Por The New York Times | Andrew E. Kramer
PREOBRAZHENKA, Ucrania — Están hechos de plástico o de espuma plástica, pesan solo unos cuantos kilogramos y para lanzarlos a menudo basta que un militar los arroje al aire, como si aventara una jabalina.
En una contraofensiva lenta contra las fuerzas rusas que ha estado supeditada a ventajas pequeñísimas, una flota de drones baratos, en su mayoría disponibles en el mercado, está resultando ser una para los ucranianos.
Los militares, comandantes y pilotos comentaron que los drones han comenzado a tener efectos visibles en un lugar donde la guerra está estancada, porque sus diferentes materiales y frecuencias variables pueden evadir los sistemas enemigos de bloqueo de señal. Eso les ha permitido aventurarse más lejos en la búsqueda de posiciones de artillería enemigas y sistemas de defensa aérea multimillonarios, mientras que arriesgan aeronaves que valen solo unos cuantos miles de dólares cada una.
Aseguran que a lo largo de una de sus dos principales líneas de avance ucranianas en el sur, el Ejército ruso se ha visto obligado a mover sus obuses fuera del alcance de las armas ucranianas, ya que los pilotos de drones se han adaptado lo suficientemente bien como para evadir de manera regular los sistemas electrónicos de bloqueo de señal rusos que casi siemprelos habían estado detectando al principio de la guerra.
Los combates se han reducido a pequeños pasos con mucho en juego para Ucrania, mientras el presidente Volodímir Zelenski visitaba Estados Unidos con la intención de disipar la sensación de estancamiento y apuntalar el respaldo diplomático y militar para una lucha más prolongada. Zelenski argumenta que con suficientes armas modernas, la marea cambiará con mayor rapidez en el campo de batalla.
En los meses que han pasado desde que comenzó la contraofensiva ucraniana en junio, el intento de Ucrania por abrir una brecha entre las fuerzas rusas en el sur ha sido una lucha de infantería agotadora y cruenta, con avances que a veces se miden en metros. En la mayoría de los aspectos, Rusia tiene una ventaja en poder de fuego, mientras que se beneficia de combatir con defensas bien preparadas.
No obstante, a partir del verano, una serie de ajustes en los diseños de los drones y las frecuencias de radio comenzaron a permitir a los pilotos ucranianos, que inicialmente habían perdido decenas de drones en las primeras semanas de una contraofensiva en el sur, enviar sus drones mucho más allá de la línea del frente (flotan muy por encima de campos agrícolas y poblaciones) en busca de piezas de artillería, tanques y otros objetivos rusos, incluso cuando esos mismos blancos acechan a los ucranianos.
Después de que una columna de humo blanco apareció a solo unos metros del dron que piloteaba durante un vuelo la semana pasada, un piloto de drones exclamó tranquilo: “Oh, un misil pasó volando. Significa que volamos sobre algo interesante”.
El piloto, que por razones de seguridad pidió ser identificado solo por su apodo, Hacker, y otros miembros de su unidad revisarían más tarde el video del dron en busca de pistas sobre lo que estaban protegiendo las defensas aéreas (es posible que fuera una posición de artillería rusa, una estación de bloqueo de señal o una guarnición).
Tantos drones pequeños están volando ahora a lo largo de una sección de la línea del frente que el Ejército ucraniano coordina los vuelos con un despachador, similar al control de tráfico aéreo.
Ashot Arutiunian, teniente y comandante de la unidad de reconocimiento de drones, aseveró: “Si los rusos se acercan, los veremos”.
Después de 19 meses de combate, la guerra se ha convertido en batallas de ida y vuelta en su mayoría estáticas pero sangrientas. Desde hace poco, el Ejército ucraniano ha luchado para profundizar y ampliar dos zonas empujadas hacia las defensas rusas en el sur del país y para avanzar hacia las afueras de la ciudad oriental de Bajmut.
Zelenski ha reflexionado públicamente sobre los defectos de la contraofensiva, al mencionar que su país esperó demasiado por los vehículos blindados de Occidente, un retraso que permitió a las fuerzas rusas atrincherarse y colocar campos minados. Sin embargo, así como Ucrania ha cambiado de táctica en el combate terrestre al enviar pequeñas unidades de infantería para despejar trincheras adelante de los vehículos blindados, las unidades de drones también se han adaptado.
Los equipos de reconocimiento señalaron que los drones hechos de plástico o espuma plástica son más difíciles de detectar en el radar. Ucrania los compra a proveedores comerciales que también los venden a fotógrafos aéreos o aficionados de todo el mundo, junto con piezas como radios, cámaras, antenas y motores. Las unidades de drones mezclan y combinan piezas hasta que encuentran configuraciones que pueden volar más allá de defensas aéreas rusas sofisticadas.
Los operadores también cambian entre frecuencias en pleno vuelo o vuelan cerca del suelo para no ser detactados por las unidades rusas que intentan rastrearlos. A diferencia de algunos drones militares, las versiones más simples de Ucrania vuelan sin navegación GPS, lo que es a la vez una ventaja y una desventaja; sin él, los pilotos y sus navegadores deben confiar en puntos de referencia en tierra, tales como edificios, carreteras o intersecciones para encontrar su camino. No obstante, incluso mientras cazan a los rusos, son perseguidos por los propios equipos de drones enemigos. En cierto momento, el zumbido de un dron desconocido se filtró entre las hojas sobre los ucranianos. Los comandantes ordenaron a todos que permanecieran inmóviles. Los drones rusos sobrevuelan regularmente las posiciones de las unidades de reconocimiento de drones, a unos cientos de metros de altura, y los pilotos son un objetivo prioritario.
Arutiunian relató que los operadores han sido asesinados por unidades rusas que triangulan las señales de radio de las antenas utilizadas para controlar los drones y, luego, solicitan el apoyo de artillería, bombardeos aéreos o los llamados drones kamikazes que explotan. Arutiunian indicó que la solución que han creado sus equipos (al utilizar drones con pocas piezas metálicas y cambiar con regularidad las frecuencias de radio) es probable que funcionará durante algunas semanas, antes de que las fuerzas rusas hagan sus propios ajustes y encuentren una manera de bloquear las señales o derribar los drones ucranianos.
Mientras tanto, Arutiunian finalizó: “Ya estamos trabajando en algo más”. En la región del Dombás en Ucrania, unos médicos de combate ucranianos ayudan a militares heridos, el 9 de septiembre de 2023. (Lynsey Addario/The New York Times) Un militar ucraniano se prepara para lanzar un dron que volará sobre territorio ocupado por Rusia en busca de armas pesadas e instalaciones de defensa aérea, en la región de Zaporiyia, en Ucrania, el 14 de septiembre de 2023. (Lynsey Addario/The New York Times)