Seré curioso

SERÉ CURIOSO

Domenech: “Irene sabía de la extrema necesidad de esas personas, porque las tenía cerca”

El senador y fundador de Cabildo Abierto repasa su vida y su carrera. Sostiene que sigue “siendo blanco” y dice que condena el clientelismo.

13.07.2023 11:37

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2023-07-13T11:37:00-03:00
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Por César Bianchi

Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti

Guillermo Domenech (72) reza todas las noches. Agradece lo que la vida le deparó ese día, porque concibe la vida como un milagro. Le agradece a Cristo, el mismo ser al que le ha dedicado unos cuantos pensamientos en el Senado de la República, y dice que lo seguirá haciendo, porque él es su principal inspirador y porque de él se pueden sacar un sinfín de enseñanzas útiles, sin apelar a gurúes de moda y, como tales, pasajeros.

Políticamente, más que derechista, se considera blanco y socialcristiano. Esa concepción cristiana le hace pensar, por ejemplo, que a una persona que acepta cobrar 100 pesos como salario mensual no se la puede contratar por ese dinero, porque —sabe— con eso el trabajador no podría comprar ni medio kilo de carne. Es el mismo razonamiento que usa para sostener la defensa de la reestructura para deudores de BHU: está bien, ellos firmaron un contrato, pero antes que honrar esa firma hay una “cuestión moral”: no es digno ni está bien que esa persona termine pagando hasta 10 veces más lo que quedó debiendo, solo por oportunismos de usura.

Domenech, fundador y presidente de Cabildo Abierto, fue el impulsor de la figura de Guido Manini Ríos como político y líder del partido. En esta entrevista en su despacho —rodeado de cuadros de Artigas, su padre Gervasio Domenech y Aparicio Saravia—, este hombre que es abogado, escribano y diplomático de profesión niega que la colectividad que preside sea “de derecha”, como afirman los politólogos. Dice que lo que une a los partidos de la coalición de gobierno es el respeto por la libertad, y lo que los distingue del Frente Amplio es que este defiende regímenes no democráticos.

Como entiende que Cabildo es un partido “distinto” al resto, condena el clientelismo político, tan antiguo como la política misma. Y llegado al IreneGate se ataja: “En ese tema voy a estar a la investigación administrativa que está haciendo el ministro [de Vivienda, Raúl] Lozano. Creo que en ese ministerio estaba estandarizado que hubiera un cupo para el ministro y que se utilizara para situaciones puntuales. Si eso estaba normalizado en el ministerio, seguramente resultará de la investigación. Y ahí emitiré un juicio”. Por lo pronto, se anima a arriesgar una opinión: “Fueron tres o cuatro casos en que, quizás, vio la necesidad extrema de una persona, porque era cabildante… O mejor dicho: sabía de esa necesidad porque era una persona que la tenía cerca, y la tenía cerca porque era cabildante”. 

“Yo tenía 22 años en 1972 y en una asamblea de la facultad leí la exposición de motivos de un proyecto de ley de educación. Me hicieron un coro de 80 personas que me gritaron: ‘Fuera fascista de la universidad’. Yo quedé alelado”

Abogado, escribano y político, dice Wikipedia. ¿Qué tarea le gusta más?

Y doctor en Diplomacia, también. Diplomacia estudié por curiosidad… Yo me recibí de abogado y escribano el mismo día, gracias a Renán Rodríguez hijo, padre del diputado colorado Conrado Rodríguez. Me convenció, pedimos una mesa especial, dimos un examen tras otro y nos recibimos de las dos cosas el mismo día. Me sentí muy cómodo como abogado y escribano. Durante 38 años ejercí la docencia en Notariado, y le recomendaba a los estudiantes estudiar las dos carreras. El que es abogado y escribano tiene una visión más completa de los negocios jurídicos, para compraventas, etcétera. En algunos países, incluso, es una sola carrera, o para ser abogado primero hay que ser escribano. 

Hace algunas semanas se cumplieron 50 años del golpe de Estado. Le escuché decir que lo “sorprendió” el golpe, que no lo esperaba. Es curioso, porque muchos connotados políticos a los que consulté coincidieron en que se veía venir. Es más, la mayoría coincide en que la dictadura arrancó en febrero de ese 73. ¿Por qué lo sorprendió?

Yo diría que sobre los acontecimientos sería ingenuo decir que me sorprendió, porque hubo un fenómeno de deterioro institucional enorme. Mire, mi familia materna es argentina, entonces durante mucho tiempo yo decía: “En Uruguay nunca va a haber un golpe de Estado como en Argentina”, que en Argentina había vivido golpe tras golpe, por lo menos desde 1945. Mi padre había sido legislador blanco desde el 58 al 66, durante dos períodos. Me pareció que era una cosa que en Uruguay no pasaría, quizás fue la ingenuidad de una persona joven. Ahora, todo el 72 fue un año decisivo. Yo creo que el sistema político no estuvo a la altura de los acontecimientos. 

Eso de que hubiera grupos organizados que pretendieran llegar al poder por la vía armada era una cosa un poco insólita. A mi juicio, no tenía mayor justificación. Yo creo que los propios protagonistas lo reconocen, llegaron al poder sin disparar un solo tiro y por la vía electoral. Era innecesario enfrentar con las armas al sistema político, porque, en realidad, fue al sistema político. 

Usted iba a las asambleas estudiantiles del IAVA, y no era de izquierda, precisamente. ¿Es cierto que sus compañeros le cantaron en un coro “fuera fascista de la universidad”? 

Yo votaba a Reafirmación, una agrupación que había en aquel momento, que lideraban los hermanos Flores Silva. Eso que usted dice pasó a consecuencias de una asamblea de clase en la que se debatía qué actitud había que tomar frente al proyecto de ley de educación, que luego sería la ley 14.101. Eso fue en el 72, si no me falla la memoria. Yo defendí el proyecto de ley, en una clase de Derecho Notarial. Se suspendió la clase, se llamó a una asamblea y yo defendí el proyecto de ley. Mi defensa estribaba en que yo consideraba que era un proyecto de ley que no restringía la autonomía de la enseñanza. Por otro lado, me llamaba poderosamente la atención que la FEUU, que era partidaria de regímenes como el de la Unión Soviética y los de los países detrás de la “Cortina de Hierro”, donde no existía autonomía de la enseñanza, pretendiera hacerse adalid de la autonomía. Yo tenía 22 años y leí la exposición de motivos del proyecto de ley. Y me hicieron un coro de 80 personas que me gritaron: “Fuera fascista de la universidad”. Yo quedé alelado, la verdad… 

Sus detractores siempre recuerdan que usted fue juez sumariante de la dictadura, en el “derecho” dictatorial. ¿Fue así?

No, no… Yo era procurador de enseñanza Secundaria. Obviamente que en el trabajo de Jurídica está hacer sumarios, ¿no? En esa época los sumarios de carácter político no se hacían en Secundaria, se hacían en Codicen. Era una ordenanza, la número 17, y no participé de esos sumarios. Se tomaban en cuenta los antecedentes políticos y se decidía en consecuencia. En Secundaria, donde yo estaba, no se hacían. Quizás algo con tinte político es que había que tomar posición respecto a personas procesadas. Yo era procurador, y entre mis tareas, había que hacer sumarios. Es cierto que ese derecho estaba entre comillas, pero eso les pasaba a todos los organismos públicos, a todos los integrantes del Poder Judicial. Era el derecho vigente en esa época.

Trabajó en Presidencia durante 29 años, desde la llegada de Lacalle Herrera al gobierno. Pasó por gobiernos colorados, blancos y frentistas. ¿Vio cosas turbias, en algún momento?

No, no, en realidad no. El escribano de Gobierno es el director de la escribanía de la Presidencia de la República. La verdad que cosas turbias no vi. 

Usted fue blanco…

Sigo siendo blanco. Los que estamos en Cabildo Abierto no tenemos por qué renunciar a lo que pensamos y sentimos. Yo acabo de hacer un homenaje en una media hora previa a Luis Alberto de Herrera. Si en lo político hay alguien que me ha inspirado, es Herrera, y [Aparicio] Saravia. Hay una carta de Aparicio Saravia a su hermano Basilicio que es una especie de decálogo político. Es el famoso “dignidad arriba, regocijo abajo”, que comienza diciendo: “Patria es el poder prestigiado por sus honradeces [sic] / y la religión de sus instituciones no mancilladas. / Patria es el conjunto de los partidos políticos en el pleno goce de sus derechos. / Patria no son esos histriones políticos que hacen de las prerrogativas del ciudadano nubes que el viento lleva, / Patria es dignidad arriba y regocijo abajo”. De memoria lo recuerdo.

Bueno, es casi blanco “como hueso de bagual”, entonces… Presentó una lista por el herrerismo a la cámara baja en 1984 y luego en 1989. Siguió militando, pero volvió fuerte a la política recién en 2019 con la creación de Cabildo Abierto, partido que lo tiene como fundador y presidente. ¿Por qué pensó en Guido Manini Ríos como líder del partido? Porque usted lo fue a buscar, es el impulsor de su liderazgo político.

Le explico: en la actividad profesional yo conocí a Hugo Manini, hermano de Guido, quien falleció hace poco. Ha sido mi mejor amigo en los últimos 20 o 30 años. Lo conocí siendo ya abogado en Secundaria. Me lo presentaron para que le hiciera una gestión y era Hugo. Necesitaba un escribano para unos certificados notariales. Era un individuo de una cultura impresionante, hablaba de historia del Uruguay, pero era un experto en historia de Rusia y de Europa en general. Era fanático de [José Enrique] Rodó. Era muy colorado, no le hablaran mal de Fructuoso Rivera... pero era rosista… cuando Rosas y Rivera estuvieron enfrentados. Esa relación laboral se transformó en una amistad, y fui la persona en la que tuvo más confianza Hugo Manini. Yo con Guido no tenía mayor relación. 

Empecé a tener noticias de su gestión en Sanidad Militar, y después llegó a comandante en jefe [del Ejército] y empezó a hacer unos discursos que me llamaron mucho la atención. Hablando con Hugo, le dije: “Che, tu hermano se debería dedicar a la política, porque tiene condiciones extraordinarias”. Y me consta que muchos amigos de Hugo le decían lo mismo, que se dedicara a la política porque generaba adhesión en la gente. Le insistí varias veces. Y a fines de 2018 Hugo me llamó por teléfono y me preguntó: “¿Tenés inconveniente en que Guido pase por tu casa a hablar contigo?” “Para nada, que venga.” Viene Guido por casa y me dice: “Tengo un grupo de amigos que me están alentando para que me meta en política, pero yo no estoy decidido”. Y yo le dije: “Qué bueno, porque yo tengo un conjunto de amigos que quieren que te dediques a la política”. Él no estaba decidido, quería terminar su mandato como comandante en jefe. Hugo quería que se tirara dentro del Partido Colorado, la señora [Irene Moreira] quería que se tirara dentro del Partido Nacional, y yo le decía: “Capaz que es mejor algo por fuera de esos partidos, en un partido nuevo”. “Eso no ha marchado nunca”, me dijo él. “Pero capaz que ahora sí marcha”, le dije.

“Viene Guido por casa y me dice: ‘Tengo un grupo de amigos que me están alentando para que me meta en política, pero yo no estoy decidido’. Y yo le dije: ‘Qué bueno, porque yo tengo un conjunto de amigos que quieren que te dediques a la política’”.

El politólogo Gerardo Caetano me explicó por qué, a su juicio, CA es un partido de la derecha latinoamericana: por su interpretación del pasado reciente y por una clara identificación con el rol del Ejército y los militares, me dijo. ¿Es un partido de derecha?

Yo siempre lo negué, porque no me siento de derecha. Y si fuéramos de derecha, no vendría gente del Frente como [Marcos] Methol, por ejemplo. Vino gente de la izquierda. Además, yo siempre tuve una cierta admiración por [Eduardo Víctor] Haedo y a él le preguntaban lo mismo, y él decía: “A veces soy de izquierda, y a veces de derecha”. Y es lo lógico. 

Mire, la mayor parte de los militares no votan a Cabildo; si no, tendríamos muchos más votos de los que tuvimos. La mayor parte de los militares votan a los partidos tradicionales, y algunos al Frente. Es obvio que Guido, que estuvo 30 o 40 años en el Ejército, tenga muchísimos amigos militares y confíe en sus amigos. Pero esas visiones sesgadas no me conducentes. Y a la prueba está: a veces votamos con la coalición y a veces con el FA. Fíjese que [Pedro] Bordaberry nos trató de “kirchneristas”, que es tratarnos de izquierdistas, ¿no? Otros nos han tratado de derecha pura y dura. Si usted me pregunta una definición a mí, yo le digo que me siento un nacionalista que tuvo una formación católica; he leído mucho las encíclicas. 

En el plano económico, los partidos tradicionales están en una posición liberal. El socialcristianismo considera que sin perjuicio que el afán de lucro, la oferta y la demanda y la competencia son cosas a tener en cuenta; debe existir sobre ellos una regla moral. Por más que venga alguien y me diga “yo le trabajo por 100 pesos por mes”, yo, por mis convicciones socialcristianas, no lo puedo contratar por 100 pesos, porque sé que con 100 pesos no vive nadie. Nos pasa ahora con la reestructura de la deuda. Nos dicen: “Ah, pero la gente firmó contratos y los contratos deben ser cumplidos”. Sí, pero hay una regla moral: tiene que haber una conmutatividad en las relaciones. Si no, a esas personas las estoy estafando.

Caetano y su colega Magdalena Broquetas estudiaron los inicios de Cabildo como partido, para una investigación. Me dijo para Montevideo Portal: “Había grupos y redes militares que cuando comenzaron los juicios, los procesos judiciales contra los responsables del terrorismo de Estado, a partir de 2005, comenzaron a activarse. Estaba el Foro Libertad y Concordia, y articulaciones con otras organizaciones internacionales de ultraderecha. Si hacés un seguimiento de ciertas figuras que llegaron a Cabildo, ¿qué encontrás? Que muchas de ellas formaban parte de redes militares vinculadas con elementos asociados a la represión”, agregó.

Ninguno de esos grupos integra Cabildo hoy. Es más, alguno de esos grupos integra el Partido Colorado o el Partido Nacional, no con nosotros. Hemos hecho cosas muy extrañas muy extrañas en la política: hemos designado gente que no es de Cabildo en cargos de confianza, porque no teníamos una persona capaz para ese cargo, y elegimos un blanco o un colorado. Estos de Foro Libertad y Concordia no sé quiénes son. Está también un instituto de derechos humanos que dirige [Sergio] Molaguero, y no está con nosotros. Pero él está interesado en un tema, y yo fui uno de los redactores: me refiero a la ley de reparación a las víctimas del terrorismo ideológico. ¿Me voy a oponer porque Molaguero es colorado? No, considero que eso es de justicia, y lo apoyo. Todas esas organizaciones no tienen nada que ver con Cabildo. 

En el programa Tarde o temprano de canal 12, en la campaña electoral de 2019, usted dijo que en 1990 se alejó de la política partidaria porque se sintió decepcionado por “el acomodo y la búsqueda de la ventaja personal” que vio de cerca. Le molestó el clientelismo, las peores prácticas de la política…

Lo que he observado es un giro del Partido Nacional —era lo que me importaba en aquel momento—, pero se aplica al Partido Colorado, un giro en favor del liberalismo económico, y yo no creo en el liberalismo económico. Creo que a veces el Estado debe intervenir, no digo que intervenga a tontas y a locas, pero a veces el Estado debe intervenir para restaurar equilibrios. Yo diría que mi principal diferencia hoy con los partidos tradicionales es esa. Creo que a veces el Estado debe intervenir para restaurar equilibrios, porque en el mercado a veces intervienen fuerzas muy dispares. 

Está bien, pero le hablo de otra cosa. Usted dijo en un programa de televisión que a principios de los 90 se alejó de la política porque vio “el acomodo”, y otras prácticas de clientelismo. Ahora, ¿no fue esto lo que vimos con las entregas de viviendas a militantes cabildantes de forma discrecional? Fue la misma ministra que en mayo de 2021 envió un chat por error a la presidenta de Ursea preguntándole: “¿Pudiste meter a algún cabildante?” ¿No son esas las prácticas clientelísticas que a usted le habían hecho dejar la política en 1990?

Yo el clientelismo lo condeno, como creo que lo condena toda la población. Lo de Irene Moreira fueron tres o cuatro casos en que, quizás, vio la necesidad extrema de una persona, porque era cabildante… O mejor dicho: sabía de esa necesidad porque era una persona que la tenía cerca, y la tenía cerca porque era cabildante. 

“He observado en el Partido Nacional y el Colorado un giro en favor del liberalismo económico, y yo no creo en eso. Creo que a veces el Estado debe intervenir para restaurar equilibrios. Mi principal diferencia hoy con los partidos tradicionales es esa”

Está bien, pero esa persona debió haber pasado por un sorteo, como todas las demás que tenían la misma necesidad de una vivienda digna.

Sí… Yo le digo que en ese tema voy a estar a la investigación administrativa que está haciendo el ministro [de Vivienda, Raúl] Lozano. Creo que en ese ministerio estaba estandarizado que hubiera un cupo para el ministro y que se utilizara para situaciones puntuales. Si eso estaba normalizado en el ministerio, seguramente resultará de la investigación. Y ahí emitiré un juicio. Yo conozco los casos de Mónica Píriz y el de Olga Camacho. Se ha hablado de muchos casos, pero yo conozco esos dos. 

En CA suelen autopercibirse como una tercera alternativa: se distancian de blancos y colorados, se distancian del FA y dicen “somos otra cosa”. ¿No creen que han caído en los mismos vicios de los históricos partidos, que también repitió el FA cuando fue gobierno? Porque, esto de entregar viviendas de forma discrecional, las “gauchadas”, al uruguayo le hacen acordar lo peor de la vieja política…

La vieja y la actual, ¿no? Hoy en día, las 19 intendencias, blancas, coloradas y frentistas, hacen designaciones directas, prácticamente a diario. Días pasados se discutió en la comisión de Ganadería la distribución de los Afidis, los permisos de importación de papa, cebolla y ajo, que, yo diría, no aseguraba la transparencia del procedimiento. Estamos en una lucha permanente contra esas cosas. Y del caso de Irene, como le digo, voy a estar a resultancia de esa investigación administrativa. Ahí veremos si era un procedimiento regular, que era norma en el ministerio, o no. 

El jefe de esa cartera es cabildante: Raúl Lozano. 

Sí, pero la investigación la está haciendo una abogada que no tiene ninguna vinculación con Cabildo, una abogada de carrera del ministerio.

¿Cuáles son los temas que más le preocupan a Cabildo Abierto?

Hoy la preocupación número uno es el tema de los deudores. Estamos muy comprometidos con eso. Hemos decidido largar la campaña de recolección de firmas. Estamos afinando el texto, que es una cosa difícil, porque tampoco se puede jugar con una reforma de la Constitución. Es el tema más importante.

Pero hay otros. El tema vivienda es muy importante. Le tengo mucha fe a lo que pueda hacer Lozano en el Ministerio de Vivienda. Hemos asumido el Ministerio de Salud Pública, donde [Daniel] Salinas ha cumplido una brillante gestión; fue un descubrimiento para el sistema político la figura de Salinas. Ahora está Karina Rando, que me genera gran expectativa. Es una profesional muy competente. Y estoy muy interesado en el tema salud mental. Creo que ahí Uruguay tiene un tema muy importante a tratar. Somos un país donde hay muchísimas personas depresivas, hay muchísimos suicidios. Es raro encontrar una familia que no tenga un depresivo, o alguna persona en tratativas de suicidios. Tanto de este tema como de las deudas se habla poco; sin embargo, son temas graves, y bueno, en esta rendición de cuentas se refuerza de manera muy importante la financiación de los temas de salud mental.

El proyecto de ley para darle arresto domiciliario a reclusos mayores de 65 años ¿está pensado para los presos de la cárcel de Domingo Arena?

La verdad que está pensando para cumplir con las convenciones internacionales, que sostienen que para los adultos mayores haya un tratamiento especial, y considera tales a los mayores de 60 años. Nosotros, cuando hicimos el proyecto, lo elevamos a 65 porque la convención lo permite. El proyecto que se está tratando ahora es del Partido Nacional, no es el nuestro; lo eleva a 70 años.

“Creo que en el Ministerio de Vivienda estaba estandarizado que hubiera un cupo para el ministro y que se utilizara para situaciones puntuales. Eso seguramente resultará de la investigación administrativa. Ahí emitiré un juicio”

Según el excabildante Eduardo Lust, es un proyecto que tiene nombre y apellido. Me dijo Lust: “Cuando se conoció ese proyecto, un periodista me preguntó si estaba pensado para los presos en Domingo Arena, y yo dije que sí, que no tenía otro objeto. Que, de repente, algún hombre de 70 años preso en Minas de Corrales por robar una oveja podía beneficiarse. Pero que, claramente, ese era el objetivo. Y no me parecía mal que tuvieran ese objetivo, porque el cuerpo electoral de Cabildo sale de ahí, buena parte”.

Yo tengo una apreciación distinta a la del diputado Lust. En materia de cárceles nosotros hemos tenido propuestas muy concretas. El sistema carcelario nuestro es una verdadera vergüenza. Nosotros hemos propuesto el trabajo obligatorio, hemos propuesto la necesidad de una cárcel de alta seguridad para aquellos delincuentes difíciles de reeducar. Hemos tratado de tener incidencia en ese tema, que es de competencia del Ministerio del Interior. Le hemos hecho llegar sugerencias a esa cartera, y en especial con ideas sobre cárceles. Si el Uruguay no arregla sus temas carcelarios, va a ser difícil arreglar la seguridad, porque las cárceles son una especie de puerta giratoria. Si la persona sale sin ninguna habilidad laboral, sin ninguna posibilidad de trabajar, esa persona lo más probable es que vuelva a delinquir. El problema de las cárceles no se arregla solo encerrando a la gente, porque eso contribuye a mortificar a las personas, cosa que prohíbe la Constitución. Las cárceles tienen que servir a la reeducación, y para que sirvan a la reeducación tienen que darle la posibilidad de formarse en alguna actividad laboral. 

¿Cómo ve la coalición de gobierno hoy?

La veo con dificultades. Somos partidos no solo con orientaciones distintas… quizás lo que nos une es el mismo aprecio a la libertad. Lo que veo en el Frente es que se aprueban regímenes que no son democráticos. Es la mayor objeción que yo le haría al FA. En cambio, en la coalición republicana estamos de acuerdo que la democracia es un bien a tutelar. Pero yo digo que CA tiene la responsabilidad de que este gobierno pueda dirigir al país con tranquilidad hasta la elección.

Hace unos días, el canal de Youtube ZinTV le recordó que mientras usted cuestionó el homenaje a Larbanois & Carrero en el Parlamento, usted le había dedicado palabras a Cristo en la cámara de Senadores, o incluso le dedicó unas palabras a un personaje humorístico que había hecho un chiste sobre los riverenses en FM Del Sol... ¿Qué tiene para decir?

Pero no le dediqué una hora en el pleno del Senado a ninguna de esas cosas. A Cristo lo voy a mencionar mil veces porque creo que es un gran maestro de vida. Hoy en Uruguay se ha hecho costumbre hablar del gurú tal o el gurú cuál, y yo no necesito más gurú que leer el Evangelio, que tiene miles de enseñanzas que podríamos aprovechar.

¿Y por qué le pareció un despropósito el homenaje a ese dúo artístico? ¿Qué le molestó?

Porque yo a mi artista favorito no lo puedo homenajear en el Plenario del Senado. Para eso está el Salón de los Pasos Perdidos, la antesala de la Cámara de Diputados o de la de Senadores. Cuando tenemos problema con el agua, problema con la vivienda, problema con la seguridad, ¿a usted le parece que el Senado de la República puede estar una mañana de cantarola? No me parece razonable. Pero quiero aprovechar para decirle que tienen razón los que me dieron la razón: Cacho Bochinche merecería un homenaje, pero en el lugar que corresponde, porque hizo a la felicidad de los niños y me merece todo el respeto del mundo.

“En el gobierno somos partidos con orientaciones distintas… Quizás lo que nos une es el mismo aprecio a la libertad. Lo que veo en el Frente es que se aprueban regímenes que no son democráticos. Es la mayor objeción que yo le haría al FA”

Superó un cáncer de riñón, tras una cirugía. ¿Tuvo miedo cuando se lo diagnosticaron?

Sí, sí. La verdad que dije: “Bueno, se me está acabando la vida”. Yo estaba en el campo, algo que me encanta (yo soy un productor agropecuario, no un empresario rural), y yo pensé: “Bueno, todo esto a lo que he contribuido, esta es la última vez que lo voy a ver”. A uno le entra esa inquietud existencial… Pensé que era muy probable que fuera a morir. El médico me dijo que no me iba a poder operar de manera inmediata, porque se iba de viaje. Y entonces, me fui a la Semana Santa de Sevilla. Apenas llegué al hotel, bajé con mi señora, era una calle estrechita, y había una procesión y había cientos de niños, con los costaleros, los capirotes, y los chicos iban repartiendo caramelos. Yo estaba en una segunda fila, pasó un niño, medio rubión, me mira y me estira la mano: “Tome, señor, el Cristo de la salud”. Y me dio una medallita de chapa. En ese momento dije: “Ta, estoy salvado”.

Es un hombre de fe, como vemos. ¿Cuándo fue la última vez que Dios se manifestó en su vida?

Creo que se manifiesta todos los días. Es un milagro la vida. Yo rezo todas las noches, agradezco lo que se me dio en el día. Es un privilegio vivir, la vida es algo tan débil que no nos damos cuenta. La gente a veces se queja de las cosas que le pasan, pero si hacemos el balance, qué lindo que es vivir…

¿Es feliz?

Sí, soy muy feliz. Lo que no quiere decir que no haya tenido muchos fracasos, porque cualquier persona de mi edad tiene que haber acumulado una cantidad importante de fracasos, pero si hago un balance, me da más el haber que el debe. Yo soy feliz y le deseo felicidad a todos los compatriotas. 

Por César Bianchi