La ex presidenta brasileña Dilma Rousseff repudió este lunes diversos ataques contra el ex presidente Lula da Silva y sus seguidores durante una caravana proselitista por el sur del país y dijo temer un "baño de violencia" durante la campaña presidencial.
En los últimos días, detractores del ex presidente de izquierda lanzaron huevos en sus mítines y arrojaron piedras contra el ómnibus en el que Lula viaja por el rico sur de Brasil para promover su candidatura presidencial, que pende de un hilo por una condena a más de 12 años de prisión por corrupción.
"Lo que está ocurriendo en la caravana de Lula es muy grave", advirtió Rousseff en una rueda de prensa con medios internacionales en Rio de Janeiro.
"Vine aquí a denunciar lo que puede ocurrir en la campaña electoral: un baño de violencia contra nosotros", añadió la ex presidenta, del Partido de los Trabajadores (PT), destituida en 2016 por el Congreso y remplazada por el que era su vicepresidente, el conservador Michel Temer.
Rousseff acusó de la violencia a milicias parapoliciales supuestamente vinculadas con la "extrema derecha" que ha emergido en Brasil desde el "golpe" que la sacó del poder, y que relacionó también con el reciente asesinato en Rio de la concejal de izquierda Marielle Franco, que abogaba por la igualdad racial y de género.
"No fue en vano que Marielle fue asesinada (...) Ella debía ser silenciada, al igual que la voz de Lula. Esto es un avance del fascismo", manifestó Celso Amorim, canciller de Lula (2003-2010) y ministro de Defensa de Rousseff, durante la misma rueda de prensa.
Rousseff hizo estas declaraciones el mismo día en que un tribunal de apelaciones ratificó la condena a 12 años y un mes de prisión a Lula por recibir un apartamento de una constructora a cambio de favores, al rechazar los recursos presentados por su defensa.
Esa decisión acerca más a la prisión a Lula, que es el favorito para las elecciones de octubre según todos los sondeos, pero también uno de los políticos con mayor índice de rechazo en Brasil.
La última palabra la tiene ahora el Supremo Tribunal Federal (STF), que el 4 de abril debatirá si acepta un recurso del expresidente para mantenerse en libertad hasta que finalicen los recursos ante todas las instancias judiciales superiores.
Lula estaría, en cualquier caso, impedido de presentarse como candidato según la ley electoral brasileña.
Pero Rousseff insistió en que "no hay plan B" para las presidenciales para el PT.
"Vamos a luchar hasta el final (...) a agotar todas las instancias" para demostrar la "inocencia" de Lula, manifestó la ex mandataria.
"Nosotros ni siquiera creemos que él vaya a ser candidato en prisión, creemos que él no será detenido", zanjó.
(Fuente: AFP)