El presidente del Centro de Propietarios de Automóviles con Taxímetro del Uruguay (Cpatu), Óscar Dourado, lamentó las heridas sufridas por el periodista Darío Kneubuhle luego de que el taxi en el que viajaba protagonizara un siniestro de tránsito. Kneubuhle se golpeó contra la mampara del vehículo y está internado por algunas fracturas en vértebras cervicales y un corte profundo en la cara.
Dourado consideró que las mamparas de los taxis, que existen solo en Montevideo y Uruguay “es el único en el mundo” que las tiene, “es una problemática que afecta a todos y que es importante”.
En diálogo con Otra mañana (radio Oriental), el titular de la gremial única de patrones del taxi relató que la mampara como tal se instaló por primera vez en 1966, a raíz de los robos que sufrían los conductores. Luego, durante la dictadura, se estableció como algo “opcional” y “todos” los taxistas la retiraron, pero en 1994 se volvió a establecer de forma obligatoria en la capital del país.
Para Dourado, actualmente “la presencia del motivo” por el que se impuso la mampara “prácticamente desapareció”, en referencia al dinero en efectivo: “Hoy hay 23 formas distintas de dinero electrónico”, apuntó.
“Es verdad que [la mampara] es un obstáculo entre el servicio y quien lo recibe, pero haberla puesto en un momento en que se necesitó —o no se buscó otra solución— hace que sea muy difícil para quien tiene que resolver sacarla tomar esa decisión”, dijo Dourado en alusión a la Intendencia de Montevideo (IM).
“A ningún intendente de Montevideo le gustó la mampara nunca, pero sacarla es muy difícil”, insistió en ese sentido, y agregó que, si se eliminara la obligatoriedad, sobrevendrían “críticas muy duras en caso de haber un trabajador herido”.
En opinión del presidente de la Cpatu, “quien lo va a sacar es el público”, con “estas opiniones que se generan” cuando se dan hechos lamentables como el accidente del comunicador de Canal 4. En ese sentido, dijo que Kneubuhle es “un joven periodista que gusta a todos, muy simpático y espontáneo”, y señaló: “Que le pase a él congoja a la comunidad del periodismo, pero también a la del taxímetro. Nos preocupa mucho que cualquier usuario nuestro pueda tener la fatalidad de lastimarse”.
A su vez, manifestó que eliminar la obligatoriedad de la mampara sería una acción “en favor de usuarios y de trabajadores”, aunque advirtió que “hay un grupo que no deja que se escuche esa verdad o quiere mantener algo que se hace obsoleto”.
Son los usuarios, a su juicio, los que “ven la necesidad de los cambios y van a empujar a los que nos regulan, y a los que hacemos el trabajo del taxi, a cambiar la cabeza”. En esa línea, aclaró: “La mía está cambiada desde hace tiempo”. Dourado cree que primero hay que dejar que la mampara sea algo opcional, y no eliminarla de forma general.
Por otro lado, consideró que se trata de un “obstáculo” también para el turismo, porque la imagen que transmite a los visitantes (y mencionó particularmente a los que llegan en cruceros) no es seguridad.
Y el hecho de que la mampara sea obligatoria solo para los taxistas de Montevideo es, a su juicio, algo “injusto” porque no abarca a los remises ni a “la mala competencia” (en referencia a las aplicaciones), ni tampoco al resto de los departamentos.
“Estoy seguro de que tenemos que cambiar. El tema es que si se comete un error puede haber dura crítica. Y al que tome esa decisión, más allá del apoyo que pueda tener, se le hace cuesta arriba”, concluyó Dourado.