Aunque el Senado de la República votó este martes por unanimidad para que Uruguay se adhiera al Tratado de Cooperación de Patentes (PCT, por sus siglas en inglés), aunque fueron pocas las intervenciones para argumentar sobre el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo en 2023, hubo una voz discordante: Guillermo Domenech.

Luego de que fundamentara el economista Mario Bergara, Domenech pidió la palabra y dijo que “no quería comprometer a Cabildo Abierto, pero en lo personal votaba el Tratado sin entusiasmo”.

“Estos tratados son una muestra de como los grandes poderes económicos del mundo someten a las pequeñas naciones como las nuestras. Fuimos en algún momento de la historia un gran Estado: desde más allá del Río Grande a Tierra del Fuego. Y quizás por ingenuidad, nos comimos el verso del libre comercio. Abrimos nuestro comercio cuando éramos un gran complejo, un gran Estado que se autoabastecía y tenía un comercio interior importante. Éramos un Estado continental, en los términos en que hablaba [Alberto] Methol Ferré. Pero nos ‘comimos la pastilla’, como decía un periodista deportivo [Enrique Yannuzzi], del libre comercio”, argumentó el dirigente de Cabildo Abierto.

En esta línea, Domenech prosiguió: “Los mismos que nos dijeron que teníamos que abrir nuestras aduanas, levantaron aranceles impresionantes a los productos que nosotros le exportamos. Y ahora nos extorsionan con tratados de esta naturaleza, que son de alguna forma una confesión de debemos depender de su industria, de su complejo industrial, de sus intereses. Es realmente fascinante la ingenuidad con la que los países subdesarrollados o de menor poder económico nos hemos insertado en el mundo. Con un sometimiento, una docilidad llamativa al interés de esos grandes grupos económicos que nos hablaron de libre comercio y elevan barreras arancelarias. Y para bajarlas, nos piden que nos sometamos a sus intereses. Concentrando ellos todas las patentes”.

“Vamos a decirlo francamente, ¿cuántas patentes inscribe o registra el Uruguay? Vamos a estar eternamente sometidos a la dependencia de los intereses de esos grandes grupos económicos que hoy rigen el mundo. Pero bueno, son las reglas de juego y no tenemos poder para otra cosa. Mientras no tomemos conciencia de la necesidad de la integración estaremos sometidos a estos condicionamientos que lesionan nuestras posibilidades de futuro”, argumentó.

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