospital Regional Asante Rogue, en Medford, notó un aumento alarmante en las infecciones en vías intravenosas centrales entre julio de 2022 y julio de 2023.
Paralelamente, el hospital también tenía sospechas de que se estaba produciendo un desvío de fentanilo, poderoso analgésico cuyo uso como droga recreativa ha causado una crisis en el país norteamericano. Finalmente, se comprobó que ambas situaciones estaban relacionadas.
La investigación interna del hospital dio paso a una pesquisa policial que permitió arrestar a la enfermera Dani Marie Schofield. La mujer fue detenida en junio y afronta 44 cargos de agresión en segundo grado relacionados con el uso indebido de sustancias controladas y posteriores infecciones en pacientes.
Además, el hospital está acusado de negligencia médica y homicidio involuntario por no controlar adecuadamente la administración de medicamentos y no evitar el robo de fentanilo.